A primeros de febrero de 1896,
Ana Mérida Montaner, natural de Málaga y de dieciocho años, se disfrazó de
soldado -mejor no preguntar de donde sacó la ropa- y se embarcó en el vapor
Buenos Aires que se dirigía a Cuba con la tropa, entre la que iban soldados del
regimiento de Wad-Ras.
Al principio todo fue bien, pero
al quinto día de navegación alguien, que probablemente sospecharía desde dos o
tres días antes, puso en aviso a otro alguien, quien la desenmascaró,
llevándola a presencia del coronel del regimiento, el que al requerirle explicaciones
de porqué se hallaba allí y disfrazada, la muchacha respondió:
- ¡Perdóneme usted, mi
coronel: me llamo Ana Mérida, soy de Málaga, amo a mi novio que es corneta del
regimiento de Wad-Ras, y no he encontrado otro medio de seguirle que este: es
inútil cuanto hagan ustedes, pues le he de seguir a todos lados.
Debió resultarle gracioso el tema
al coronel, pues según parece habló con el capitán del vapor, quien la separó
de los soldados y le proporcionó ropa de mujer.
La situación no obstante y dada
la mentalidad de la época, era irregular, no solo por haberse colado disfrazada
de soldado en un barco militar, sino por acompañar a su novio, es decir, que no
estaban casados, lo cual, según veremos a continuación, se debió resolver sobre
la marcha o al poco tiempo, pues la siguiente noticia nos sitúa a ambos,
muchacha y soldado, en el regimiento de la Reina Nº. 2 como matrimonio. ¿Como
acabaron en ese regimiento? No lo sé. Solo se me ocurre que quizás hubiera una
plaza de cantinera en este regimiento, siéndole adjudicada a ella y con ella
fue trasladado su antes novio y después marido.
El caso es que una vez en el
batallón, estuvo durante diez y ocho meses de operaciones sin interrupción, y
en la provincia de Pinar del Rio se halló en numerosos encuentros con el
enemigo, entre los cuales citar los de Peña Blanca, El Cacho, Carolito, Perico
Pozo y Consolación. Por su actuación en el combate habido en Casas y Tumbas de
Torino (Pinar del Río) el día 27 de septiembre de 1896, fue agraciada con la
Cruz de plata del Mérito Militar con distintivo rojo.
Tras eso, su columna pasó a
operar por la jurisdicción de la Habana, siendo respetada y atendida tanto por
jefes y oficiales como por los soldados, pues siempre era la primera en
auxiliar a los heridos, llevando siempre entre los efectos que constituyen la
cantina una buena provisión de hilas y vendajes, los que aplicaba a los heridos
con desprecio de su vida en medio de los más rudos combates.
No he conseguido, de momento,
encontrar más información sobre esta cantinera malagueña.
Soldado Malagueño
Málaga - 2025