Ríos y Rubio, Diego de los
Nació en la ciudad de
Antequera el veinticinco de febrero de 1817 y bautizado al siguiente día
veintisiete en la iglesia colegial de esa ciudad. Fueron sus padres Diego Díez
de los Ríos Moscoso y María del Carmen Rubio Reina. Fue bautizado con el nombre
de Diego José María del Socorro Sebastián Cesáreo de la Santísima Trinidad.
Estudió en la
Universidad de Granada, donde consiguió el título de bachiller en Filosofía,
continuando con los estudios de Leyes hasta 1835, que hallándose cursando el
cuarto curso cambió de planes y decidió hacerse militar, ingresando en el regimiento
de Málaga, veinte de línea, donde el treinta de noviembre obtuvo el empleo de
subteniente por elección, pasando a Cataluña antes de acabarse el año.
He estado buscando en
el archivo de la Universidad de Granada y tan solo he encontrado una referencia
a José Díez de los Ríos, natural de Antequera, y se trata de una prueba de
curso para bachiller del año de 1828, aunque no puedo asegurar que se trate de
él.
No puedo empezar más
activamente su carrera militar, pues a partir de 1836 comenzó a participar en
la guerra civil, la Primera Guerra Carlista, escoltando convoyes entre
Esparraguera e Igualada y hallándose en las acciones de Villamayor del
veintiséis de marzo y de San Hilario del dieciséis de julio.
El cinco de febrero
de 1837 es nombrado auxiliar de
Estado Mayor de la División de Vanguardia, hallándose en ese año en las
siguientes acciones:
- en Peracamps el primero de mayo
- en Solsona el siguiente día 12, donde por su buen
comportamiento fue premiado co la cruz de primera clase de San Fernando.
- en el levantamiento
del sitio de Villanueva de Meyá el veintinueve de mayo,
- en la batalla de Gra del doce de julio, donde nuevamente por
los méritos contraídos fue premiado con la cruz de Isabel la Católica,
- en la de San Miguel de Ferradell del quince del mismo julio,
donde fue ascendido al empleo de teniente en el mismo campo de batalla,
- en las de San Feliú de Saserra en día veintiocho y en la de
Capsacosta del día treinta,
- en las de Fondendosca el veintiocho de agosto y de San Juan
de las Abadesas dos días después,
- el dos de octubre en la del Manlén, por cuyas acciones fue
declarado Benemérito de la Patria
- en las alturas de Bentosa el veintisiete de noviembre y en
el levantamiento del sitio de Puigcerdá día siguiente.
El año de 1838, aparte de las operaciones militares de combate, en
febrero realizó la comisión de auxiliar del cuerpo de estado mayor general, en la primera división
del ejército y con ese destino y por orden del general en jefe, fortificó la
plaza de Maullén y reconstruyó las murallas de Roda y Vallafogona.
- le podemos ver en la toma de Ripoll en marzo,
- en las de Bascaró del siete de abril, a la de San Quirce de
Rasga y bloqueo de la misma población del nueve al dieciséis del propio mes,
habiendo obtenido el día anterior el ascenso a capitán. Era ayudante de su
batallón desde el anterior nueve de febrero,
- entre el entre el veintisiete y treinta de abril en el sitio
de Urés,
- en la sorpresa de Rupit la noche del treinta de mayo,
- en la acción del Puente de Malamaguina y Coll de Aquinen el
treinta y uno de agosto,
- en la de los camps de Roda y en el levantamiento del sitio
de Camprodón el veinticinco de septiembre,
- en las quebradas de Villadrán el veintiocho de octubre,
- en Solsona y Torregrosa el cinco de noviembre y al día
siguiente en el Campo del Milagro y Bergús.
Desempeñó también en
este año funciones de secretario de campaña del tercer cuerpo de operaciones
del ejército de Cataluña.
No vuelvo a tener
noticias de él hasta el año de 1840, que
- se halló en la acción de Timbar del veinte de enero, donde
por su comportamiento se le otorgó el grado de comandante del arma,
- se alló en la sorpresa de la noche del diez al once de mayo
y en las acciones habidas en Bescano y Sierra de Llinester del siguiente día
veintisiete,
- junto a la frontera francesa el seis de julio, donde con una
parte de la caballería sorprendió a los carlistas, derrotándolos y haciéndose
sus hombres con un importante número de caballos, armas y bagajes.
Una vez acabada la
guerra, el primero de diciembre de ese año fue destinado al regimiento de
América Nº 14, hallándose en enero de 1842 al mando de una columna persiguiendo
en el distrito de Santa Colama de Farnés a bandidos absolutistas que se
dedicaban al robo, permaneciendo en ese empeño hasta la liquidación de esas
bandas, pasando casi sin solución de continuidad al bloque sitio y bombardeo de
la plaza de Barcelona hasta el cuatro de febrero, que entraron las tropas
liberales y pusieron orden en la plaza.
Este año puso de
manera oficial sus conocimientos sobre la legislación militar al ser la defensa
del teniente del regimiento de Saboya Joaquín Gómez, quien se enfrentaba a un
consejo de guerra.
Hallándose desde el
primero de abril de 1843 disfrutando de una licencia temporal, se produjo el
levantamiento contra el general Baldomero Espartero y tomando parte en dicho levantamiento,
se trasladó a Málaga, donde fue nombrado jefe de estado mayor y con este
nombramiento salió al frente de una columna de operaciones por la Serranía de
Ronda y el campo de Jimena, tras las cuales, el veintiuno de agosto obtiene el
empleo de segundo comandante y el grado de teniente coronel y desde el día
siete de julio reúne en su persona los empleos de secretario de la capitanía
general de Granada y de jefe de estado mayor de ese distrito militar.
Habiéndose producido
el veintinueve de septiembre de ese año un pronunciamiento contra el gobierno
en la ciudad de Almería, fue Diego de los Ríos enviado al mando de una columna
a restablecer el orden legal con una escasa fuerza de noventa y tres infantes y
cuarenta y dos caballos, logrando en su avance por los pueblos de la provincia
que colaborasen proporcionando material y víveres, con el objeto de poner sitio
a la capital, a la vez que ordenó propagar la noticia de que venía al frente de
un impresionante ejército compuesto por seis mil soldados.
La plaza de Almería,
que había logrado reunir a dos mil quinientos milicianos, diecinueve piezas de
artillería y cuatro guardacostas, ante las "alarmantes" noticias que
recibía, decidió deponer las armas, pudiendo entrar las tropas al mando de
Diego de los Ríos el siguiente día cinco de octubre. Una de sus primeras providencias fue
nombrar al abogado y ex diputado por Almería Bernabé Morcillo de la Cuesta como
regidor del Ayuntamiento de Almería.
Por estos hechos obtuvo el empleo de primer
comandante y por petición del alcalde, regidores, diputados, abogados,
comerciantes, escribanos y otras personas de posición el cargo de
comandante general de la provincia almeriense, petición que quedó recogida por
carta fechad el siete de octubre de 1843:
»Excmo.
señor Secretario de Estado y del despacho de la Guerra.
» Los dias de gloria que está dando á Almeria el valiente y entendido
militar D. Diego de los Rios, ni se apartarán de nuestra memoria mientras
existamos, ni dejará de marcarlos la historia con caracteres halagüeños.
» La situacion de esta capital era la mas violenta y angustiosa por los
acontecimientos desgraciados que todos lamentamos; y cuando se perdia toda
esperanza de tranquilidad y consuelo, cuando los buenos abandonaban los hogares;
Rios, con un puñado de soldados que imitaban su ejemplo, vuela en nuestro
socorro, sin ser obstáculo las muchas leguas que en poco tiempo atravesaba;
entra en Almeria y con un acierto y tino increible en una edad temprana, nos
provee de Autoridades, pone á salvo los caudales públicos, aleja los elementos
de todo trastorno y nos dice que reposemos tranquilos, porque nuestra custodia
le está encomendada. Tocábamos estos hechos y apenas los creíamos. Ejército que
cuenta con oficiales como D. Diego de los Rios, se dá á conocer en el mundo
entero por los actos que hoy todos admiramos.
» Almeria , cuyo pueblo anhela seguir disfrutando el estado lisonjero de
quietud que hoy disfruta; no está en el caso de exigir ni acaso lo haria aunque
pudiese; le incumbe solo pedir y suplicar; y partiendo de este principio, se
atreve rogar á V. E. se digne inclinar el ánimo del Gobierno de la Nacion á que
se sirva disponer que D. Diego de los Rios continúe en el mando militar de esta
provincia.- Almeria 7 de Octubre de 1843.-Excmo. Sr.»
Permaneciendo con dicho cargo hasta febrero
de 1844, que pasó a continuar sus servicios como teniente coronel en el
regimiento de Córdoba Nº 10, permaneciendo tranquilamente en su nuevo destino
hasta el siguiente doce de julio, que habiéndose trasladado con tropas a su
mando a la provincia de Tarragona, mandando una columna el día dieciséis, con
la cual tomó la plaza de Tallés, permaneciendo de operaciones hasta el
diecisiete de agosto. Por su actuación, obtuvo el grado de coronel el siguiente
trece de octubre.
Desde el cuatro de abril al treinta y uno de
julio de 1846 estuvo al frente del gobierno de la plaza de Cardona y en el mes
de octubre volvió a salir al campo de operaciones contra los facciosos.
El año de 1847 continuó de operaciones y en
primero de mayo de ese año y a frente de una columna se las vio con los
carlistas en la provincia de Gerona, teniendo varios encuentros con ellos:
- en San Pedro
de Torelló y La Bota el veinticinco de julio,
- en el Coll de
Frerá el veintiuno de agosto y en las de
Colisa y Coll de Relú del siguiente día veintidós,
- en la de
Sierra Ginestara del cinco de septiembre.
El veintiocho de agosto obtiene el empleo de
coronel y es nombrado comandante general de las columnas del distrito de Olot,
con las que siguió hostigando a los facciosos carlistas y a los bandidos si se
les ponían por delante, y así finó el año.
El cinco de febrero de 1848 y como premio a
su excelente labor en Cataluña, fue premiado con la cruz de comendador de la
Real y Distinguida Orden Española de Carlos III.
Ese mismo año, se le confiere el mando del
regimiento de Astorga, y en esta nueva situación se halló en los siguientes
hechos de armas:
- en la acción
de Moyó del cinco de mayo,
- en las del
Coll de San Ciscle del diecinueve de agosto y la de la casa-posada de Albaña el
veintitrés del mismo mes,
- en las de
Single de Santa Magdalena del tres de septiembre y Masanet de Cabreris del
veintitrés siguiente,
- en la del la
Cruz de Vallafogona del seis de octubre y desde el siguiente día quince
mandando la tercera brigada de la cuarta división.
Una vez al mando de esta brigada, comenzó
1849 de manera infatigable de la misma manera que acabó el año anterior, esto
es, persiguiendo y combatiendo a los reaccionarios, a los carlistas, batiéndose
ese año en los siguientes puntos y acciones:
- en las
acciones en las cercanías de Amer entre el once y el diecisiete de enero, donde
fue herido el gran general Cabrera, distinguiéndose nuestro hombre en esas
acciones, tanto que la reina, al tener conocimiento de ello, ordeno que se le
tuviera en cuenta para ser recompensado,
- en la acción
de Castell de Asit, donde el faccioso Marsal fue sorprendido y batido,
cogiéndosele treinta y nueve prisioneros y diez caballos,
Continuó de operaciones hasta el fin de la
guerra en el Principado, siendo promovido al empleo de brigadier de junio.
Entre el veintitrés de junio y hasta fin de
Agosto del año 1849, continuó con el mando de la brigada y desde treinta y uno de agosto del mismo mes
hasta el doce de Setiembre desempeñó los cargos de comandante general de la
provincia de Gerona y el de gobernador interino de la misma. Desde el siete de
Octubre hasta el veintitrés del mismo volvió á desempeñar la misma comisión.
Así mismo, también se le encargó la comisión de inspector de las fábricas de
tres distritos del principado de Cataluña.
El cinco de septiembre empieza a mandar el regimiento de la Princesa Nº
4 y en dicho regimiento pasó los siguientes años de guarnición, rotando por
diferentes plazas.
Los años de 1850 y 1854 carecen de actividad
bélica para nuestro hombre, siendo sus actividades las que a continuación se
expresan:
- el tres de febrero
del 50 fue nombrado presidente de una junta que se creó con el objeto de
examinar á los jefes y oficiales de reemplazo,
- el dieciocho
de maarzo siguiente, se le encargó la comisión de pasar revista de inspección a
varios batallones de la reserva,
- el veinte de diciembre
del mismo año se le concedió un año de abono el natalicio de la Princesa de
Asturias-
- por real orden
de veinticuatro de abril de 1853 y con antigüedad de diecisiete de enero
anterior, se le concede la cruz de San Hermenegildo.
En mayo de 1855 fue
nombrado vocal secretario de la junta organizada para examinar el proyecto de táctica
del marqués del Duero y el treinta de septiembre comandante militar de la plaza
y provincia de Lérida, una región donde estaba gestándose una nueva guerra
civil, donde la agricultura, el comercio y la industria se hallaban bajo
mínimos, donde la seguridad individual y la propiedad se veían gravemente
amenazadas un día sí y el otro también.
Ante este panorama,
antes que amilanarse, nuestro buen antequerano decidió coger el rábano por las hojas y el día dos de octubre ya se hallaba
de operaciones con sus columnas, teniendo en diecisiete días cuatro combates
con los facciosos carlistas, a los que hizo bastantes prisioneros, creando el
día diecinueve un somatén, apoyado, por cierto, por la población de los pueblos
por los que pasó, con el cual fusiló a diecinueve facciosos se indultó a
cuarenta y cinco. El resto de los facciosos se internó en Francia.
Estos éxitos fueron
celebrados por las autoridades civiles del país y la Diputación de Lérida hizo
el siguiente manifiesto el veintinueve de octubre:
"La provincia de Lérida gemia bajo el peso de la guerra civil y
sus pacíficos habitantes eran víctimas de la barbarie de las facciones, que se
habian arraigado demasiado en su suelo, favorecidas por la escabrosidad del
terreno y por la cercania al vecino imperio, último refugio siempre de sus
correrias.
" La provincia de Lérida temia con razon
que este angustioso estado continuara por mucho tiempo, pues de dia en dia iban
perdiendo los pueblos la confianza de que las facciones fuesen dominadas, porque
comprendian la dificultad de batirlas con el sistema que se observaba en su
persecucion. La diputacion conoció esta calamidad que tenia ya desmayados y sin
aliento á sus representados, y acudió al gobierno de S. M. pidiéndole fijara su
atencion en ellos y se sirviera dictar las disposiciones que creyera
convenientes para estirpar de raiz el mal que los aquejaba.
"El celoso gobierno de la nacion no
podia hacerse sordo á estos clamores y fijó la vista en V. S. á cuyo carácter
activo y simpático confió la árdua empresa de pacificar esta provincia. El
cargo era grave y dificil, pero V. S. á fuer de militar español no retrocedió
ante ninguna consideracion; vino y con la llegada renacieron la actividad y la
confianza.
"Un mes escaso hace que esta corporacion
tuvo el placer de recibir á V. S. á su arribo y de admirar su entusiasmo y su
ardor bélico, y un mes escaso ha bastado para que las facciones desaparecieran
de nuestro territorio y haya renacido la paz y la tranquilidad que tan lejanas
mirábamos antes.
"Loor al caudillo que tan bien ha
sabido cumplir la mision que le confiara el gobierno, que tan bien supo escoger
la persona que debió pacificar nuestra provincia, y loor al bizarro ejército y
decidida milicia nacional que tan bien han secundado las disposiciones de su
esclarecido gefe.
"Dígnese V. S. señor brigadier, recibir
el mas cordial parabien que junto con la mas sincera protesta del alto aprecio
y consideracion que le merece, tiene el honor de dirigirle la diputacion de la
provincia de su mando. Dios guarde etc."
Además de esto, en
comunicado a los alcaldes gerundenses, la Diputación decidió ofrece al general
Ríos una espada de honor como agradecimiento del país.
En el mes de noviembre le llegó el ascenso a mariscal de campo
pasando a tomar el mando de las fuerzas que operaban en la provincia de
Barcelona y ante la presencia, ¡todavía! de elementos facciosos en la
provincia, el día veintinueve de noviembre convocó en Cardona a los principales
del país para concertar una acción común contra el enemigo, respondiendo muy
positivamente numerosos ayuntamientos, firmando el cuatro de diciembre en Berga
un compromiso para liquidar las partidas de facciosos reaccionarios que
arruinaban a Cataluña.
Así, con esta
retaguardia segura, entre el doce y el veintidós de diciembre consiguió
liquidar las bandas reaccionarias, causando bajas importantes entre ellas, como por ejemplo Antonio Tristanys, muerto en
la acción de Casa Masana de Pinós, haciendo prisioneros y no pudiendo evitar
que muchos pasasen a Francia.
Permaneció al mando
de la comandancia general de Lérida, la cual le había sido conferida en
propiedad por real orden de siete de noviembre anterior y que mantuvo hasta el
primero de mayo que se trasladó á Valencia, para cuya capitanía general había sido
nombrado segundo cabo en diecinueve de abril anterior.
Por real decreto de
diecisiete de julio, fue nombrado gobernador civil interino de esa provincia y
por otro de veintinueve del mismo fue agraciado con la gran cruz de Isabel la
Católica. Por una real orden de ocho de agosto, se le confirió el mando de
aquel distrito como capitán general interino, interinidad que duró hasta el
siguiente siete de enero de 1857, que por real decreto fue confirmado como
capitán general de Valencia en propiedad.
Poco después pasó a
ser capitán general de Andalucía, y con este rango, en 1859 se le entregó el
mando de la División de Reserva del Ejército de Operaciones en África, con la
cual pasó a Marruecos, desembarcando en las proximidades de Tetuán el dieciséis
de enero de 1860, combatiendo a los moros el siguiente día veintitrés, cuando
atacado por un grueso contingente de enemigos "... formó algunos cuadros con los batallones
que se encontraban á su lado, y encerrándose en el interior del de Cantabria, rechazó
á la caballería enemiga."
El dia de la batalla
del cuatro de febrero, se mantuvo en reserva y en la acción del veintitrés de
marzo, la batalla de Wad-Ras, flanqueó por la derecha la cordillera de Sierra
Bermeja, impidiendo tanto la retirada de los enemigos como el poder recibir
estos fuerzas de apoyo.
Por sus méritos, ganó
el empleo de teniente general.
Una vez terminada la campaña marroquí, se
quedó guarneciendo la plaza y término de Tetuán, donde quiso la mala suerte que
enfermara de cólera, por culpa de la cual falleció el nueve de julio de 1860,
siendo su cuerpo embalsamado y trasladado a Ceuta, desde donde vía marítima
partió a Barcelona en el vapor militar Edetana, ciudad a la que llegó en la mañana del día
dieciséis y donde recibió sepultura.
Según una carta
recibida en la redacción de un periódico, esta fue la muestra de honra que se
le dispensó al general Ríos en Ceuta:
"Ceuta
11 de julio.
Anteayer corrió la voz de que habia
fallecidoe el general don Diego de los Ríos, dándose ya por cierta la noticia
después de la llegada del correo de Tetuan.
Ayer mañana, á las once, llegó el vapor Barcelona,
y al ver á media asta la bandera, ya creímos venia á bordo el cadáver del
referido general, como así sucedió. Acompañábanle un coronel de Estado mayor,
un oficial de Sanidad militar, un ayudante de campo, un oficial y 21 hombres de
Infantería de marina y algunos marineros. Como debe quedar depositado en esta
hasta nueva resolucion, a las seis de la tarde fué desembarcado del modo
siguiente:
El féretro fué colocado en un lanchen en el
que venian sobre unos 20 marineros y 4 centinelas de infantería, de marina, á
la derecha dos lanchas con los señores Comandantes de marina, capitan del
puerto y otros varios oficiales; a la izquierda otro lanchón con la restante
fuerza que daba la guardia de honor.
En la escalera principal del muelle
aguardaban los Excmos. Sres. Comandantes generales de la division y de la
plaza. Colocado el cadáver sobre una mesa que habia preparada inmediata á la escalera,
se le cantó un responso por la Rda. Comunidad, y enseguida marcho la comitiva
en el órden siguiente: La Rda. Comunidad, los restos del espresado general en un
ataud cubierto de paño negro galoneado de oro, conducido en hombros por seis
marineros; los Excmos. Sres, D. Manuel Gasset, D. Bamon Gomez Pulido y todos
los señores jefes
y oficiales francos de servicio de la plaza y division de ocupacion, la guardia
de honor de infantería de marina y un cabo y cuatro soldados de caballería,
cerrando la comitiva un batallon del regimiento fijo de Ceuta y el escuadren
cazadores de Mallorca.
Conducidos aquellos restos mortales á la
iglesia de Ntra. Sra. del Carmen, se le cantó otro responso, siendo colocado el
ataúd en el centro de la iglesia con cuatro blandones encendidos y cuatro
centinelas del regimiento fijo de Ceuta que. quedó liando la guardia de honor.
Hoy se espera saber la contestacion del
punto á donde debe ser conducido el cuerpo del general Rios, pues parece que su
voluntad fué que no se le enterrase en Tetuan.
El cadaver fue embalsamado por los oficiales
de Sanidad militar, señores Nonell y Banas, ambos catalanes"
El tratamiento dado a
sus restos mortales fue bastante criticado por el pueblo barcelonés, que
protestó por la forma en que habían sido desembarcados y dado sepultura en el
Cementerio General de esa ciudad, sin ninguna clase de pompa fúnebre ni militar
ni religiosa. Ante estas manifestaciones, las cuales se mitigarían si son
devueltos a la capital, donde deberían recibir un tratamiento digno de la
memoria de tan digno general.
No sé si se llegó a
hacer eso, pero el siguiente día veinticuatro la prensa decía que había rumores
de que sus restos iban a ser trasladados a Sevilla y se reclamaba que ya que no
había tenido en la ciudad condal el recibimiento que merecía, en el caso de que
fuera verdad ese traslado a Andalucía, que al menos la despedida fuera lo más
honrosa posible.
Sea como fuere, en la
mañana del día once de agosto "...con sencilla pero majestuosa
pompa..." se oficiaron en la iglesia de Santa María del Mar las un funeral
por su eterno descanso, una misa de requiem.
Lo llamativo es que en dicha ceremonia es que sus paredes estaban cubiertas por
paños negros y brillaban por su ausencia
inscripciones y emblemas que recordasen los heroicos hechos de tan
insigne militar.
Numeroso gentío
acudió a dicha ceremonia, donde entre el pueblo, destacaban el gobernador
civil, el alcalde de Barcelona, el general segundo cabo de la provincia, el
obispo, militares de alta graduación.
En 1855, publicó una
obra militar titulada El Veterano.
Resumen de conocimientos útiles para la administración y gobierno de los
cuerpos militares.
Contrajo matrimonio con Adelaida Nicolau
y Tovar en Gerona, natural de Reus, el once de mayo de 1849, siendo testigos
del enlace los primeros comandantes del regimiento de Astorga Francisco Sánchez
Rincón y Eufrosio Bueno. Uno de sus hijos, Diego, ingresó en el arma de
caballería en 1860.
Su hoja de
servicios se halla en el AGMS, Sección 1ª, Legajo r-1220 y la de matrimonio en
el AGMS, Sección 1ª, Legajo R-1222 Expediente matrimonial.
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NOTA: La imagen está tomada del Museo de Antequera
Soldado Malagueño
Málaga - 2024