SOLDADO MALAGUEÑO

También narramos las vidas militares de soldados de España y de todo el cosmos hispano en ambos hemisferios, por el Atlántico, por el Lago Español, por el Mediterráneo, por el Índico y allá por donde haya pasado un soldado HISPANO ondeando nuestras banderas.


miércoles, 13 de marzo de 2024

ANTONIO ALÁEZ BAYONA. UN HÉROE EN MARRUECOS.

   Nació Antonio en Marbella un veinticinco de junio de 1896 y era hijo de Antonio Aláez Cardona, teniente coronel del cuerpo de carabineros, y de Carmen Bayona y Castro.

   El treinta y uno de agosto de 1912, a la edad de dieciséis años, ingresó en la Academia de Caballería, de donde salió con el empleo de segundo teniente en 1915, con antigüedad de veinticuatro de junio, siendo destinado al regimiento Alfonso XII de caballería, en la plaza de Sevilla, pasando el siguiente mes de agosto como agregado al primer establecimiento de remonta, en Úbeda.

   El 21 de agosto de 1916 cesa en las prácticas q1ue durante un año agrícola y ganadero estuvo en el servicio de remonta y cría caballar, incorporándose nuevamente al regimiento Cazadores de Alfonso XII, como segundo teniente, marchando a Madrid el primero de octubre a la Escuela de Equitación Militar a realizar el curso de inicio de equitación.

   El siete de enero de 1917, fallece en Málaga su padre, quien era en el momento de su fallecimiento coronel subinspector de la comandancia de carabineros de Málaga, siendo enterrado al día siguiente en el cementerio municipal.

   El 25 de junio de 1917 recibe su despacho de primer teniente, permaneciendo en el mismo regimiento y escuela de equitación.

   El 28 de julio de 1917, en vista de las excelentes calificaciones obtenidas en la academia, una vez terminado el curso de equitación, fue premiado con la cruz de primara clase del Mérito Militar con distintivo blanco y destinado al regimiento de Cazadores de Alcántara, 14.º de Caballería, en la comandancia de Melilla.

   El 18 de octubre de 1917 es destinado a servir su empleo en el regimiento de Taxdir, de donde en 1918 pasó a las tropas de la Policía Indígena de Melilla, en Batel, y  tras su actuación en las operaciones realizadas en Sidi Yagoud fue felicitado y nombrado como distinguido el siguiente tres de mayo de 1919.

   Así mismo, por sus intervenciones en las campañas que hubo entre el treinta de junio de 1918 al tres de febrero de 1920 se le concedió una Cruz del Mérito Militar, con distintivo rojo.

   Hallándose en el regimiento de Alcántara, recibe el veintiséis de enero de 1920 la orden de retornar al de Cazadores de Alfonso XII y el diecinueve de noviembre de siguiente, recibe la real licencia para poder contraer matrimonio con María de la Concepción Gálvez y Pérez.

   El dos de diciembre de 1920, le fue concedida la cruz de plata del Mérito Militar con distintivo rojo.

   Tras los desgraciados sucesos que tuvieron por nombre el Desastre de Annual, el 29 de septiembre de 1921 es destinado al cuerpo de Fuerzas Regulares Indígenas de Melilla Nº 2, pasando a operaciones, hallándose en las de la recuperación de Zeluán y Monte Arruit del catorce y veinticuatro de octubre y de Dar Drius del diez de enero de 1922, volviendo a recibir los calificativos de distinguido y de muy distinguido el siete de noviembre de ese 1922 y de nuevo distinguido el dieciocho de marzo de 1923.

   El 11 de junio de 1922 se halló en comisión de servicio, la cual consistió en asistir al concurso hípico celebrado en Tetuán, la cual concluyó el siguiente día treinta.

   Otras operaciones en las que se halló entre ese veintinueve de septiembre de 1921 y el treinta y uno de mayo de 1923 fueron Sba-Sba y Kandussi, Imelahen, Chemorra y Tahar-Alall, Beni-Said y otras, recibiendo en varias ocasiones las felicitaciones de sus jefes.

   El veintinueve de mayo de 1923 salió de Tafersit escoltando un convoy con leña, agua y víveres a las posiciones del sector de Tizzi Assa siendo atacados por los moros y en la acción de Yazamen y Tifasor, al caer muerto su capitán logró imponerse a la situación y asumiendo el mando, condujo a sus soldados en un decidido avance, arrollando al enemigo, facilitando grandemente el éxito de la operación por la rapidez, decisión y fidelidad con que transmitió las órdenes dadas, estableciendo un perfecto y constante enlace entre el mando y todas las unidades,  atravesando constantemente zonas  muy batidas y lanzándose por último al asalto del poblado de Beni-Uset (o Ben Yusef) a la cabeza de las tropas, pero fue rechazado por el constante y nutrido fuego realizado por el enemigo allí atrincherado, perdiendo a la mayoría de sus hombres.

   No obstante eso, no se arredró y logrando reunir a los quince hombres que le quedaban, se lanzó a un nuevo asalto, donde fue herido de gravedad en el vientre, pero dada la situación y viéndose capaz de sostenerse, se negó a retirarse y siguió al mando, pero pasado el tiempo y por el agotamiento y por la gravedad de las heridas, incapaz ya ni de articular palabra, falleció, no sin antes haber conseguido el resto de su tropa desalojar al enemigo de la posición que ocupaba. Era el 31 de mayo de 1923.

Por este hecho, y desde luego a título póstumo, se le consideró acreedor al ascenso al empleo inmediato superior, es decir, al de capitán de caballería, supongo que a efectos de la pensión que debería cobrar su viuda. así mismo, obtuvo la Cruz Laureada de San Fernando, por orden de quince de febrero de 1928.

    En esa acción se produjeron más de cien bajas entre muertos y heridos entre la tropa, la mayoría personal indígena. Aparte del capitán y de nuestro Antonio Aláez, se tiene constancia que en esa operación también murió el alférez del Tercio Yanti y fueron heridos los alféreces José García Esteban, Salvador Marín y Juan Pérez, los tres del Tercio. También resultó herido el alférez de Regulares de Melilla Natalio Cortés.

   Sus restos mortales recibieron cristiana sepultura el sábado dos de junio, en el Patio 20, fila 5, nº 24 del cementerio de la Purísima Concepción de Melilla, aunque, probablemente por decisión de su familia, el cinco de junio de 1928 sus restos fueron trasladados al malagueño cementerio de San Miguel.

   Al parecer, su expediente, conservado en el archivo general militar de Segovia, responde a la siguiente signatura: secc. 1.ª, leg. A-540.

Soldado Malagueño

Málaga - 2024

sábado, 27 de enero de 2024

PANEGÍRICO DEL CAPITÁN MARTÍN DE ARRESE NARVÁEZ

 

    Muy estimado amigo de mi mayor consideración.

   Quisiera poder besar la mano de V. S. en una ocasión más propicia que la que desgraciadamente me veo precisado de hacerlo a través de esta carta, aunque siendo como somos mortales, puede tener V. S. el consuelo, el gran consuelo, en lo que Dios nuestro Señor ordenó que sucediese y que nosotros, pobres mortales, hemos de aceptar con cristiana resignación. Sic transit gloria mundi.

   El Sr. D. Martín de Arrese, que en Gloria esté, desde que salió de su casa  hemos estado él y yo siempre tan juntos en las ocasiones que se han dado en el servicio de S. M. que me permite poder decir a V. S. que en todo ese tiempo ha servido al rey nuestro señor de acuerdo con su nacimiento y las obligaciones de su ilustre apellido.

   Él llegó a servir su mérito en estas galeras de esta escuadra de Sicilia estando yo aun en España con motivo de la guerra contra los moriscos. Con ellas vino a este reino donde el señor duque de Osuna, conociendo el prestigio de su padre y abuelos y teniéndole por caballero de valor, fue su deseo ponerle entre los primeros, otorgándole una bandera de la compañía de infantería española en que servía.

   Viendo el señor duque con el arrojo, valor y decisión con que se comportaba el buen caballero D. Martín ante el enemigo, que a poco tiempo de darle la bandera, decidió otorgarle el mando de una compañía del tercio para que la mandara y diera con sus acciones honor al rey y a España.

   El primer año que llegamos a este reino, anduvimos con las galeras de Nápoles y Malta juntas a tomar los Quérquenes, donde se peleó con los moros bravamente, destacándose el buen caballero D. Martín por su bravura y saber de las cosas de la guerra a pesar de su juventud, recibiendo una herida en la espalda, la que no impidió que finalizase su tarea junto a los hombres de su compañía.

   Por orden del Sr. duque de Osuna, pasamos algunas galeras de Sicilia a Berbería, a tomar, saquear y quemar La Kelibia, embarcándose en una de las galeras sicilianas D. Martín con su compañía y al llegar le di orden de que con doscientos soldados fuese a entrar dentro de la fortaleza, como lo hizo peleando bravamente, luchando él y su gente cuerpo a cuerpo con los enemigos logrando matar a muchos, saquear y quemar el sitio como el Sr. duque nos había ordenado, retornando posteriormente a las galeras sufriendo por el camino el acoso de los moros.

   Tras embarcar toda la gente de guerra que había saltado a tierra, pusimos proa a La Goleta, donde logramos, a pesar de la artillería de la plaza, quemar nueve bajeles enemigos y también en esta función se halló en primera línea D. Martín.

   Este año de 1613, la primera salida que se hizo con las galeras fue ir a la vuelta de Bizerta con la orden de tomar la plaza y quemar cuantas galeras hubieran fondeadas o en carena, habiendo embarcado para la operación a min novecientos soldados del Tercio, inclusos D. Martín y su compañía. Pero los de Bizerta recibieron aviso de la proximidad de la escuadra, realizaron los apercibimientos necesarios para la defensa y con motivo de esto no me pareció oportuno poner a la gente en la tierra pues las posibilidades de éxito era bajas y no quería mandar a mis hombres a morir inútilmente, por lo cual nos dimos la vuelta de regreso a Sicilia, aunque por el camino se tomó la plaza de Caramuli con muchos turcos dentro, portándose D. Martín con gran valor y desprecio del peligro.

   En el último viaje a Levante se embarcó D. Martín con su compañía en la galera capitana de la escuadra de Sicilia, que eran nueve galeras, llevándonos aquel viaje hasta la Anatolia de Levante y por el camino un barco griego nos dio noticia de la presencia de doce galeras turcas de guerra, resolviéndome de inmediato ir a darles caza, desafiarlas y batirlas, confiado en la buena infantería española que llevaba conmigo, así como buenos capitanes y pilotos.

   Topamos con la escuadra turquesca al amanecer de una mañana clara y ordené que la capitana embistiera a la capitana turca y una vez hecho esto y tendidos los puentes de asalto, pasó D. Martín desde la popa de nuestra a la proa de la capitana turquesca, donde como si de un coloso se tratara embistió bravamente a los turcos, que se defendieron gallardamente.

   Durante la batalla, que duró poco más de una hora, resultó con dos heridas D. Martín, una en un ojo y otra, de gran severidad, en la garganta, pudiendo ser retirado de las tablas de la galera turca y trasladado a una española, donde fue prontamente atendido por el cirujano y del protomédico de las galeras, que es muy bueno en su profesión, consiguiendo estabilizar la fea herida de la garganta. La galera partió prontamente con los heridos a Milazzo, tierra de la costa de Sicilia, donde fue alojado en una buena casa prodigándosele los mejores cuidados.

   Pero la gravedad de la herida hizo que fuera empeorando, uniéndose en la gravedad la del ojo, apagándose poco a poco su vida y haciendo en ese tiempo lo que debía como buen cristiano y haciendo su confesión y comunión entregó su alma al Creador, debiendo estar ahora gozando de Dios en el cielo. Su cuerpo fue enterrado en el cementerio de la iglesia de San Francesco di Paola de la localidad.

   Y así ha acabado este buen caballero hermano de V. S. haciendo a su rey en poco tiempo tantos servicios particulares como he tenido ocasión de ver personalmente sirviendo como lo ha hecho bajo mi mando y no sé que mayor consuelo pudiera yo dar a V. S. para que reciba esta carta como de la mano de Dios y a mí me tenga por su servidor  en cuantas cosas sea servido de mandarme.

   Su señora madre de V. S. y su padre tendrán menester el consuelo que su prudencia de usted sabrá darles.

   V. S. sea servida mandarle dar la carta.

   Guarde Dios a V. S. muchos años como deseo. Palermo 2 de Octubre de 1613

   Octavio de Aragón.

Soldado Malagueño

Málaga - 2024

martes, 16 de enero de 2024

CAPITÁN MARTÍN DE ARRESE NARVÁEZ

   Nació Martín en la ciudad de Antequera, en torno al año de 1586 y era hijo de Martín Pérez de Arrese y María de Narváez, siendo ambas familias ilustres de esa ciudad. No lo puedo asegurar, pero es bastante probable que Martí  Pérez de Arrese fuera el I señor de Villanueva y IV del castillo de Cauche.

   No he conseguido ninguna noticia de su infancia y primera juventud, lo cual no tiene nada de extraño, aunque conociendo un poco la Antequera de esa época, donde florecieron ilustres figuras de la literatura, la jurisprudencia, la milicia  o la Iglesia, no tendría nada de extraño que nuestro biografiado recibiera una educación bastante esmerada, cosa bastante común entre las clases pudientes de la España de los siglos XVI y XVII. 

   No debía ser Martín hijo primogénito, pues la primera noticia que de él he hallado se refiere a la milicia y nos lo sitúa en el año de 1605, cuando se hallaba en Italia. Efectivamente, por la documentación consultada, he sabido que en ese año partieron al mando del marqués de Santa Cruz treinta galeras de Nápoles, Sicilia, Génova y Malta en dirección a Levante, a acosar al turco en acción corsaria.

   Entre los generales que acompañaban al marqués, se hallaba Carlos Doria, adelantado de Castilla y general de las galeras de Sicilia, y Bernardo de Ezpeleta, prior de Navarra -de la Orden de San Juan-, general de las galeras de Malta.

   Tras varios días de navegación, llegaron a las cercanías de la isla de Cos, frente a la costa Turca y en un rápido avance y ataque, desembarcaron en tierra turca, tomando la fortaleza de Psili y minando con explosivos el castillo conocido, según el documento usado, como Castel Roso, siendo nuestro Martín uno de los enviados a realizar esa acción y en el enfrentamiento con el enemigo salió con dos heridas, que no debieron ser de consideración.

   La siguiente noticia es de 1606 y para este momento nos lo encontramos investido de Caballero de la Orden de San Juan, destinado a las galeras donde esta religión operaba. Precisamente estando embarcado en una de las cinco galeras de esta Orden que al mando del prior de Navarra antes se hallaban en las cercanía de una isla desierta cercana a la plaza tunecina de La Goleta, llamada isla de Cimbalo según el documento usado, esperando  un galeón turco que había de pasar de Alejandría a Túnez cargado hasta los topes de bienes para capturarlo.

   Pero se dio la circunstancia de que se levantó una fuerte borrasca que amenazaba con hacer naufragar los barcos. Ante esto, intentaron salir de allí, lográndolo solo dos de ellas, la San Luis y la Santiago, no pudiendo hacerlo las tres restantes, la Capitana, la San Miguel y la San Jorge, debiendo abandonarlas sacando antes todo el avituallamiento y armamento posible a tierra.

Permanecieron en esa isla por espacio de quince días, donde sufrieron el constante asalto de los defensores turcos y locales venidos en cinco galeras desde la cercana Biserta, aunque poco y mal armados, estando nuestro Martín combatiendo en todas las ocasiones que atacaron los enemigos y al decir de la documentación usada, haciéndolo bravamente. 

   Viendo los enemigos que con lo traído no podrían tomar el campamento español, volvieron a su puerto y al poco botaron ocho galeras bien provistas para el asalto, el cual no pudieron lograr gracias a la tenaz resistencia de los españoles a pesar de los tres asaltos que dieron.

   Cuando los enemigos intentaron el cuarto y último asalto al campamento español, fue Martín enviado junto a otro soldado a un lugar que estaba en verdadero peligro de ser superado por los enemigos y arengando a los compañeros que defendían aquel punto más la acometida que dieron, lograron salvar la situación y obteniendo una gran victoria. 

   No obstante esto, los enemigos volvieron a intentar un nuevo asalto armando veinticuatro galeras para llevarlo a cabo, pero por el camino se encontraron con el socorro que había enviado el duque de Feria, virrey de Sicilia, haciendo que los turcos tunecinos se tuvieran que retirar  y desistir definitivamente de la oportunidad de capturar a los cristianos y en bueno hora ocurrió, pues estos estaban ya poco menos que listo de papeles en lo que a alimentos y municiones se refería, siendo reembarcados todos y trasladados a la isla de Malta, Martín de Arrese incluido.

   En febrero de 1611 sentó plaza de soldado en la compañía de picas del capitán Francisco Velázquez y con dicha plaza en septiembre de ese año se halló en la expedición que se hizo y que culminó con la toma de las islas de los Querquenes, en la costa oriental de Túnez.

   Efectivamente, habiéndose reunido las doce galeras de la escuadra de Nápoles al mando del marqués de Santa Cruz con diez de Génova, diez de Sicilia y cinco de Malta que transportaban todas juntas un ejército que pusieron proa a las Quérquenes, a donde llegaron y pusieron sitio a la fortaleza el día veintiocho de septiembre, ofreciendo los turcos una férrea resistencia, pero tras un largo combate fueron derrotados y asaltada la fortaleza, a la vez que la coalición conseguía hundir once naves entre turcas y berberiscas. En todo el tiempo que duraron las operaciones se halló presente Martín, quien fue herido en un par de ocasiones, una de ellas en la espalda.

   Por orden del duque de Osuna de veinticinco de octubre de ese año, fue Martín nombrado alférez de la compañía del capitán Juan Fernández Cortés, cuyo cuartel estaba en la localidad siciliana de Marsala, a pasear de no tener los años de servicios requeridos para poder disfrutar de este empleo, el cual disfrutó por poco tiempo, pues el treinta de diciembre de 1611 recibe su patente de capitán de infantería española, recibiendo la compañía que tenía Juan Salmón de Camargo y ya ejerciendo dicho mando, por orden del virrey de Sicilia dada en Palermo el nueve de junio de 1612, recibe el encargo de gobernar a las compañías de infantería española embarcadas en las galeras de la escuadra de Sicilia, debiendo mantener el orden, la disciplina y el buen gobierno.

   En mayo de 1612, galeras de Nápoles al mando de Álvaro de Bazán y galeras de Sicilia al mando de Octavio de Aragón fueron enviadas por orden del duque de Osuna a tomar, saquear y quemar en localidad o isla llamada la Galibia, que no he averiguado que sitio es. La gente de guerra sumaba ochocientos hombres, entre los cuales se hallaba Martín de Arrese con su compañía y una vez desembarcados, le ordenó Octavio de Aragón que se adelantase con doscientos hombres  del tercio a tomar lo que se pudiera, consiguiendo Martín y los hombres a su mando quemar y saquear el lugar, soportando en la retirada el acoso de los berberiscos hasta que al fin pudo embarcar.

   Acto seguido se puso proa a La Goleta, donde los soldados desembarcaron, atacaron y quemaron nueve barcos enemigos bajo el fuego de la artillería de la plaza. Fue Martín, según la documentación consultada, de los primeros que saltaron a tierra y acometieron al enemigo.

   Por orden dada en Mesina el veinte de octubre de 1612, es nombrado capitán de armas a guerra de la localidad de Termini, en Sicilia, su costa y marina para todo lo referente a la guardia, seguridad, defensa y ataque de dicho territorio. Podía nombrar, poner y quitar las guardias según las necesidades de cada momento, recibiendo, además, las llaves de la ciudad. En dicha orden se le advertía que debía abstenerse de intervenir en cualquier cosa que quedara fuera de su jurisdicción.

   Ya en el año de 1613, la siguiente noticia nos sitúa a Martín frente a la plaza de Biserta junto con mil novecientos soldados más todos al mando de Octavio de Aragón, con la intención de tomar el lugar y cuantas galeras hubiera, pero habiendo sido advertidos los bisertinos de la próxima llegada de los españoles, se apercibieron para hacerles frente y viendo el general que la situación era cualquier cosa menos fácil y que iba a suponer un riesgo innecesario, decidió no desembarcar y dedicarse a correr la costa de Berbería haciendo cuanto daño pudiera al enemigo.

Habiéndose tenido noticia de la presencia de una escuadra turca en las proximidades de las islas frente a la costa continental turca, el duque de Osuna ordenó a Octavio de Aragón que partiera para atacarla y deshacerla, lo cual hizo el general Aragón, quien con 8 galeras armadas con cañones de diferentes calibres, quinientos mosqueteros, doscientos arcabuceros y doscientos coseletes se lanzó en persecución de los navíos turcos.

   Embarcó Martín y su compañía en la galera capitana, partiendo la escuadra desde Palermo el doce de agosto rumbo a levante, hacia la isla de Kitera, donde tenían la intención de cortar el avance turco y al llegar a la isla de Quios, en el sur de dicha isla se toparon en la mañana del veintinueve de agosto de 1613 con los barcos enemigos, una flota de doce barcos de guerra al mando de Mahomet Bajá.

   Viendo la oportunidad de poder asestar un buen golpe, el comandante español, estando a la altura del cabo Corvo, ordenó un rápido ataque, siendo la capitana la primera en chocar, haciéndolo contra la capitana de los turcos, lanzándose los españoles al ataque, Martín al frente de su compañía, siendo nuestro hombre de los primeros en saltar a la nave turca y trabar la lucha cuerpo a cuerpo, mostrándose muy activo, acudiendo tanto a proa como a popa para dirigir las acciones de sus hombres, pero en semejante revuelto de hombres no era difícil resultar herido y durante la aproximadamente hora y media que duró el combate, que se saldó con victoria española, nuestro hombre recibió dos heridas, una en un ojo y otra en la garganta, pudiendo ser retirado para no ser rematado.

   Fue trasladado de inmediato a la capitana española, donde el cirujano y el protomédico hicieron lo imposible por estabilizarlo, siendo trasladado a Milazzo, en Sicilia, en una casa donde fue atendido de sus feas heridas, pero a pesar de los cuidados, fue empeorando hasta que, finalmente, falleció, siendo enterrado en el cementerio de San Francesco di Paola de la localidad. Junto con Martín, murieron aquel día cinco soldados más y treinta resultaron heridos.

Soldado Malagueño

Málaga - 2024

jueves, 6 de abril de 2023

REGIMIENTO DE MILICIAS PROVINCIALES DE ANTEQUERA. 1734 - 1766

  Por Real orden de treinta y uno de enero de 1734, se crearon en España los regimientos de milicias provinciales, creándose uno con el nombre de Regimiento de Milicias Provinciales de Antequera, número 28 de la escala y su uniforme era blanco con divisa encanada. 


   Sus banderas fueron parecidas a las de los regimientos de infantería pero con el escudo de las coronelas rodeado por el collar del Toisón y por la banda celeste del Espíritu Santo, y no por los collares de las dos órdenes como ocurría en aquellas. 

   En cuanto a sus sencillas, blancas, con aspa, rótulo con el nombre del regimiento o plaza y escudos angulares timbrados por coronas ducales en vez de por coronas reales como los de infantería.   

   Nuestro regimiento tuvo ocho banderas, las cuales fueron bendecidas en el convento de los Remedios de los Padres Terceros de San Francisco.

   Su primera misión fue dar guarnición a Málaga y a los presidios menores: Melilla, Peñón de Vélez de la Gomera y Alhucemas, desconozco si a todos o solo a alguno de ellos.

   La siguiente noticia que hemos obtenido, es que permaneció dando guarnición a Málaga hasta el año de 1762, en que fue a dar relevo a algunos de los regimientos veteranos destinados a la invasión de Portugal, con motivo de la guerra motivada por el llamado Pacto de familia. 

   Cuando en 1766 quedó suprimido e integrado en el de Málaga, sus ocho banderas fueron depositadas en el convento de los Remedios de los Padres Terceros de San Francisco, en el mismo lugar donde en su día fueron bendecidas (Periódico El Sol de Antequera. Número extraordinario de agosto de 1945, p. 20)

   A partir de esa fecha, no hubo ningún regimiento ni batallón que llevara el nombre de Antequera hasta 1808.

   Durante su existencia de treinta y dos años, tuvo los siguientes coroneles:

- Pedro Jacinto de Narváez y Rojas, I conde de Bobadilla, alcaide del castillo y fortaleza de Antequera, es nombrado coronel del regimiento recién creado, (H. O. de las A. de I. y C. del E. E., T. 13, ps. 381 y 386) (Blasón de España. Libro de oro de su nobleza, Parte II, p. 44. A. de BURGOS. Madrid, 1862)

- José Moreno,

- José de Córdova y 

- Bartolomé Remón Zarco y Díez de Tejada. Tras la desaparición del regimiento y su inclusión en el de Málaga, fue nombrado coronel de este último.

   Es posible que la fuente que uso para estos nombres no supiera o por olvido omitiera el nombre de uno que según la Gaceta de Madrid, para enero de 1761 fue su coronel:

- Pedro de Campos. (Gaceta de Madrid, 13-1-1761, p. 14)

   También hemos averiguado el nombre de uno de los jefes y de uno de los oficiales que formaron parte del regimiento:

- Nicolás de Cabrera, sargento mayor del el veintiséis de junio de 1753, (Gaceta de Madrid, 26-2-1753, p. 207)

- Nicolás Bonifaz, capitán el trece de enero de 1761 (Gaceta de Madrid, 13-1-1761, p. 15)

   Y esto es todo cuanto hasta ahora hemos encontrado de este regimiento.

Soldado Malagueño
Málaga - 2023

CORONEL Y TENIENTE DE REY IGNACIO CARRASCO Y ANDRADE.

   Son muy pocos los datos que hemos conseguido hallar sobre este militar, pero como nuestra intención es recuperar los nombres de aquellos individuos nacidos en la provincia de Málaga que sirvieron en el Ejército y la Armada, aquí dejamos lo que sobre él sabemos.

   Natural de la ciudad de Vélez Málaga e hijo de Francisco Carrasco.

   Por la información obtenida, sabemos que desde al menos el año de 1760 estaba prestando sus servicios en el Regimiento Fijo de Ceuta.

   En junio de 1760 ya es sargento mayor del regimiento y recibe el grado de coronel.

   El veintidós de octubre de 1765, siendo sargento mayor, le fue conferida la comandancia del segundo batallón del regimiento.  

   En 1770 ocupa plaza de teniente coronel del regimiento.

   El veinticinco de agosto de 1772 recibe el mando del regimiento, permaneciendo como coronel del mismo hasta el año de 1785.

   En abril de 1786 es nombrado teniente de rey de la plaza de Ceuta.

   Estaba casado con Inés Girón.

   Para finales de abril de 1790 había fallecido. En sus últimas voluntades, firmadas el trece de junio de 1789. mandaba se le enterrase "...en el convento y bóveda de Nuestro Padre San Francisco en cajón propio...", en la ciudad de Ceuta.


Firma de Ignacio Carrasco, la de abajo

   Acciones de carácter militar en las que tuvo que actuar el Fijo de Ceuta entre los años de 1760 y 1789, de forma resumida fueron los siguientes.

- Miembros del regimiento sacan y salvan en el punto del Negrón la artillería de una fragata holandesa que había naufragado y de un pingue británico que había sido apresado por los moros y que los nuestros les arrebataron.

- Hizo la guerra por mar a los jabeques corsarios moros entre 1763 y 1772

- En septiembre de 1781, las compañías de granaderos pasaron con las tropas del mando del duque de Crillón a la conquista de la isla de Menorca, asistiendo al sitio y rendición de Mahón el cuatro de febrero de 1782.

- En 1782, las compañías de granaderos asisten al sitio de Gibraltar, embarcándose el trece de septiembre en las baterías flotantes para atacar las líneas británicas, pero estas los rechazan. 

Soldado Malagueño
Málaga - 2023

miércoles, 29 de marzo de 2023

HISTORIA BREVE 15. EL ASEDIO DE TARIFA DE DICIEMBRE DE 1811.

    Historia muy resumida de la heroica resistencia llevada a cabo por tropas hispano-británicas al mando del general malagueño Francisco Copons y Navia.

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   Mientras España se encuentra invadida por las tropas napoleónicas y la chusma francesa roba y destroza cuanto puede en aquellos lugares de los que se retira, existen puntos, pocos, tres, que han logrado resistir firmemente al invasor.

   De entre ellos destaca como ya todos conocemos la ciudad de Cádiz, permanentemente bombardeada sin éxito para escarnio del ejército más poderoso del mundo: "Con las bombas que tiran los fanfarrones se hacen las gaditanas los tirabuzones"

   Pero en otro punto de la provincia de Cádiz se encontraba otra heroica plaza que también resistió a cuantos asedios fue sometida por los gabachos: Tarifa.

   Sabedores los franceses de la importancia que tenía esa plaza, por tres veces intentaron su asalto y por tres veces se tuvieron que ir sin lograrlo y cansados de no poder alcanzar sus objetivos, el general Victor Perrín le encomienda al general Jean Fraçois Leval su asedio y asalto "como sea" y para ello tiene a su disposición ocho mil infantes, quinientos ochenta y cinco dragones, soldados polacos, cuatrocientos sesenta y nueve artilleros y casi cuatrocientos individuos mas entre ingenieros, zapadores y marinos. Es decir, algo más de diez mil hombres que se preparan para la toma de Tarifa.

Estatua a Francisco Copons y Navia

   Ante esta formidable fuerza, Tarifa oponía unas murallas hechas una pena, escasa y deficiente artillería y unos cerros desde los cuales se podía bombardear a placer la plaza.

   Conocedores de los planes franceses, a primeros de octubre de 1811 y al mando del general malagueño Francisco Copons y Navia parte para dicha plaza una tropa de españoles e ingleses, la cual  desembarca en Tarifa el once de octubre y junto con el coronel inglés John Skerrett y los escasos tres mil individuos que componían las tropas aliadas, tomó las disposiciones necesarias para resistir los ataques franchutes, entre ellas la reparación de los muros y la realización de cortaduras y zanjas en las calles, obstruyéndolas con rejas y aspillerando los muras de las casas más a propósito para la resistencia, esto último idea de un inglés.

   Efectivamente, el día diecisiete de diciembre, los franceses empezaron a tomar posiciones, cavaron trincheras y emplazaron las piezas de artillería, y cuando ya todo estaba listo, el veintinueve dieron comienzo, previo envío de una carta por parte del general Leval conminando al malagueño a la rendición de la plaza, al ataque con un fuerte bombardeo que consigue abrir una brecha en las débiles murallas tarifeñas, brecha por la cual dos días después intentaron el asalto, pero las buenas disposiciones decretadas por el general malagueño, quien ordenó taponar la brecha con todo lo que se pudiera encontrar útil para ello en la plaza, y el ánimo defensor de los españoles -apoyados por los ingleses de Skerret- lograron detenerlos.

   Esto, como es de imaginar no detuvo a los franceses. Continuaron sus ataques constantes, ataques que se estrellaba una y otra vez ante la numantina defensa de los españoles -con el apoyo de los soldado británicos presentes-

   Desanimados y viendo frustrados todos sus intentos, los franceses recogieron sus bártulos y el cinco de enero de 1812 emprendieron la retirada. Nuevamente Tarifa había sorteado un asedio francés, no habiendo, al igual que Cádiz o la vecina Casares, sido invadida por la canalla francesa.

   Comentar que la costa estaba defendida de posibles incursiones francesas a través de ella por fuerzas sutiles españolas e inglesas.

   Por los méritos contraídos en esta heroica defensa, el treinta de noviembre de 1813 se le concedió nuestro malagueño la Gran Cruz de la Orden de San Fernando y veinticuatro años después, en 1836, el título de Castilla de conde de Tarifa.

   Como recuerdo a la gesta realizada, la ciudad de Tarifa erigió en 2013 una estatua en su honor y en la placa puesta en su pedestal, se puede leer lo siguiente:

Bicentenario del sitio de Tarifa, 1812 - 2012.

Entre diciembre de 1811 y enero de 1812 las tropas napoleónicas del mariscal Victor sitiaron la ciudad de Tarifa, defendida por el general Francisco de Copons y Navia al mando de tropas hispano británicas, cuatro veces inferiores en número.

Habiendo abierto brecha en las viejas murallas del frente del Retiro, el Ejército Imperial lanzó un asalto el 31 de diciembre, que fue rechazado por los defensores causándoles gran número de bajas.

El 5 de enero, después de diecisiete días de asedio, siete de ellos con la brecha practicable, el general Leval ordenó la retirada de las tropas francesas ante la imposibilidad de tomar la plaza de Tarifa.

La ciudad agradecida.

Tarifa, octubre de 2013.

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NOTA: La imagen ha sido tomada de 

https://noticiasgibraltar.es/tarifa/cosas/4128/tarifa-rinde-homenaje-manana-al-general-copons-heroe-ciudad-guerra-independencia

Soldado Malagueño

Málaga - 2023

martes, 28 de marzo de 2023

EUGENIO TORREBLANCA Y DÍAZ. GENERAL DE DIVISIÓN.

   Nació en la ciudad de Málaga, el año de 1841.

   Tuvo su ingreso en la Academia de Artillería el año de 1857, siendo para marzo de 1861 subteniente y para junio de 1862 teniente del arma.

   El veintidós de junio de 1866 se produjo el motín del cuartel de artillería, que se había sublevado contra Isabel II, promovido desde las filas de los partidos progresista y democrático para derribar la monarquía e instaurar la república. Al crearse un caos en el cuartel entre los sublevados y los que venían a reprimir la sublevación, nuestro Eugenio Torreblanca resultó herido de gravedad. Debido a esto, fue recompensado con el empleo de capitán.

   El veintiocho de Septiembre de 1868 concurrió a la batalla de Alcolea, donde por su valor y méritos fue agraciado con el empleo de comandante y el grado de teniente coronel. En el siguiente mes de diciembre obtuvo se pase al arma de caballería y ya en su nuevo destino, desempeñó el cargo de oficial de órdenes de del rey desde enero de 1871 hasta febrero de 1872.

   El siguiente mes de abril, fue puesto a las órdenes directas del general en jefe del Ejército del Norte, hallándose de operaciones hasta fin de mayo siguiente y por sus servicios fue recompensado con el grado de coronel, estando desde agosto de 1872 hasta fin de octubre de 1873 agregado al Parque de Artillería de Madrid.

   En Enero de 1874 fue destinado al ejército sitiador de la plaza de Cartagena, donde por el mérito contraído durante el sitio y hasta la rendición de la plaza, fue  recompensado con la Cruz Roja de segunda clase del Mérito Militar.

   En el mas de abril pasó al Ejército del Norte, hallándose en las acciones de los días 27, 28 y 30, por las que obtuvo el empleo de teniente coronel, continuando de operaciones concurriendo a las practicadas sobre Valmaseda, Orduña, Salvatierra y Villarreal de Álava, así como a los combates de Monte Muro los días 25, 26, 27 y 28 de Junio.

   Una vez terminadas estas operaciones, con  motivo de su ascenso quedó en situación de reemplazo, siendo colocado en marzo de 1875 en el regimiento Lanceros del Príncipe, con el cual pasó en diciembre del mismo año nuevamente al Ejército del Norte, hallándose en enero de 1876 en los combates de Huarte y Puente de Lácar y en la toma de la Aduana de Dancharinea y en febrero siguiente en las acciones de Peña Plata y Vera, obteniendo en recompensa de sus servicios en los expresados hechos de armas el empleo de Coronel.

   Acabada la guerra, desde mayo de 1876 desempeñó el cometido de representante de los Cuerpos del Arma de Caballería, ejerciéndolo hasta diciembre de 1883, que le fue confiado el mando del regimiento Cazadores de Sesma.

   El trece de febrero de 1890, asciende a general de brigada, para el siguiente veintiséis de febrero ser nombrado jefe de brigada del distrito militar de Cataluña.

   El catorce de enero de 1891, es nombrado Vocal extraordinario de la Junta Superior Consultiva de Guerra y el siguiente diecisiete de septiembre es nombrado Jefe de Brigada del distrito Militar de Castilla la Nueva.

   El diecisiete de julio de 1892 es nombrado jefe de la primera brigada de artillería.

   El treinta y uno de agosto de 1893 es nombrado Jefe de la primera brigada de la división de Artillería para instrucción del primer Cuerpo de Ejército.

   Siendo segundo Jefe de la Capitanía General de las Islas Baleares el veintiocho de septiembre de 1898 asciende al empleo de general de división.

   El veintidós de febrero de 1900 es nombrado Segundo Jefe de la Capitanía general de las islas Baleares, Gobernador militar de Palma de Mallorca y de las islas de Mallorca, Ibiza, Formentera y Cabrera.

   Ocupando dicho puesto hasta el veintiuno de noviembre de 1904, que pasa a ser general de la Octava División, desempeñando dichos cargos hasta el trece de noviembre de 1909 pasa a situación de reserva.

   Estaba en posesión de las siguientes condecoraciones:

- Gran Cruz de la Orden de San Hermenegildo

- Gran Cruz del Mérito Militar blanco,

- Cruz del Cristo de Portugal,

- Cruz de segunda clase del Mérito Militar con distintivo blanco,

- dos cruces de segunda clase del Mérito Militar con distintivo rojo,

- Medalla de Bilbao,

- Medalla de la Guerra Civil y

- Medalla de Alfonso XII.

Soldado Malagueño

Málaga - 2023