El Farmacéutico militar Francisco Peña Torrea nació en Málaga el siete de noviembre de 1901 y según parece se trasladó a Almería, estudiando para 1914 en el colegio de Nuestra Señora de la Victoria primero y en el Instituto de esa ciudad, después, destacando por sus buenas calificaciones.
Al poco antes de cumplir los veinte años, el catorce de mayo de 1920, y tras superar las oposiciones, ingresó en el Cuerpo de Sanidad Militar, en plaza de Farmacéutico segundo, empleo asimilado al de Teniente. Vivía en la calle de Martín de los Heros, de Madrid.
Tras ingresar en el Cuerpo, se le destinó a Málaga, siendo el veintisiete de octubre de 1922 destinado, en comisión, a la enfermería de Uad-Lau, en Marruecos, sin ser baja en su destino malagueño, prestando sus servicios en diferentes destinos en África, durante los cuales permaneció estudiando su licenciatura de Derecho, la que obtuvo.
Desconocemos sus destinos desde entonces hasta 1930, pero si sabemos que el cinco de julio de 1930 promociona a Farmacéutico primero del Cuerpo de Sanidad Militar, hallándose entonces desempañando sus funciones en la farmacia del hospital de Madrid-Carabanchel y con antigüedad de siete de junio anterior.
En noviembre de 1931, solicita de forma voluntaria ser destinado a la Farmacia Militar de la Quinta División.
El veintiséis de mayo de 1934, hallándose en el desempeño de su empleo en la farmacia de la Clínica Militar de Oviedo, es destinado a continuar sus servicios a la Farmacia de la Quinta División orgánica, aunque al no presentarse quien le relevaría en su destino ovetense, se le destinó a Jefe de los Servicios de Farmacia de la Comandancia Militar exenta de Asturias.
El veintisiete de febrero de 1937 se comunica que está comprendido en la relación de Oficiales que causan baja en el Ejército sin opción a derechos pasivos y pendientes de la información que sobre ellos se realice.
Una vez superadas las investigaciones que sobre él se realizaron, el doce de marzo de 1938 se le destina a Jefe de los Servicios de Farmacia del Cuerpo de Ejército de Castilla, pasando el siguiente veinte de abril a ser destinado al Grupo de Farmacia Móvil del Cuerpo de Ejército de Castilla, permaneciendo en ese destino, confirmado por orden de cinco de abril de 1939.
En 1941, publica un libro titulado Servicio de Farmacia del Ejército Nacional, durante la Guerra de Liberación, en el que describe la organización farmacéutica militar en campaña, a las funciones del servicio farmacéutico, abastecimientos por fabricación y elaboración, laboratorios, parques y otros centros. también habla en el libro del Cuerpo de Farmacia Militar, sus funciones y servicios, etc.
El dos de junio de 1941 recibió la Cruz de la Orden de San Hermenegildo, con la antigüedad de cuatro de marzo de 1939 y el veinticuatro de abril de 1942, siendo ya Farmacéutico Mayor, recibe la Medalla Militar individual.
En 1946, publica Memorándum de Legislación para la Oficialidad del Ejército, sobre preceptos legales que atañen a los Oficiales del Ejército, en sus diferentes escales y situaciones, del que hubo una segunda edición en 1950. Para este año ya es Comandante Farmacéutico.
En agosto de 1951 se halla destinado, como Comandante, en la Dirección General de Reclutamiento y Personal.
El veinte de julio de 1954, siendo ya Teniente Coronel farmacéutico, se le autoriza a publicar el libro El servicio de farmacia en pie de paz.
El veintinueve de noviembre de 1956 se le concede el Distintivo de Profesorado sin barras.
El ocho de noviembre de 1958 siendo Teniente Coronel farmacéutico, de la Academia de Farmacia Militar en la 1ª Región Militar, en la plaza de Madrid, es promovido al empleo superior de Coronel farmacéutico y para junio de 1965 es Inspector Farmacéutico. Ese año, el veintiocho de junio, es agraciado con la Gran Cruz de la Real y militar Orden de San Hermenegildo.
Para abril de 1965 es ya Genera e Inspector del Cuerpo de Farmacia Militar y el siete de noviembre de 1967 pasa a situación de reserva.
Falleció el doce de octubre de 1986, en la ciudad de Madrid.
El Hoplita Malacitano
Málaga - 2018
Que maravilla! Don Francisco Peña Torrea fue mi tío abuelo, con quien pasé grandes ratos y charlas hasta mis 8 años, cuando falleció. Un hombre sencillo, amable, cariñoso e increíblemente inteligente.
ResponderEliminarUn honor haberle conocido.
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ResponderEliminarUn honor recordar a esta persona tan excelente que tuve el gozo de conocerlo de cerca. Era hermano de mi suegro. Hombre muy inteligente, cercano, amable, divertido, que dejó un vacío en nuestras vidas. Gracias por la oportunidad de poder recordarle y saber un poco más de su trayectoria profesional.
ResponderEliminarGracias a usted por haberse acercado a este blog y por su comentario. Un saludo
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