Nació Antonio en Marbella un veinticinco de junio de 1896 y era hijo de Antonio Aláez Cardona, teniente coronel del cuerpo de carabineros, y de Carmen Bayona y Castro.
El treinta y uno de agosto de 1912, a la edad de dieciséis años, ingresó
en la Academia de Caballería, de donde salió con el empleo de segundo teniente en
1915, con antigüedad de veinticuatro de junio, siendo destinado al regimiento
Alfonso XII de caballería, en la plaza de Sevilla, pasando el siguiente mes de
agosto como agregado al primer establecimiento de remonta, en Úbeda.
El 21 de agosto de 1916 cesa en las prácticas q1ue durante un año
agrícola y ganadero estuvo en el servicio de remonta y cría caballar,
incorporándose nuevamente al regimiento Cazadores de Alfonso XII, como segundo
teniente, marchando a Madrid el primero de octubre
a la Escuela de Equitación Militar a realizar el curso de inicio de equitación.
El siete de
enero de 1917, fallece en Málaga su padre, quien era en el momento de su
fallecimiento coronel subinspector de la comandancia de carabineros de Málaga,
siendo enterrado al día siguiente en el cementerio municipal.
El 25 de
junio de 1917 recibe su despacho de primer teniente, permaneciendo en el mismo
regimiento y escuela de equitación.
El 28 de
julio de 1917, en vista de las excelentes calificaciones obtenidas en la
academia, una vez terminado el curso de equitación, fue premiado con la cruz de
primara clase del Mérito Militar con distintivo blanco y destinado al regimiento de Cazadores de Alcántara, 14.º
de Caballería, en la comandancia de Melilla.
El 18 de
octubre de 1917 es destinado a servir su empleo en el regimiento de Taxdir, de
donde en 1918 pasó a las tropas de la Policía Indígena de Melilla, en Batel, y tras su actuación en las operaciones
realizadas en Sidi Yagoud fue felicitado y nombrado como distinguido el siguiente tres de mayo de 1919.
Así mismo, por sus intervenciones en las campañas que hubo entre el
treinta de junio de 1918 al tres de febrero de 1920 se le concedió una Cruz del
Mérito Militar, con distintivo rojo.
Hallándose en
el regimiento de Alcántara, recibe el veintiséis de enero de 1920 la orden de
retornar al de Cazadores de Alfonso XII y el diecinueve de noviembre de
siguiente, recibe la real licencia para poder contraer matrimonio con María de
la Concepción Gálvez y Pérez.
El dos de
diciembre de 1920, le fue concedida la cruz de plata del Mérito Militar con
distintivo rojo.
Tras los
desgraciados sucesos que tuvieron por nombre el Desastre de Annual, el 29 de septiembre de 1921 es destinado al
cuerpo de Fuerzas Regulares Indígenas de Melilla Nº 2, pasando a operaciones,
hallándose en las de la recuperación de Zeluán y Monte Arruit del catorce y veinticuatro de octubre
y de Dar Drius del diez de enero de 1922, volviendo a recibir los calificativos
de distinguido y de muy distinguido el siete de noviembre de
ese 1922 y de nuevo distinguido el
dieciocho de marzo de 1923.
El 11 de
junio de 1922 se halló en comisión de servicio, la cual consistió en asistir al
concurso hípico celebrado en Tetuán, la cual concluyó el siguiente día treinta.
Otras
operaciones en las que se halló entre ese veintinueve de septiembre de 1921 y
el treinta y uno de mayo de 1923 fueron Sba-Sba y Kandussi, Imelahen, Chemorra
y Tahar-Alall, Beni-Said y otras, recibiendo en varias ocasiones las
felicitaciones de sus jefes.
El veintinueve de mayo de 1923 salió de
Tafersit escoltando un convoy con leña, agua y víveres a las posiciones del
sector de Tizzi Assa siendo atacados por los moros y en la acción de Yazamen y Tifasor, al caer muerto su
capitán logró imponerse a la situación y asumiendo el mando, condujo a sus soldados
en un decidido avance, arrollando al enemigo, facilitando grandemente el éxito de
la operación por la rapidez, decisión y fidelidad con que transmitió las órdenes
dadas, estableciendo un perfecto y constante enlace entre el mando y todas las
unidades, atravesando constantemente zonas muy batidas y lanzándose por último al asalto
del poblado de Beni-Uset (o Ben Yusef) a la cabeza de las tropas, pero fue
rechazado por el constante y nutrido fuego realizado por el enemigo allí
atrincherado, perdiendo a la mayoría de sus hombres.
No obstante
eso, no se arredró y logrando reunir a los quince hombres que le quedaban, se
lanzó a un nuevo asalto, donde fue herido de gravedad en el vientre, pero dada
la situación y viéndose capaz de sostenerse, se negó a retirarse y siguió al
mando, pero pasado el tiempo y por el agotamiento y por la gravedad de las
heridas, incapaz ya ni de articular palabra, falleció, no sin antes haber
conseguido el resto de su tropa desalojar al enemigo de la posición que
ocupaba. Era el 31 de mayo de 1923.
Por este hecho, y desde luego a título póstumo, se le
consideró acreedor al ascenso al empleo inmediato superior, es decir, al de
capitán de caballería, supongo que a efectos de la pensión que debería cobrar
su viuda. así mismo, obtuvo la Cruz Laureada de San Fernando, por orden de
quince de febrero de 1928.
En esa acción
se produjeron más de cien bajas entre muertos y heridos entre la tropa, la
mayoría personal indígena. Aparte del capitán y de nuestro Antonio Aláez, se
tiene constancia que en esa operación también murió el alférez del Tercio Yanti
y fueron heridos los alféreces José García Esteban, Salvador Marín y Juan
Pérez, los tres del Tercio. También resultó herido el alférez de Regulares de
Melilla Natalio Cortés.
Sus restos
mortales recibieron cristiana sepultura el sábado dos de junio, en el Patio 20,
fila 5, nº 24 del cementerio de la Purísima Concepción de Melilla, aunque,
probablemente por decisión de su familia, el cinco de junio de 1928 sus restos
fueron trasladados al malagueño cementerio de San Miguel.
Al parecer, su expediente, conservado en el archivo general militar de Segovia, responde a la siguiente signatura: secc. 1.ª, leg. A-540.
Soldado Malagueño
Málaga - 2024
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