5ª PARTE: INVASIÓN FRANCESA - 1810
La partida de Don Vicente, aplicando las tácticas
militares, aprovechaba los desplazamientos de los correos y los destacamentos
franceses y sus paradas entre los riscos y las arboledas para sorprenderlos y
aniquilarlos, creando una sensación de intranquilidad e incluso terror no solo
entre la tropa francesa si no que también entre los mandos y los Generales.
Bien, volviendo a lo que nos ocupa, volviendo
desde Algeciras y ya en las cercanías de Málaga, tuvo noticias de que en las
proximidades se hayaba situado un destacamento de dragones francés, al que
buscó, encontró, atacó y batió, ocasionándoles algunas bajas, puso en fuga a
los demás y consiguió cogerles varios caballos. (8)
Después de esto pasó a la localidad de
Benamargosa, donde una vez conformada y armada su partida, realizó el Capitán
Don Vicente Moreno sus incursiones contra el enemigo de España, ejerciéndolas,
como se ha dicho antes, no solo en la Axarquía sino que también en la Hoya de
Málaga y en la zona de su ciudad natal, Antequera, atacando y destruyendo a los
franceses preferentemente en las vías de comunicación, interceptando a los
correos y a los destacamentos, de forma fulgurante, como si de un ataque
relámpago se tratara, provocando entre las tropas francesas pánico y miedo y
entre la población español admiración y simpatía, viéndose impulsada a seguirle
y apoyarle, conocedora como era de la férrea disciplina que imponía Vicente a
sus hombres (15)
Fueron de tal
magnitud los golpes que Don Vicente con su partida militar asestaba a los
franceses, que estos cuando comprendieron la magnitud del problema no dudaron
en considerarlo no solo como militar, sino que también como problema político,
por lo cual centraron primeramente sus
esfuerzos en capturarlo y deshacer su partida, lo cual les resultó desde un
primer momento imposible y visto el ascendente de Don Vicente sobre la
población decidieron cambiar de estrategia, pues visto que Oficiales españoles
se habían pasado al bando francés por
unas monedas, decidieron aplicar la misma política con el y, así, vemos a
los Generales Sebastiani y Bertrand intentando atraerlo a las filas galas con
promesas de ascenso y honores si servía bajo las banderas del Rey José (15)
Se tiene conocimiento de algunas de sus acciones, como por ejemplo la que
debida a las intensas labores de vigilancia que mandó se llevaran a cabo en la
sierra de Alhama y por la Axarquía, dio noticia de que desde Granada marchaba a
Málaga un destacamento fuertemente armado con dinero, munición y efectivos,
ordenando inmediatamente se preparan todos sus hombres para asestar un golpe,
partiendo inmediatamente desde su cuarte de Benamargosa yendo a emboscarse en las
inmediaciones de la Venta de los Alazores, donde esperaron varios días.
Temiendo el
General Sebastiani fuese el convoy presa de las partidas guerrilleras, envió
por delante y de reconocimiento del terreno un escuadrón de polacos, al que D.
Vicente y sus hombres dejaron pasar, evitando a toda costa ser descubiertos.
Tras el paso de este escuadrón, al poco apareció por el lugar escogido para la
emboscada del convoy, el cual fue rápidamente atacado, derrotando fácilmente a
la escolta, poniéndola en fuga y con la velocidad del rayo se hicieron con el
dinero, pólvora y documentos, perdiéndose en la fragosidad de la sierra antes
de que los polacos pudieran ser avisados por los puestos en fuga.
Con el dinero se pagó a los guerrilleros,
enviándose el resto junto con la documentación a las Autoridades militares (8)
Andando el mes, destacaron los franceses fuerzas a la zona de la Axarquía,
por la parte de Benamargosa y Vélez Málaga con la intención de capturarlo,
pensando que por allí andaba D. Vicente con sus hombres, aun cuando en realidad
se hallaba por la zona de Antequera, pero había el Capitán Moreno marchando hacia la Axarquía. A su paso por
Colmenar dio aviso a sus vecinos de que eran súbditos del rey Fernando VII y si
alguno hacía traición que supiera que no pararía hasta dar con el y hacerle
pagar la traición.
Continuó su marcha hasta Ríogordo,
donde acampó y donde fue alcanzado por una columna francesa mandada por el
Oficial de Estado Mayor Bellangé y compuesta por un escuadrón del 21º
Regimiento de dragones y por medio Batallón del 4º de Polacos, quienes al pasar
por Colmenar, y como se temía D. Vicente, fueron informados del paradero de la
guerrilla de Moreno y con la ayuda de un
guía llegaron a Ríogordo y al campamento de nuestros hombres.
Afortunadamente, otro vecino de
Colmenar, como queriendo reparar la traición de uno de sus vecinos, corrió a
avisar a Moreno, poniéndole en conocimiento de lo ocurrido, actuando de
inmediato nuestro Capitán, dividiendo a sus fuerzas en varios grupos, y en la
madrugada del quince de Julio, sobre las cinco y media, tuvo lugar el encuentro
con la vanguardia gala, la cual estaba formada por cincuenta dragones y viendo
la imposibilidad de hacer frente a la guerrilla optó por retirarse a lugar
seguro en la espera de refuerzos.
Tras esto, decidió el Capitán
Moreno emboscar tiradores en las alturas, retirándose el con el resto, pues
conocedor de la superioridad del enemigo decidió atacarles por varios lugares a
la vez, marchando el con su grupo para situarse a la retaguardia de los
franceses, por si dejaban desprotegida la impedimenta, arrebatársela o
quemársela para dificultar el avance francés.
Los galos avanzaron muy rápido para tratar de cortar la retirada de los
españoles, pero en su avance fueron diana certera de los tiradores, que les
causaron bastantes bajas, aunque ello no fue óbice que los franceses pasasen a
intentar desalojarlos de sus posiciones, dejando la impedimenta desprotegida,
lo que como D. Vicente había esperado, era el momento de destruirla. A pesar de
este contratiempo los franceses consiguieron ocupar las alturas desalojando a
los patriotas, aunque la pérdida de la impedimenta con las municiones, supuso
el cese de actividad francés, debiendo retirarse, dejando el campo en manos del
Capitán Moreno y sus hombres. Las bajas en este encuentro por parte española fue
de ocho muertos y ocho prisioneros (8)
No obstante, esta victoria fue presentada por los franceses como una
derrota, para impedir con ello que se viera lo vulnerables que podían llegar a
ser las tropas imperiales, de modo que en una noticia aparecida en la Gaceta de Granada del 20 de Julio en su
segunda página, podemos leer una carta enviada por el Gobernador de Málaga al
Coronel Bouillé, Jefe de Estado Mayor del 4º Cuerpo:
"Extracto de una carta del Sr. Gobernador de Málaga al sr. Coronel Bouillé,
Gefe del Estado Mayor de 4º Cuerpo, fecha el 16 del corriente.
Tengo el honor de participaros que ayer 15,
el destacamento mandado por el Mayor del regimiento 4º de Polacos, y otro
mandado por el oficial francés del Estado Mayor Bellange, han alcanzado en
Riogordo la quadrilla de Moreno. Los vecinos del Colmenar que habían dado
noticia á nuestras tropas de la situación de los bandidos, se ofrecieron á
marchar contra ellos; pero lo executaron nuestros soldados de infantería y
cincuenta dragones del número 21 con la mayor rapidez: matándoles á los
malhechores de quince á veinte hombres. Los restantes se dispersaron por los
montes arrojando los fusiles para huir mas facilmente: con todo, se han hecho
algunos prisioneros que se conducirán á Málaga donde serán ahorcados inmediatamente."
Tras estos acontecimientos recibe carta de su padre en la que le comunica
que sus hermanos Miguel y Francisco estaban prestos a unirse a su guerrilla,
respondiéndole que estuvieran preparados para ello, que les vendría muy bien
dado que eran Oficiales del Ejército y las proporciones de su guerrilla
reclamaban estos mandos, pero que esperasen a que el les enviara aviso para
reunirse.
Casi simultáneamente, recibe aviso
de D. Juan Fernández Cañas, Alcalde de Otívar, famoso caudillo guerrillero de
Granada, proponiéndole unir sus fuerzas, respondiéndole Don Vicente que de
acuerdo, pero que sujetos, al igual que su guerrilla, a las leyes militares,
que todos los hombres cobrarían lo mismo y el resto se pasaría a la Autoridad
militar. Que no habría robos ni pillajes, incendios ni violaciones, todo lo
cual aceptó, D. Juan Fernández, pues eso era lo que se practicaba en su
guerrilla
Tras este acuerdo y
teniéndose noticia de que un correo militar con escolta de caballería se
hallaba en las inmediaciones de Torre del Mar, parten hombres de ambas
guerrillas a interceptarlo, consiguiendo dispersar a los franceses, hacerse con
el correo y tomar varios caballos y fusiles.
Al tener el
mando francés conocimiento de estos sucesos, mandó se destacase en aquel lugar
un fuerte contingente para proceder a su persecución, consciente, además, del
peligro que suponía la unión de hombres tan peligrosos como ambos caudillos,
Moreno y Fernández, de modo que no se escatimó en medios para su localización y
a ser posible su destrucción.
La guerrilla
se hallaba repartida entre Torrox y Nerja y al ser descubiertos, dispuso el
Gobernador militar francés de Vélez Málaga que partiesen de inmediato tres
columnas en su persecución, partiendo estas el veinte de Julio desde Cómpeta,
Almuñecar y Vélez Málaga, con lo que nuestros patriotas se vieron atrapados
entre Torrox y Nerja, presentándose la escapatoria bastante difícil, pues por
el mar parecía que no había posibilidad de salir.
Avisado
Moreno de lo que ocurría, dio orden de marchar a Nerja temiendo el desmesurado
potencial francés, atacando la columna procedente de Vélez Málaga a la
retaguardia del antequerano, causándole
cuatro muertos y cogiéndoles algunos caballos, consiguiendo el resto de
los españoles replegarse a Nerja con los denmás guerrilleros, siendo atacados
por la columna mandada por el Teniente Coronel Neuwy, entablándose un durísimo
combate, retirándose los nuestros poco a poco de Nerja, lo que hicieron en dos
grupos, debiendo reunirse en Alfarnate, donde reavituallados intentar lanzarse
de nuevo al combate.
La retirada se hizo rápida aunque en orden,
consiguiendo ambos grupos reunirse como se ha dicho, pero antes de lanzarse de
nuevo a la carga, decidió D. Vicente ir a Colmenar a, como había prometido,
castigar al traidor, el cual al tener noticia huyó del pueblo y cuando llegó
Moreno con sus hombres quemó sus propiedades (8)
Como en el
caso anterior, los franceses no tardaron en publicar que la operación fue todo
un éxito para las armas francesas, quizás esta vez con algo más de razón aunque
no se tratase de tal éxito. Lo podemos leer en la gaceta
de Granada del 24 de Julio en su primera página:
"Granada 23 de julio.
En este día ha recibido S. E. el Sr. General
en gefe conde Sebastiani el parte siguiente:
La quadrilla de Moreno que fue derrotada en
Rio-gordo había reunido las reliquias de su gente á los bandidos del Alcalde de
Otíbar sobre Torrós y Nerja. El día 20 marcharon contra estos malhechores tres
columnas movibles que salieron, una de Vélez-Málaga, otra de Almuñécar, y la
otra de Cómpeta. La de velez alcanzó la retaguardia en Torrós, y les mató siete
hombres, y les cogió cinco caballos. La del teniente coronel Le Nourry del 16º
de dragones, marchó directamente sobre Nerja, donde se refugiaron los
vandoleros, y entrando á viva fuerza les mató 50 hombres y les cogió 12
caballos.
Lo restante de la quadrilla arrojando los
fusiles se salvó en las montañas de Almijaras, donde no tardarian en sufrir la
suerte de sus compañeros. He aquí el destino de estos salteadores que
sacrificando y comprometiendo á los pueblos no pueden tener otro objeto que el
de conservar por algunos días su miserable existencia y la de sus dignos gefes
entre los robos y asesinatos de sus pacíficos é inocentes compatriotas."
Es evidente, como se
ve, que sus acciones crearon verdaderos quebraderos de cabeza al mando francés,
intentando éste o capturarlo o atraérselo a su bando, y para conseguir este
último extremo, se le mandó una carta a través de su amigo Don José Pinto, el
cura de Benamargosa, en la cual se le proponía lo antes comentado, pero no
conocían los franceses la sangre que corría por las venas del héroe de
Antequera, quien tras leer la carta en la que le proponían la traición, preso
de la ira redactó otra donde rechazaba semejante ignominia.
Pero dejemos
que sea un documento de la época posterior a la salida de los franceses de
Málaga, quien nos cuente como pasó aquello más o menos. El citado sacerdote, en
unas declaraciones que realizó ante Notario a petición de Dª. Teresa Velasco,
viuda del Capitán Don Vicente Moreno, relata cómo fueron los hechos:
“Sr. Provisor:
“Obedeciendo como debo el mandato de V. y haciendo
justicia al onrado proceder del (sin igual en heroísmo) D. Vicente Moreno, no tuvo este otra
parada que mi casa, que conocía de muy antemano y frecuentaba con mucha más
repetición después de la ocupación de Málaga por los Enemigos.
“Con esta frecuencia, y conociendo mi modo
de pensar sobre la materia, me dixo: iva a hacer una partida compuesta de
ombres decididos, para el Rey y la Patria, y que por quanto el terreno quebrado
favorecía sus ideas, se proponía con poca gente apresarle al francés un
exercito. Con este objeto se fue á Gibraltar (cuyo viage le proporcioné) á
equiparse de armas y municiones.
“Efectivamente
volvió y teniendo ya alguna gente de partida, entro en Velez, donde sin
permitir a ninguno de los suyos el tomar lo mas minimo de sus Vecinos, les
amonesto públicamente fuesen Leales á su Rey y á su Patria, y que si tenía
noticia de que alguno de ellos claudicaba, experimentaría el castigo de su
mano.
“Siguio
con la mayor onradez escitando á todos por doquiera que pasaba á que tomaran
las armas en defensa de su Rey y de su Patria. Al poco tiempo el Gobierno
intruso puso guarnicion en Velez, con su Gobernador y Comandante de Armas.
“En la referida ciudad estaba de Correjidor
(antes de la imbasion) Don Josef Mariano Marquez y se hizo tanto lugar con los
franceses, que le dexaron con el titulo de Alcalde mayor.
“Este ombre veleta, desertor de sus
hermanos, quiso grangearse mas y mas el afecto Galicano, y se propuso el
reclutar gentes con palabras y escritos que sirviesen a los franceses, y uno de
sus cuidados fue procurarse una carta (sabedor de la intimidad mia con el
citado Moreno) llena de atenciones, imbitandome a pasar a Velez porque tenia
cosas de entidad que comunicarme.
“Y aviendo puesto en ejecución lo que me
suplicaba y acercándome a el, alle un recibimiento cual no esperaba en agasajos
y obsequios. Alli privadamente, me insinuo la causa de mi llamada(pues sabia el
ascendiente que yo tenia con Moreno) le persuadiese no acaudillara ladrones,
que un ombre de onor estaba muy mal parecido echo capitán de bandoleros; que si
dexaba semejante locura estaba cierto lo dexarian con su goce de Capitan, y
añadió que si estrchava de darían un grado mas.
“Yo,
Señor, que oia aturdido este razonamiento, tan repugnante al Moreno como a mi,
le correspondi que no avia persuasión en mi para separar a Moreno de su
principiado proyecto; además, que aviendo yo de vivir en un pueblo donde
aquella u otras partidas lo avian de visitar con frecuencia, me esponia á un
insulto ciertísimo.
“Con esta razón (habiendo mediado ya otras
muchas) se aquieto y me llevo a casa del Gobernador. Este con chapurradas
persuasiones (que no entendí por mi agitación de espírito), me entrego una
Carta para que en mano propia la entregara a Moreno, y que recogiese y le
mandase la contestación.
“Efectivamente, a los quatro o menos días se
presento el D. Vicente en este Pueblo, y aviendose venido á mi casa como tenia
de costumbre, le entregue la carta le suplique me la leyese, como accedió, y
vide en ella el combite que le hacían con las espresiones mas egustativas al
onor, con las ofertas de estraordinarias atenciones y, finalmente, con la
recomendación mas alta para Sebastiani y Sult, a fin de que le diesen un grado
mas que el que , pues con su pasage se hacia acreedor á toda atención.
“No puedo, Señor, ni es el caso, ponderar el
rapto de ira y las espresiones en que prorumpio, y solo dire que lei su contestación,
la que encendida de un fuego Real y Patriotico, después de darle en cara al
Marques (el Corregidor de Vélez) con su deslealtad y traición, concluía diciendo:
<<…Yo tengo juradas las banderas de
Fernando VII. Soy hombre de onor y Catolico y no puedo faltar a la religión de
mi juramento ni separarme de la fidelidad de mi Rei; bajo de estas Banderas
moriré gustoso y primero quiero perecer mil veces que faltar a mis deveres.
Tengo mas honra en andar hecho Capitan de Vandoleros (como V. me dice) que ser
General de Jose, á quien ni conozco ni reconoceré por mi Rei…>>
“Con estas o equivalentes palabras contesto,
lo que puedo jurar si necesario fuese in verbo Sacerdotis, y que lo mismo me decía privadamente, y
esto mismo acredito muriendo en un patíbulo…….”
Estaba claro
que no era Don Vicente hombre que se dejase embaucar, convencido como estaba de
que la misión que se había encomendado a si mismo estaba más que justificada,
pues atañía a su honor, a su familia, a su estado militar, a su españolidad y a
su lealtad a la Patria y al Rey, y con las mismas, digamos que más encoraginado
por la afrenta recibida, redobló sus esfuerzos en procurar el mayor daño a los
enemigos de España, atacando sin descanso, sin tregua y sin piedad a cuantos convoyes,
destacamentos o correos franceses encontraba o esperaba en las fragosidades de
las sierras o en los lugares más oportunos de los caminos.
El Hoplita Malacitano
Málaga 2012
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