SOLDADO MALAGUEÑO

También narramos las vidas militares de soldados de España y de todo el cosmos hispano en ambos hemisferios, por el Atlántico, por el Lago Español, por el Mediterráneo, por el Índico y allá por donde haya pasado un soldado HISPANO ondeando nuestras banderas.


miércoles, 21 de marzo de 2018

ANTONIO VÁZQUEZ DE LA CUADRA. CAPITÁN Y GOBERNADOR DE CARTAGO.

   Nació en la ciudad de Vélez Málaga, alrededor de 1685 y era hijo de José, Coronel y Gobernador de la plaza de la Puebla de Sanabria, y de María.

   Comenzó su carrera militar el veinticuatro de abril de 1698, ocupando plaza de Paje de jineta y de Soldado en la Compañía de su padre, una de las del Tercio Burgos, con el cual pasó a la plaza de Ceuta para reforzar su defensa frente a los ataques de los moros, los cuales llevaban desde octubre de 1694 realizando ataques contra la plaza.

   Quedó el Tercio de Burgos de guarnición en ese Presidio mayor, sufriendo nuevamente en 1701 ataques Ceuta por parte de los moros, permaneciendo allí hasta el veintiséis de marzo *, que recibió el Tercio orden de regresar a la Península, haciéndolo a la plaza de Gibraltar, donde al verificarse el veintiséis de agosto de 1702 un desembarco inglés en las playas de Rota, marchó el Tercio para allá, logrando hacer que los ingleses abandonaran el campo, se embarcaran y huyeran, tras lo cual el Tercio retornó al Peñón.

   Tras esto, recibe orden el Tercio de trasladarse a Cádiz, ciudad de la que marcha a integrarse en el Ejército de Extremadura y una vez allí es Vázquez de la Cuadra destinado en 1705 al regimiento de Extremadura como Soldado Cadete, plaza que ocupó hasta marzo de 1710, que recibió el empleo de Subteniente, pasando a desempeñar su trabajo en la Compañía de Gerónimo López de Zafra, manteniendo este empleo hasta el siguiente trece de abril de 1712, que pasa en plaza de Teniente a la Compañía de Fernando Díaz.


Escudo del regimiento de Burgos

No consta en su expediente pero parece probable que asistiera con su Regimiento a las operaciones militares que se desarrollaron contra Portugal y en la batalla habida en Villaviciosa el diez de noviembre de 1710, en la que murió su Coronel, Fernando Pedroche,  y pasando a ocupar su plaza el padre de nuestro biografiada, que entonces era Teniente Coronel.

   Permaneció en su destino del Regimiento de Extremadura hasta el siguiente 1716, cuando habiendo obtenido licencia para trasladar a su señora madre a la Puebla de Sanabria, donde era su padre Gobernador, y una vez allí, el siguiente cuatro de julio de 1716 se le agregó como Teniente reformado al Regimiento de Zamora, manteniendo ese estado hasta que obtuvo plaza efectiva de Teniente en la Compañía de Juan Báez, en el primer Batallón.



Escudo del Regimiento de Extremadura
   
Posteriormente pasa a ocupar plaza de teniente en el 2º Batallón y con este empleo se traslada en 1717 con su regimiento a Pamplona y hallándose allí y con motivo de la presencia de un ejército francés al mando del Mariscal Berwic en los alrededores de Vera de Bidasoa con la intención de atacar a Irún, se desplaza Vázquez de la Cuadra con su regimiento a impedir la materialización de los intereses franceses, acometiendo contra ellos y logrando que se replegasen, pero temiendo que Berwic se apoderase de Guipúcoa y de Navarra, los españoles se apresuraron a guarnecer las plazas más significativas y, así, el primer Batallón de Zamora es destinado a San Sebastián y el segundo a la plaza de Fuenterrabía, siendo este precisamente el de nuestro hombre.


Escudo del Regimiento de Zamora

   Era Fuenterrabía el punto más deseado por Berwik, pues era clave en la frontera y, así, pasó a atacarla, comenzando las operaciones el veintisiete de abril de 1719, frente al que se oponía nuestro segundo Batallón, el cual no cedió ni un milímetro durante el mes y medio que sufrió el asedio francés, manteniéndolos a raya con mucho esfuerzo, pero las superiores fuerzas de los franceses se impusieron a las de nuestros hombres, debiendo estos capitular el diecisiete de junio, tras lo cual abandonaron la plaza y se dirigieron a Pamplona donde quedaron de guarnición.


Escudo del Regimiento de Guadalajara
  
Por fin, el siete de junio de 1730 recibe su patente de Capitán para una Compañía en el primer Batallón, que se hallaba vacante por muerte de Antonio Recio, que la obtenía, plaza que posteriormente, el dieciocho de julio del año siguiente permuta por una de la misma clase en la primera Compañía del primer Batallón del regimiento de Guadalajara con el de la misma clase Juan Suárez.

   No sabemos cómo fue el desempeño de su trabajo en su nuevo destino, pero sí que por Real cédula de diecinueve de noviembre de 1733 fue nombrado Gobernador de la ciudad de Cartago y Capitán General de Costa Rica, pasando a América  a finales de 1735 con un criado llamado Francisco Pastora, natural de Nerja.


Escudo de la ciudad de Cartago

   Tras desembarcar en las costas americanas, pasó a su nuevo destino, del que tomó posesión el veinticinco de abril de 1736, ya con el empleo de Teniente Coronel, pero por esas cosas del destino, ocupó el cargo por solo tres meses, pues falleció el siguiente veinticuatro de julio.

   Estaba casado con María Peregrí y tuvo dos hijos, María y José.

Soldado Malagueño
Málaga - 2018

lunes, 19 de marzo de 2018

CORONEL CAYETANO DÍEZ DE TEJADA Y URBINA. 1837 - 1895



     Nació en la ciudad de Antequera el diecisiete de junio de 1837, siendo bautizado ese mismo día en la iglesia parroquial de San Sebastián. Su padrino fue su hermano José. 

   Era hijo del antequerano José Diéz de Tejada y Urbina y de la valenciana María del Carmen Urbina y Daoiz. Sus abuelos paternos fueron José Díez de Tejada Gonzalez de Villalba y María Dolores Urbina. Los abuelos maternos fueron Cayetano Urbina, Consejero del Supremo Consejo del rey, y Manuela Daoiz y Nidria.

   El treinta de enero de 1851 solicita ser admitido en clase de Cadete en el Colegio de Artillería de Segovia. Para dar fuerza a su solicitud, aduce ser sobrino del Teniente Coronel Francisco Díez de Tejada, muerto en acción de guerra durante la Segunda Guerra Carlista por las facciones de Aragón. También es sobrino del Teniente General Cayetano de Urbina y del Teniente Coronel de Artillería, graduado de Coronel, José de Urbina. 

   No obstante esas cartas de presentación, no ingresó en la Artilería, haciéndolo en la Academia de Infantería de Toledo como Cadete el siguiente nueve de febrero de 1852 y tras cuatro años promocionó el veintiuno de noviembre de 1856 al empleo de Alférez del arma. Poco después es destinado al Batallón de Cazadores de Talavera Nº 5, donde el veinte de marzo de 1858 asciende a Teniente, con destino a la 5ª Cia. de ese mismo Batallón, con el cual pasó a formar parte del Ejército de África y destinado a Ceuta, para participar en la guerra que se le había declarado al reino de Marruecos.

   De su actuación en esta guerra, destacaremos que en la acción habida con los marroquíes el treinta de noviembre de 1859 en la zona del Serrallo, tomó parte en las batidas que llevaron a cabo en las vertientes de la Casa del Renegado. Mas como al terminarse la acción cayese un soldado de su Compañía gravemente enfermo, resultando imposible trasladarle al campamento por carecer de medios para ello, en vez de abandonarle prefirió permanecer a su lado para cuidarle acompañado por cuatro soldados más, expuestos a las consecuencias de una noche tan cruda propia de la estación y con el temor de ser encontrados por los enemigos por conocer los actos de barbarie que tan frecuentes son en ellos. Tras resistir toda la noche y parte del día, consiguió trasladar al soldado enfermo al campo español, salvando, así, su vida.

   Por este hecho, pidió que el General en jefe del primer Ejército le expidiese documento de esta acción. El anterior día diecinueve de noviembre es graduado de Capitán. En veintidós de febrero de 1861 se le concede la Medalla de la Campaña de África.

   Para diciembre de 1866, se halla prestando sus servicios en el Batallón Provincial de Granada. 

   Hallándose en Antequera, el trece de octubre de 1867, junto al Comandante Juan Vicente y Egea, el Teniente Manuel González Gómez y  el Alférez Juan Espinosa Gallardo, eleva escrito a la reina manifestando su disgusto por la publicación realizada por el General Juan Prim en Ginebra y declarándose prestos para la defensa del Trono y de las instituciones que simboizan la reina.

   En abril de 1868, siendo Teniente de reemplazo, pasa destinado a la 3ª Compañía del 1º Batallón del Regimiento de Aragón, en Granada y el siguiente veintiocho de septiembre obtiene el empleo efectivo de Capitán. Este mismo año es recibido como Caballero de la Orden de Calatrava.

Escudo del regimiento de Aragón

   En enero de 1874, contrae matrimonio con la antequerana María del Carmen Rojas y Rojas.

   El dieciocho de mayo de 1874 es ascendido a Comandante y el veinte de marzo de 1876, como consecuencia de los servicios especiales prestado durante el transcurso de la Tercera Guerra Carlista, es graduado de Teniente Coronel, empleo que pasa a ser efectivo el veinte de enero de 1878. Está destinado en Granada.

   Hallándose destinado en el Regimiento de Reserva Antequera Nº 99, pasa el quince de junio de 1889 a ser primer jefe de la Caja de Recluta del Antequera Nº 49.


   Es declarado apto para el ascenso a Coronel el treinta de abril de 1890, pasando de reemplazo a Granada, hasta el diecinueve de julio de 1892, que recibe la orden de trasladarse a la Zona militar de Linares Nº 74, pero esa orden es revocada por otra del veintiocho de agosto, que le ordena trasladarse a la Zona militar de Antequera Nº 77.

   Para el veintiuno de noviembre de 1893 ya es Coronel, siendo en esa fecha destinado al Regimiento de Reserva Ontoria Nº 102, en Cantabria, procedente del Regimiento de Reserva Osuna Nº 66. Una vez cumplido su cometido en este Regimiento, es destinado como Jefe de la Zona militar de Ronda, ciudad en la que falleció a las cinco de la mañana del quince de agosto de 1895, víctima de unas fiebres tifoideas. Vivía en la calle de Sevilla, 43.

   Era Caballero de la Orden de San Hermenegildo desde el diecisiete de mayo de 1874.

Soldado Malagueño
Málaga - 2018

lunes, 12 de marzo de 2018

PEDRO RODRÍGUEZ DE SANTISTEBAN. MAESTRE DE CAMPO Y GOBERNADOR DE LARACHE.

   Nació en Málaga entre 1553 y 1555, hijo de Alonso Rodríguez Álvarez y de Magdalena de Santisteban y Jerez, ambos malagueños.

   Sin que podamos confirmarlo, hay informaciones que hablan de que ingresó en la milicia en torno a los dieciséis años. Se sabe que en 1576 se halló sirviendo al rey en Flandes, donde por sus servicios pasó a ocupar plaza de Alférez en la Compañía del Capitán Alonso del Castillo, encuadrada en el Tercio de Sicilia.

   Con este empleo, fue de los que destacó en el asalto que se dio a la plaza de Maastrich el siete de abril de 1579, siendo herido por cinco veces, de las cuales dos de ellas por arma de fuego, teniendo que ser retirado del campo. Por sus méritos, Alejandro Farnesio le promovió al empleo de Capitán, encomendándole el mando de una Compañía de las del Terio de la Sacra Liga, cuyo Maestre de Campo era Lope de Figueroa, con quien pasó a Portugal, hallándose en 1582 en el combate naval de las Azores y en el ataque y toma de la isla Terceira al año siguiente.

   Tras estos hechos, en 1584 pasó a seguir su mérito a Flandes, pero al no haber Maestre de Campo, junto a otros fue desmovilizado el veintitrés de junio, en la ciudad de Namur, ocasión que aprovechó Pedro para retornar a España, a su Málaga natal, aunque por poco tiempo, pues tras haberse enrolado en la Armada, se le concedió el mando de una Compañía en el Tercio del mando de Nicolás de la Isla, de los que iban a participar en la jornada de Inglaterra, zarpando con la Gran Armada desde Lisboa.

   En la escala que esta hizo en La Coruña, el diecisiete de julio de 1588 recibe la orden de abandonar su puesto, pues se le había concedido la castellanía del castillo de Santa Cruz, obra de nueva planta situado en la cima de la montaña que separaba las plazas de Orán y Mazalquivir, permaneciendo en aquellos países hasta 1604, no pudiendo dar información de su actuación allí por carecerse de documentación.

   Se tienen noticias ciertas, de que durante este periodo de tiempo nació una de sus hijas, Violante, que fue alcalde de Rosalcázar, la fortaleza más importante de las defensas exteriores de Orán, y que fue honrado con el empleo de Maestre de Campo.

   Una vez acabadas sus funciones en Orán, se halló de Alcaide de la fortaleza de Fuengirola, permaneciendo en ese gobierno hasta 1608, que fue nombrado Maestre General de Campo de Aragón, siendo enviado a ocupar la castellanía de Jaca, los castillos de Benasque, Canfranc, Ainsa, Berdún y las torres de defensa de Los Baños, Santa Helena, Echo, La Espelunca, Bielsa y Ansó, todos en la frontera con el vecino reino de Francia. Estos empleos llevaban aparejados el de Maestre de Campo general del reino y el de lugarteniente del Virrey de Aragón.

   Completó sus servicios en Aragón encargándose de conducir a los moriscos a Cataluña, donde a través de los puertos de Canfran y los Alfaques serían expulsados de España y trasladados a Francia y una vez finalizado su gestión, pasó a desempeñar el cargo de Capitán General del Peñón de Vélez de la Gomera, empleo que obtuvo hasta el tres de noviembre de 1614, que pasó a ocupar plaza de Gobernador de la plaza de Larache.

   Durante el gobierno de Pedro, la fortaleza de la plaza de Larache, el castillo de Santa María, adquirió su forma definitiva levantándola de nueva planta y rodeándola exteriormente de una muralla. Además del Castillo, tenemos la plaza de armas, los cuarteles nuevos y el llamado arrabal, donde se ubicaron el pajar y el lupanar, situado al lado de la llamada Puerta de la Marina, pues nuestro hombre había solicitado en repetidas ocasiones se estableciesen en Larache prostitutas, con el fin de evitar la homosexualidad entre los soldados.

   En abril de 1619 es recibido por Caballero de la Orden de Calatrava.

   El veintinueve de julio de 1622 recibe el título de marqués de Crópani.

   En 1623 vuelve a ocupar, por poco tiempo, el gobierno de Larache.

   No sabemos bien si fue durante este gobierno o el anterior, cuando tras una serie de reñidos combates con los moros de Alcazar, Arcila, Tetuán y la sierra, y de su rey Muley Amete, obtuvo la victoria sobre todos ellos, obteniendo, así, un periodo de paz para la plaza de Larache. Tan improtante le resultó esta victoria, que solicitó al rey el permiso para poder orlar su escudo de armas con las del rey Muley Amete.


Planta de Larache en julio de 1616. (Foto del Archivo General de Simancas)

   En algunas fuentes se da la fecha del martes, dos de mayo de 1623.

   En marzo de 1625 se halló con el empleo de Maestre de Campo General en la recuperación de la Bahía de Todos los Santos y la plaza de San Salvador, capital de Brasil, que poco antes había sido tomada por una flota holandesa en mayo de 1624

   En efecto, al conocerse la noticia, se formó una flota hispano-portuguesa compuesta por cincuenta y dos navíos, mil ciento ochenta y cinco piezas de artillería y doce mil seiscientos hombres,  que se reunió en la isla de Cabo Verde, de donde zarparon rumbo a Brasil el cuatro de febrero de 1625, arribando a a Bahía el siguiente veintinueve de marzo, siendo su primera acción cerrar el puerto para que no escaparan los holandeses -tres mil hombres que habían llegado en treinta y cinco naves-

   Tras esto desembarcaron cuatro mil hispano-portugueses del mando de nuestro hombre y tras durísimos combates, los holandeses se rinden y capitulan el treinta de abril.


Recuperación de Bahía por Fadrique Álvarez de Toledo y Mendoza. Óleo de fray Juan Bautista Maíno

   Cuando el uno de noviembre de 1625 se planta ante Cádiz una escuadra inglesa con malas intenciones, Fernando Girón y Ponce de León organizó su defensa y para ello contó con la ayuda del duque de Fernandina, que mandaba doce galeras, el duque de Medina Sidonia, al mando de seis mil hombres, y nuestro hombre, el cual, ayudado del marqués de Torrecuso y del Almirante Roque centeno, se puso al mando de catorce navíos recién llegados de Indias.

   Los pérfidos cañonearon el fuerte llamado del Puntal, desembarcando a unos diez mil soldados, los cuales consiguieron tomar la almadraba de Hércules, pero cuando llegaron al puente de Zuazo vieron frenado en seco su impetuoso avance por la resistencia que hicieron los hombres mandados por nuestro malagueño, apoyado en el mando por el Corregidor de Jerez.

   Tras ser detenidos durante varios días y viendo la imposibilidad de tomar el puente, cundió el desánimo en el campo inglés, los cuales el día ocho dieron media vuelta y huyeron perseguidos por nuestros hombres, dejando en estas acciones los ingleses más de dos mil bajas entre muertos en tierra y ahogados durante la huida al querer reembarcar.

   Tras estos acontecimientos fue nombrado Maestre de Campo General de Portugal, falleció nuestro malagueño en la ciudad de Lisboa sobre 1628.

   Contrajo matrimonio con Luisa María de Cepeda Vargas Angulo y Sotomayor.

Soldado Malagueño
Málaga - 2018

lunes, 5 de marzo de 2018

JOSÉ MARÍA SANTUCHO Y MARENGO. MÉDICO MILITAR.

   

   Nació José María en la ciudad de Málaga, un veintiséis de septiembre de 1807, hijo de José Santucho y Parodi, también natural de Málaga.

   Ingresó niño en el Seminario malagueño, donde estudió Latín, Retórica y otras materias relativas a las Humanidades, para en 1823 iniciar su carrera de Medicina en el Colegio de Medicina y Cirugía de Málaga, donde obtuvo primero el Grado de Bachiller en Filosofía y el de Medicina y Cirugía después.

   En 1830 ingresó en el Colegio de San Carlos, en Madrid, donde cursó el séptimo curso de su carrera médica, obteniendo no solo la Licenciatura en Medicina y Cirugía, sino que también el premio de mil quinientos reales de vellón al mejor alumno, tras lo cual y por oposición, ingresa al año siguiente en el Cuerpo de Médicos Cirujanos del Ejército, siendo su primer destino en el Regimiento Suizo de Kaysser.

   Durante la Primera Guerra Carlista tuvo su campo de actuación principalmente en los hospitales de Vitoria, donde entre otras tuvo que hacer frente a una epidemia de tifus, que ocasionó más de setecientos muertos, y atendiendo durante su tiempo de estancia en aquellos hospitales a mas de tres mil heridos de guerra. Su experiencia con la epidemia de tifus le llevó a escribir un trabajo sobre ella, publicado en el Boletín de Medicina, Cirugía y Farmacia de tres de agosto de 1837, en sus páginas 1 a 4.

   Al acabar la guerra, es destinado al hospital de Algeciras, donde permaneció por espacio de cinco años, años en los que fue colaborador asiduo de la Revista Médica de Cádiz, siendo trasladado después al Hospital militar de Granada, organizando allí una Academia Médico-Militar. Durante su estancia en dicho hospital publicó una nueva técnica para la operación de la fimosis.

   De Granada pasó a Burgos como Jefe de Sanidad y de esa ciudad castellana es destinado en 1859 al Cuartel General del Ejército de África, donde se ocupó de la organización de los hospitales del litoral, embarcándose para Marruecos al inicio de las operaciones militares. Iba ya con el grado de Subinspector de 1ª, asimilado a Coronel.

   Durante la guerra, se halló en los combates habidos en Los Castillejos, Wad Ras y los Llanos de Tetuán, a las órdenes directas del General O´Donnell y con el empleo de Jefe de Sanidad de todo el Ejército de África. Obtuvo el ascenso a Inspector por sus méritos en la  campaña y recibió de regalo por parte de la denominada Junta de Donativos una caja de amputaciones.

   El año de 1861 ingresa en la Real Academia de Medicina y en 1864 funda la Revista de Sanidad Militar


   En junio de 1866, cuando se produjo el motín conocido como Motín de los Sargentos de La Granja contra la reina Isabel II, promovido por los partidos progresista y democrático para tumbar la monarquía, acudió con verdadero riesgo para su vida a procurar la atención a los heridos, acción laudable que le valió la Gran Gruz de Isabel la Católica. Poco después fue nombrado Director General de Sanidad Militar, cargo que ocupó hasta 1868, tras el destronamiento de Isabel II.

   Una vez obtenido el retiro, se dedicó de lleno a las actividades de la Real Academia de Medicina, de la que fue Vicepresidente en diciembre de 1868, participando con acierto en cuantas comisiones y secciones concurrió.

   Estuvo casado con María de la Soledad O´Ryan y falleció en Madrid el veinte de septiembre de 1883. 

Soldado Malagueño
Málaga - 2018

MÉDICO MILITAR VIGIL DE QUIÑONES

   

   Buenas.

   Todos conocemos a Rogelio Vigil de Quiñones , famoso médico militar que se halló en el  Sitio de Baler, durante la Guerra de Filipinas de 1898. Fue uno de los conocidos como Últimos de Filipinas, que resistieron un asedio de más de trescientos días, saliendo de allí derrotados pero con honores y el reconocimiento del nuevo Gobierno filipino a su heroísmo y valor.


   En esta entrada vamos a detallar los antecesores de Rogelio que hemos podido localizar , así, tenemos a los siguientes:

TATARABUELOS

- Francisco Vigil de Quiñones Jiménez (? - 1794) Regidor perpetuo de Marbella y Caballero de Santiago.
- N. Castillo.

BISABUELOS

- Francisco Vigil de Quiñones Castillo (1776 - 3/1809) Capitán de Caballos. Se halló en 1806 en Dinamarca, en la expedición del marqués de la Romana. Murió en la Batalla de Medellín, en marzo de 1809, durante la Guerra de la Independencia.
- Catalina Avilés Castro.

ABUELOS

- Francisco Vigil de Quiñones Avilés. Teniente de Infantería. Fue un Voluntario Realista y vigiló los movimientos de los antiliberales por la zona de Marbella, los Alahaurines y otros lugares. 
- María Josefa Díez de Oñate Prados.

PADRES

- Francisco Vigil de Quiñones Díez de Oñate (30/12/1818 - 1887) Comandante de Infantería. Se halló en la Guerra Carlista y en la de Marruecos. Herido dos veces. Retirado en 1875. Falleció en Granada en abril de 1887.
Josefa Alfaro Vicente

HIJO

- Rogelio Vigil de Quiñones Alfaro (1/1/1862 - 7/2/1934) Capitán Médico Militar. Se halló en Filipinas y Marruecos.
Purificación Alonso y Ruiz

NOTA: LA imagen de Rogelio Vigil de Quiñones está tomada del archivo digital de Ministerio de defensa.

Soldado Malagueño
Málaga - 2018

BREVE RESEÑA DEL TERCIO VIEJO DE MÁLAGA.

   Esta es la breve reseña de un Tercio creado con el nombre de Málaga y cuya vida fue de treinta y dos años.

   Por una Real ordenanza dada por Carlos I en 1536, en Génova, se creó, junto al de Nápoles y Lombardía, el llamado Tercio Viejo de Málaga, formado en la ciudad de Málaga y mayoritariamente por soldados españoles, siendo destinado a guarnecer las plazas de Cagliari, Nuoro y Sassari, en la isla de Cerdeña, la cual era parte integrante de la monarquía española. Pronto este  Tercio fue conocido como Tercio de Cerdeña. 

   Cada uno de estos Tercios se hallaba formado por diez Compañías de piqueros y dos o tres, según las necesidades o disponibilidad, Compañías de arcabuceros, que en un principio eran en su mayoría de ballesteros. Alrededor de tres mil hombres.


   Cuando acababa una campaña, no se disolvía, sino que permanecía activo con el objeto de retener a los soldados veteranos para, por un lado, mantener el espíritu de cuerpo, por otro lado, mantener las defensas de las posesiones españolas y, por último, atraer a nuevos soldados a sus filas.

   Este modelo, años mas tarde, dio origen a que en Alemania, Francia o Inglaterra adoptaran el sistema adaptándolo a su idiosincrasia, denominándolas Regimientos y con la idea de que también fueran permanentes.

   No conocemos quien fue el primer Maestre de Campo de este Tercio, pero si sabemos que en 1564 este cargo lo ocupó Gonzalo de Baracamonte. No obstante, nuestro Tercio ya había combatido en Córcega, Cerdeña, Nápoles, Paises Bajos, Malta, La Goleta,...

   Y para 164 ya era popularmente conocido como Tercio de Cerdeña.

   Se tiene constancia de que se hallaron en las batallas de Heiligerlee del veintitrés de mayo de 1568, y en la de Jemmingen del siguiente veintiuno de julio, colaborando a la indiscutible victoria de las armas españolas. Fue de los primeros en enarbolar la bandera imperial contra los protestantes en los Países Bajos, con diez Compañías bajo el mando de Gonzalo de Bracamonte.

   Pero no todo era bonito en nuestro Tercio Viejo, no, pues una de sus características era la evidente indisciplina de sus componentes, solo disciplinados cuando se dirigían al combate, aunque esta disciplina sobre el campo de batalla no evitó que en Heiligerlee sufriera enormes pérdidas, pues fieles a su carácter díscolo e indisciplinado no obedecieron la orden de esperar a atacar y, así, unos seiscientos arcabuceros se lanzaron por su cuenta y riesgo a atacar y sin adoptar la formación reglamentaria ni saber las condiciones del terreno, lo que conllevó que los holandeses los macharan a todos.

   Ante esta situación, el conde de Aremberg, que mandaba la expedición, tuvo que dejar el campo, pero a los aproximadamente mil efectivos del Tercio Viejo que quedaban solo pensaron en poner pies en polvorosa.

   Según parece, después de la derrota, los que se salvaron se refugiaron en pueblos y granjas de la zona, donde los habitantes los pasaron a cuchillo. Esto, cuando se recuperó el terreno perdido los siguientes días veintidós y veinticinco de julio, los soldados del Tercio Viejo de Málaga se tomaron cumplida venganza con los paisanos, matándo a demasiados y quemando pueblos y aldeas y tal debió ser la sangría que el duque de Alba, de natural frío e impasible, se alarmó y dispuso se recogieran y no salieran al campo, dando, además, orden el siguiente día veintiséis de que el Tercio se disolviera, se rasgaron sus banderas y se rompieron las astas, su Maestre de Campo y sus capitanes degradados, sus Sargentos rompieron sus partesanas y sus soldados repartidos en otros Tercios. Y todo esto realizado en presencia de todo el Ejército reunido.

   Se ponía así fin a un Tercio que se había cubierto de gloria en cuantas batallas se halló.  

   Poco después, en la isla de Cerdeña se formó un nuevo tercio, este ya con el nombre de Tercio de Cerdeña, formado en su mayoría por individuos italianos, del cual sabemos que para 1571 contaba con una unidad de cuatrocientos mosqueteros, de los que se sabe que intervinieron en la Batalla de Lepanto.


Soldado Malagueño
Málaga - 2018

TENIENTE GENERAL JOSÉ LACHAMBRE DOMÍNGUEZ.

    Nació en Málaga a las seis de la mañana del día el dieciséis de marzo de 1846, en el número 9 de la calle de Beatas, hijo de José Lachambre de la Roque (Málaga) y de María de las Mercedes Domínguez de Torres (Guanabacoa, Cuba).

   Tuvo su ingreso en el servicio el dieciocho de febrero de 1861 al ingresar en case de cadete en el Colegio de Artillería de Segovia, obteniendo el empleo de subteniente el veintisiete de octubre de 1864 y el de teniente el tres de julio de 1867, siendo destinado al quinto regimiento a pie.

   El primero de enero de 1868 pasó destinado al tercer regimiento y hallándose prestando sus servicios, se halló el siguiente veintiocho de septiembre en la batalla del Puente de Alcolea, donde por su brillante servicio se le concedió el empleo de capitán, pero del arma de caballería.

   El treinta y uno de enero de 1873, siendo su destino la segunda batería del segundo regimiento de montaña del Ejército del Norte, se halló en el ataque y toma de la plaza de Aya, en la provincia de Guipúzcoa, tras derrotar a las partidas de los carlistas que hostigaban el país y por su mérito en los combates, fue agraciado con la Cruz del Mérito Militar roja de primera clase.

   En febrero de 1873 solicitó el retiro, pero volvió al servicio activo el siguiente mes de septiembre, pasando destinado a Tafalla, Navarra, donde se incorporó a las acciones militares, hallándose en los enfrentamientos con los carlistas en la ermita de Santa Bárbara, los montes de Guirguillano y en las inmediaciones de Puente de la Reina, acciones por las que fue recompensado con el empleo de comandante de Ejército el 6 de octubre de 1873.

   El siete de noviembre se halló en la batalla de Montejurra y el nueve diciembre, a las órdenes del general Moriones, en la acción de Velavieta, por la que alcanzó el grado de teniente coronel.

   Ya en marzo de 1874, se halló en los combates habidos en San Pedro de Abanto, por cuyas acciones fue recompensado con la Cruz Roja de segunda clase del Mérito Militar. El dieciocho de abril pasó junto con su compañía al Tercer Cuerpo, a las órdenes del general Concha, con el que entró en acción en la aldea de Otáñez y alturas de las Muñecas, contribuyendo a desalojar al enemigo de las posiciones de Santa Águeda y desde aquí, avanzar rápidamente hasta la plaza de Bilbao, en la que entraron el dos de mayo.

   Posteriormente operó en la provincia de Navarra, hallándose en junio en los combates de Monte Muru, donde por sus méritos que fue recompensado con el empleo de teniente coronel del Ejército.

   En enero de 1875 asistió al levantamiento del bloqueo de Pamplona, ganando por dicha acción el grado de coronel el 3 de febrero. Del trece al diecinueve de julio en el sitio y bombardeo de Puigcerdá, donde por su actuación fue agraciado con la Cruz Roja de segunda clase al Mérito Militar.

   Los días diecisiete, dieciocho y diecinueve de febrero de 1876, se halló en las operaciones realizadas sobre las plazas de Solana, Estella y Montejurra, tras lo que se le concedió el empleo de coronel.

   El siguiente once de octubre es destinado a formar parte del Ejército de Operaciones de Cuba con el empleo de comandante de Artillería.

   Al llegar a La Haba el dieciocho de noviembre, se le confiere el mando de una media brigada, formada por los batallones Cazadores de León y de Alfonso XII, pasando inmediatamente a operaciones de campaña por la zona de Cienfuegos, permaneciendo en dicha situación hasta el mes de abril del año siguiente, 1877, que se le nombró jefe del cuerpo de guerrillas de la Trocha y de la línea avanzada de las tropas españolas en la zona, siendo su campo de operaciones el sector comprendido entre Sancti Espíritus y Puerto Príncipe, destacando de entre estas operaciones la ocurrida en Guayo, donde a pesar de hallarse en inferioridad numérico, logró junto a sus hombres infligir una dura derrota a las tropas rebeldes de las Villas, lo que le valió ser agraciado con Cruz Roja al Mérito Militar de tercera clase.

   Una vez cumplido su tiempo en Cuba, fue reintegrado a España en junio de 1878, quedando de cuartel en Madrid, donde el siguiente veintiséis de enero de 1881 asciende a brigadier en recompensa a sus servicios en la Isla de Cuba. El veintidós de diciembre de 1886 se le nombra jefe de brigada del distrito militar de Navarra, permaneciendo en el desempeño de su cargo en dich9o destino hasta el siguiente veintiocho de febrero de 1889, que por orden de treinta de enero anterior retorna a la Isla de Cuba, esta vez con el nombramiento de gobernador militar de la provincia de Pinar del Río.

   A su llegada al nuevo destino, en marzo se le confiere el cargo de inspector general de somatenes, así como el de jefe superior de las operaciones de persecución y captura de bandidos y delincuentes en las provincias de Santa Clara, La Habana, Matanzas y Pinar del Río, operaciones todas estas que desempeñó a satisfacción del Gobierno, por lo que en 1890 fue recompensado con la Gran Cruz al Mérito Militar.

  Fue nombrado gobernador militar del castillo de la Cabaña, en la Isla de Cuba, el veintiséis de noviembre de 1890, cargo que desde 1892 compaginó, de forma interina, con el de segundo cabo de la capitanía general de la Isla, subinspector de infantería, de caballería y de voluntarios y como gobernador militar de la provincia y plaza de La Habana.  

   Por Real orden y en atención a sus méritos y aptitudes políticas y militares, el veintinueve de noviembre de ese año de 1892 es ascendido a general de división.

   En el mes de febrero de 1893, en nombrado gobernador militar de la provincia de Matanzas, y con este nuevo destino, se puso al frente de las operaciones desarrolladas en las provincias de Puerto Príncipe y Santiago de Cuba para sofocar el alzamiento promovido por los hermanos Manuel y Ricardo Sartorio Leal en el lugar de Purnio, Uñas y Velasco -cerca de Holguín- la noche del veinticuatro al veinticinco de abril

   El siguiente mes de mayo pasa a ocupar el gobierno militar de Santiago de Cuba, declarando el estado de sitio de la provincia en febrero de 1895, debiendo trasladarse con las tropas de su mando a Guantánamo para dirigir las operaciones contra los insurgentes que habían desembarcado al mando de los hermanos Maceo Grajales y de Francisco Adolfo Crombet Tejera, conocido como "Flor Crombet", quien falleció durante el combate.

   Continuó de operaciones, derrotando en marzo a Alfonso Goulet Goulet y a José Quintino Bandera Betancourt, conocido como “Quintín Bandera”, tras lo cual retornó a España por enfermedad, no sin antes haber ejercido los cargos de comandante general y subinspector de la artillería de la Isla, en cuyo desempeño realizó un estudio de la defensa de la ciudad La Habana, tanto por tierra como por mar, así como de la fortificación y artillado de diversos puertos y zonas costeras de la Isla.

   Todos estos hechos, tuvieron su broche de oro con la concesión el veintidós de octubre de 1896 de la Gran Cruz del Mérito Militar.

   Aunque claro, la alegría nunca es completa, pues al poco de recibirla, en el mismo mes de octubre recibe la “alegría” de ser destinado al ejército de Filipinas, acompañando al general Camilo García de Polavieja, haciéndose entrega nada más llegar -a primeros de diciembre- la parte mollar de las operaciones contra los rebeldes en la provincia de Cavite, en poder de éstos, capitaneados por Emilio Aguinaldo y Famy.

   En febrero y tras una sucesiva marcha de victorias, se hace con el control de Silang, Pérez das Mariñas y otros puntos. En marzo toma Imús, ciudad donde los rebeldes tenían su cuartel general y así hasta el primero de abril, con las tomas de las posiciones de San Francisco de Malabón, Rosario, Noveleta y Cavite.  

   Todas estas acciones, se llevaron a cabo a pesar de las dificultades encontradas, tales como el restringido uso de la caballería por las condiciones del terreno, la feroz combatividad del filipino y otros, lo que obligó a nuestro hombre a diseñar e implementar planteamientos tácticos sobre la marcha, empleando a conciencia la artillería para dejar expedito el terreno a la infantería, aprovechando eficazmente el pánico que sentían los tagalos a verse rodeados durante el combate, por lo que muchas de las acciones las realizó intentando apoyarse en los flancos a cualquier precio e incluso tomar la retaguardia antes de lanzar el ataque frontal.

   Por sus méritos en esta guerra, fue promovido el dos de abril al empleo de teniente general tras lo cual retornó a la Península, desembarcando en Barcelona el once junio, siendo aclamado tanto en Madrid como en Málaga por su ejemplar desempeño, sobre todo en Cavite.

   Para su actuación Filipinas, recomiendo leer la Revista de historia militar. Número extraordinario de 2019. Instituto de historia y cultura militar. Madrid.

   En abril de 1899 fue nombrado capitán general de Galicia y comandante del octavo cuerpo de ejército, cargos que desempeñó hasta junio de 1902, que fue destinado al Consejo Supremo de Guerra y Marina. En el interín, fue senador por la provincia de Málaga en las legislaturas de 1899-1900 y 1903-1904.

   Contrajo matrimonio con María Cay Deville, natural de Matanzas, Cuba, e hija de Ricardo Cay Jaimes, comerciante de artículos chinos, y de Matilde Deville y Withe.

   Consecuencia de una enfermedad contraída en Filipinas, falleció en Madrid el trece de julio de 1903. Tiene dedicada una calle en Málaga, situada entre la avenida de Velázquez y la calle Jorge Guillén, en la llamada Barriada de Girón (Barriada de José Antonio Girón, 1955)



   Fue bastante elogiado en la prensa cuando se dio la noticia de su fallecimiento. De entre esos elogios quiero destacar el que aparece en la página 2 del periódico El Día del catorce de julio, el siguiente a su fallecimiento. Dice que

“…Procedente de artillería. llegó á ceñir la faja cuando solo era capitán del Cuerpo, y basta este hecho para comprender que fueron los méritos de campaña, y no el favor, los que tan joven lo elevaron á un puesto tan alto en su carrera…”

   Estaba en posesión de las siguientes condecoraciones:

- Cruz y Gran Cruz de San Hermenegildo

- Cruces Mérito Militar roja: 1ª clase, 1; 2ª clase, 2; 3ª clase, 1.

- Cruces Mérito Militar blanca: 1ª, 2ª, 3ª clase y Gran Cruz, una de cada clase

- Cruz de Carlos III

- Cruz de Isabel la Católica

- Gran Cruz de San Fernando,

- Medalla de Cuba con distintivo rojo,

- Medalla de Bilbao,

- Medalla de Alfonso XII,  

- Cruz de María Cristina y

- Benemérito de la Patria.

   Había un busto suyo en el Museo de Artillería, regalado a esta institución por su viuda.

 


Soldado Malagueño
Málaga - 2018

domingo, 4 de marzo de 2018

AYUDANTE D. JUAN ALCALÁ DEL OLMO ©

   Era D. Juan natural de la ciudad de Málaga y nació en una familia de hidalgos alrededor de 1757.

- Ingresó como Soldado Aventurero el primero de febrero de 1781; 
- pasó a teniente el siguiente cinco de noviembre; 
- pasó a Ayudante con despacho provisional el doce de junio de 1794; 
- pasó a Ayudante con Real título el diecisiete de agosto de 1795.

   Su primer Regimiento fue el de La Luisiana, donde permaneció durante nueve meses y cuatro días; pasó al de Provinciales de México, donde permaneció durante once años, seis meses y veintidós días; pasó al Batallón Fijo de Veracruz, donde permaneció un año y quince días; pasó a la 11ª extinguida División de Milicias, donde permaneció un año, dos meses y seis días; pasó a Regimiento de Caballería Provincial del Príncipe de Nueva España, donde para fin de diciembre de 1800 aun permanecía.


   Se halló en el sitio y toma de Panzacola con el regimiento Fijo de La Luisiana, donde estando de guardia en las trincheras fue herido de un casco de bomba en una pierna. Una vez restablecido, pasó a España por orden del conde de Gálvez con pliegos del real servicio y el rey lo premió con el empleo de Teniente en el Regimiento Provincial de México y viniendo a servir su empleo, al pasar por el Guárico lo llamó el conde de Gálvez para que sirviera a sus órdenes, lo cual fue por nueve meses, pues una vez hecha la paz se incorporó al Regimiento Provincial de México.


   Es probable que para julio de 1815 fuese Subdelegado del partido de Chilapa y Capitán graduado, aunque retirado, habiendo ejercido también las funciones de Sargento Mayor en el Batallón Suelto de Tulancingo, siendo su Comandante el Coronel D. José Antonio Andrade. Para 1817 ya no existía dicho Batallón, aunque debió volver a ponerse en activo, pues por un Estado Mayor general del Ejército mexicano de 1854 sabemos que en ese año existía.

   El Batallón de Tulancingo tuvo su origen en las milicias de Acatlán y se formó con voluntarios vecinos de su partido.

   Valor: lo manifiesta; Aplicación: bastante; Capacidad: regular; Conducta: buena. Para fin de diciembre de 1800 era soltero. 

Soldado Malagueño
Málaga 2016

jueves, 1 de marzo de 2018

MARÍA SAGREDO O LA HEROINA DE ALOZAINA. 7 DE JULIO DE 1570.

   Hola, esto que escribo es la actuación de una mujer en julio de 1570 durante el ataque de moriscos que sufrió el pueblo de Alozaina, en la provincia de Málaga. Me parece interesante su conocimiento.

   Es la transcripción de un artículo aparecido en un periódico del cual no tengo el nombre ni la fecha, y que está en un archivo de Málaga. Abajo pongo su localización. Espero que no me llamen la atención pensando que es un vulgar copiar y pegar, pues he tenido que escribirlo entero: no se puede hacer el copiar y pegar...o por lo menos yo no he podido hacerlo.

   Entre los hijos ilustres de la provincia de Málaga, ocupa un lugar preferente una heroína, cuyo nombre no debe olvidarse por aquellos que aman las glorias de su país y hallan en el pasado ejemplos que deben vivir siempre como enseñanza de sus nuevas generaciones.

   Bastantes lustros eran ya pasados desde que los moros habían sido despojados de su poder en España y de que la enseña cristiana reemplazó a la Media Luna. pero nuestra comarca andaluza estaba infestada de moriscos, rebeldes algunos, hipócritos los más, que esperaban la hora de la venganza. Su odio a los cristinos era mayor cada día, dando origen a revueltas, condenas y procesos.

   Sus mismos jueces especiales eran injuriados y hasta se desconfiaba de sus intenciones. En villas enteras solo moriscos existían, pues los cristianos que fueron a poblarlas, las abandonaron, temiendo ser víctimas de una traición. Las Alpujarras, la comarca veleña, la Sierra bermeja y otras varias regiones eran focos de rebeldía.

   Lorenzo Alfaquí, de origen árabe, de instintos sanguinarios, reunió más de tres mil moriscos procedentes de tierras rondeñas y proyectó apoderarse de la pintoresca villa de Alozaina, que se encontraba a la sazón casi deshabitada, pues sus moradores habían ido a la siega y solo mujeres, viejos y niños había en el poblado. Eran Capitanes de este alzamiento los moriscos Alfor y Jabelí.

   Un destacamento de seiscientos hombres salió cautelosamente para Alozaina, regando el camino con la sangre de cuantos cristianos hallaban. Según su ilustre historiador de la provincia de Málaga, solo quedaban en la villa siete hombres.

  Llegaron los moriscos a las calles de Alozaina. El escudero Ginés Martín, apercibido, dio la voz de alarma, logrando atravesar las filas de los revoltosos, y unido a los siete vecinos, con las mujeres y los niños, se guarneció en el castillo que estaba ruinoso y casi abandonado. Las valerosas mujeres, poniéndose las monteras, los capacetes y los capotes de los hombres, recorrían las almenas, fingiendo que existía numerosa guarnición y otra tocaba a rebato, volteando la campana de una capilla que había dentro de la débil fortaleza.

   Envalentonados los moriscos y creyendo seguro el triunfo, dispararon sin cesar contra el castillo, logrando a poco que uno de sus más decididos defensores, el anciano Martín Sagredo -o Lagredo- Domínguez, cayera gravemente herido. Tenía éste una hija de tanta hermosura como corazón, que auxiliaba a su padre en la desesperada defensa.

   Al verlo caer, al mirar como corría su sangre, aquella heroica mujer arrancó la aljaba y la ballesta de un moribundo, se colocó en lo más alto del muro, y defendió con incansable ardimiento un portillo, por el cual los moriscos se precipitaban. Cayó muerto uno de estos, muchos se vieron heridos y los restantes se acobardaron ante la indómita bravura de aquella gentil cristiana.

   Los vecinos que estaban en el campo oyeron las campanas, el clamoreo y las descargas, y unos tras otros regresaron a sus hogares. Emprendiose feroz la lucha y los moriscos, derrotados, prendieron fuego en su huida a más de treinta casas y se refugiaron en la vecina sierra, dejando nuevamente Alozaina a los cristianos.

   Continúa el periódico diciendo que

   Don Cristóbal Medina Conde en su Diccionario Geográfico Malacitano [.....] refiriéndose a la villa de Alozaina, se dice copiado literalmente:

   "...que una sola mujer llamada María de Segredo la defendió de que la asaltasen los moros, pues habiéndole avisado de que tenían una escala echada a la torre que estaba sobre las puertas y no habiendo ni un hombre solo en el pueblo, acudió corriendo a socorrer la parte que pudiera y con efecto se asomó a la torre y vio que por la escala iban subiendo tres moros, y en el mismo sitio había unas colmenas.

   Se volvió y tomó un corcho muy lleno de ganado y lo tiró al primero que subía. Lo derribó y a los demás uno encima de otro, y no contenta con esto y con haber muerto a uno de ellos del golpe, practicó la misma diligencia con otras dos colmenas, que aunque ninguna les pegó, se hicieron pedazos los corchos y huyendo de las abejas los veintidós o veintitrés que venían, dejaron el país.

   Acaba el artículo de la siguiente manera:

   El heroísmo, la sublime entereza de María Sagredo, a quien sin ningún género de dudas se debió que el ruinoso castillo no fuera asaltado, se difundió por toda España. El rey supo la hidalga y temeraria acción de la joven malagueña y quiso hacerla objeto de sus mercedes.

   Efectivamente, en nuestros archivos consta que la bondad real concedía poco tiempo después a María Sagredo, en concepto de dote y como premio a su bravura, unos heredamientos en la villa de Torrox.

   Digno es el nombre de la singular mujer que nos ocupa, de que se le perpetúe en Alozaina a través de las generaciones, bien rotulando con él una calle, bien colocando una lápida conmemorativa en el lugar que se crea mas a propósito, o de otra cualquier manera, que el dedicar Alozaina un recuerdo a su heroína, sería honrarse a sí misma, ya que los pueblos se enaltecen al enaltecer a sus hijos más preclaros.

Soldado Malagueño

Málaga - 2018