SOLDADO MALAGUEÑO

También narramos las vidas militares de soldados de España y de todo el cosmos hispano en ambos hemisferios, por el Atlántico, por el Lago Español, por el Mediterráneo, por el Índico y allá por donde haya pasado un soldado HISPANO ondeando nuestras banderas.


jueves, 1 de marzo de 2018

MARÍA SAGREDO O LA HEROINA DE ALOZAINA. 7 DE JULIO DE 1570.

   Hola, esto que escribo es la actuación de una mujer en julio de 1570 durante el ataque de moriscos que sufrió el pueblo de Alozaina, en la provincia de Málaga. Me parece interesante su conocimiento.

   Es la transcripción de un artículo aparecido en un periódico del cual no tengo el nombre ni la fecha, y que está en un archivo de Málaga. Abajo pongo su localización. Espero que no me llamen la atención pensando que es un vulgar copiar y pegar, pues he tenido que escribirlo entero: no se puede hacer el copiar y pegar...o por lo menos yo no he podido hacerlo.

   Entre los hijos ilustres de la provincia de Málaga, ocupa un lugar preferente una heroína, cuyo nombre no debe olvidarse por aquellos que aman las glorias de su país y hallan en el pasado ejemplos que deben vivir siempre como enseñanza de sus nuevas generaciones.

   Bastantes lustros eran ya pasados desde que los moros habían sido despojados de su poder en España y de que la enseña cristiana reemplazó a la Media Luna. pero nuestra comarca andaluza estaba infestada de moriscos, rebeldes algunos, hipócritos los más, que esperaban la hora de la venganza. Su odio a los cristinos era mayor cada día, dando origen a revueltas, condenas y procesos.

   Sus mismos jueces especiales eran injuriados y hasta se desconfiaba de sus intenciones. En villas enteras solo moriscos existían, pues los cristianos que fueron a poblarlas, las abandonaron, temiendo ser víctimas de una traición. Las Alpujarras, la comarca veleña, la Sierra bermeja y otras varias regiones eran focos de rebeldía.

   Lorenzo Alfaquí, de origen árabe, de instintos sanguinarios, reunió más de tres mil moriscos procedentes de tierras rondeñas y proyectó apoderarse de la pintoresca villa de Alozaina, que se encontraba a la sazón casi deshabitada, pues sus moradores habían ido a la siega y solo mujeres, viejos y niños había en el poblado. Eran Capitanes de este alzamiento los moriscos Alfor y Jabelí.

   Un destacamento de seiscientos hombres salió cautelosamente para Alozaina, regando el camino con la sangre de cuantos cristianos hallaban. Según su ilustre historiador de la provincia de Málaga, solo quedaban en la villa siete hombres.

  Llegaron los moriscos a las calles de Alozaina. El escudero Ginés Martín, apercibido, dio la voz de alarma, logrando atravesar las filas de los revoltosos, y unido a los siete vecinos, con las mujeres y los niños, se guarneció en el castillo que estaba ruinoso y casi abandonado. Las valerosas mujeres, poniéndose las monteras, los capacetes y los capotes de los hombres, recorrían las almenas, fingiendo que existía numerosa guarnición y otra tocaba a rebato, volteando la campana de una capilla que había dentro de la débil fortaleza.

   Envalentonados los moriscos y creyendo seguro el triunfo, dispararon sin cesar contra el castillo, logrando a poco que uno de sus más decididos defensores, el anciano Martín Sagredo -o Lagredo- Domínguez, cayera gravemente herido. Tenía éste una hija de tanta hermosura como corazón, que auxiliaba a su padre en la desesperada defensa.

   Al verlo caer, al mirar como corría su sangre, aquella heroica mujer arrancó la aljaba y la ballesta de un moribundo, se colocó en lo más alto del muro, y defendió con incansable ardimiento un portillo, por el cual los moriscos se precipitaban. Cayó muerto uno de estos, muchos se vieron heridos y los restantes se acobardaron ante la indómita bravura de aquella gentil cristiana.

   Los vecinos que estaban en el campo oyeron las campanas, el clamoreo y las descargas, y unos tras otros regresaron a sus hogares. Emprendiose feroz la lucha y los moriscos, derrotados, prendieron fuego en su huida a más de treinta casas y se refugiaron en la vecina sierra, dejando nuevamente Alozaina a los cristianos.

   Continúa el periódico diciendo que

   Don Cristóbal Medina Conde en su Diccionario Geográfico Malacitano [.....] refiriéndose a la villa de Alozaina, se dice copiado literalmente:

   "...que una sola mujer llamada María de Segredo la defendió de que la asaltasen los moros, pues habiéndole avisado de que tenían una escala echada a la torre que estaba sobre las puertas y no habiendo ni un hombre solo en el pueblo, acudió corriendo a socorrer la parte que pudiera y con efecto se asomó a la torre y vio que por la escala iban subiendo tres moros, y en el mismo sitio había unas colmenas.

   Se volvió y tomó un corcho muy lleno de ganado y lo tiró al primero que subía. Lo derribó y a los demás uno encima de otro, y no contenta con esto y con haber muerto a uno de ellos del golpe, practicó la misma diligencia con otras dos colmenas, que aunque ninguna les pegó, se hicieron pedazos los corchos y huyendo de las abejas los veintidós o veintitrés que venían, dejaron el país.

   Acaba el artículo de la siguiente manera:

   El heroísmo, la sublime entereza de María Sagredo, a quien sin ningún género de dudas se debió que el ruinoso castillo no fuera asaltado, se difundió por toda España. El rey supo la hidalga y temeraria acción de la joven malagueña y quiso hacerla objeto de sus mercedes.

   Efectivamente, en nuestros archivos consta que la bondad real concedía poco tiempo después a María Sagredo, en concepto de dote y como premio a su bravura, unos heredamientos en la villa de Torrox.

   Digno es el nombre de la singular mujer que nos ocupa, de que se le perpetúe en Alozaina a través de las generaciones, bien rotulando con él una calle, bien colocando una lápida conmemorativa en el lugar que se crea mas a propósito, o de otra cualquier manera, que el dedicar Alozaina un recuerdo a su heroína, sería honrarse a sí misma, ya que los pueblos se enaltecen al enaltecer a sus hijos más preclaros.

Soldado Malagueño

Málaga - 2018

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