El veinticuatro de junio de 1808,
la Real Junta de gobierno de la plaza de Málaga publicaba un bando por el cual
se llamaba al pueblo a inscribirse en un escuadrón de ginetes de honor
de nueva creación.
Dicho alistamiento tendría lugar a partir de ese mismo día veinticuatro en
la casa del teniente coronel, caballero de la Maestranza de Ronda y Visitador
general de la Caballería Cristóbal María Rubión Ximénez de Guzmán, calle de
Carreterías esquina con la de Ollerías, en horario de mañana de ocho a once y
de tarde de cuatro a seis.
Este Rubión fue nombrado comandante del
escuadrón por el teniente coronel Vicente Abello, cuando este fue aclamado como
capitán general de Málaga por el pueblo malagueño. Aparte de comandante de la
caballería de Málaga, Abello le otorgó el empleo de brigadier.
Se compondría de ciento cincuenta jinetes y los candidatos, vecinos
honrados, de intachable conducta y dispuestos a sacrificar vida y haciendo por
la patria, debería presentarse en esa dirección con armas, caballo y uniforme
propio.
Se estipulaba que el servicio ordinario sería realizar guardias en la
plaza, conducir pliegos importantes, observar, descubrir y desbaratar asonadas,
defensa del poder público, perseguir a los contrabandistas y a los desertores tanto
dentro como fuera de la población, así como a sospechosos y malhechores.
Se prevenía también que había que estar dispuestos a enfrentarse al
enemigo si este invadía la provincia y para ello se anunciaba que se
adiestraría al personal por parte del mismo Rubión Ximénez de Guzmán en el manejo
de las armas y de los caballos para saber desenvolverse en caso de combate.
A la vez que se publicaba este bando, se editaron los estatutos de cho
cuerpo, los cuales constaban de diecisiete puntos, en los cuales se decía que:
- el escuadrón se ponía bajo el
patrocinio de la Virgen de la Victoria y los patronos de la ciudad: santa Paula
y San Ciriaco,
- ciento cincuenta jinetes divididos
en tres compañías de a cincuenta individuos cada una, que constarían de un
capitán primero, uno segundo, un teniente, un alférez, un sargento primero, dos
segundos, cuatro cabos, un trompeta y treinta y ocho soldados.
Contaría el escuadrón con plana mayor, compuesta por el comandante,
sargento mayor, un ayudante primero, dos segundos, de los cuales uno sería el
portaestandarte y el otro el secretario del jefe, un capellán de honor, un albéitar
y un picador
- solo serían admitidos
ciudadanos de reconocida conducta intachable y con medios económicos, que
actuarían solo el tiempo que durase la guerra y que no se podrían ausentar del
escuadrón sin permiso del jefe,
- el uniforme sería de las siguientes
características: casaca corta encarnada; vuelta, solapa y collarín negros con
los vivos blancos; calzón, pantalón y chupín anteados; botones dorados y un
león dorado en el cuello de la casaca; media bota; sombrero redondo con el ala
izquierda doblada, con presilla de galón de oro y escarapela y pluma
encarnadas. Los voluntarios llevarían, además, el distintivo de un cordón de
oro en el hombro izquierdo,
- las armas serían espada,
pistola y canana negra con ocho cartuchos,
- el estandarte sería con las
armas de Castilla, las de la ciudad de Málaga y la efigie de los Santos Mártires,
Ciriaco y Paula,
- el cuerpo y sus individuos solo
harían el servicio estrictamente militar, excusándoseles de realizar cualquier
trabajo manual, debiendo asistir a las clases de manejo de armas y caballo y
debían estar dispuestos a acudir a cualquier servicio que se ofreciera en la
plaza cuando fuesen llamados, siempre con el uniforme puesto, siendo por ellos
escudaos de sus respectivos trabajos,
- el libro de filiaciones de los
soldados se guardaría en la sargentía mayor del Cuerpo y se habilitaría un cuartel
donde poder guardar los caballos aquellos que no tuvieran donde hacerlo,
quedando a cargo de mozos señalados para ello.
Si el voluntario no tenía caballo, el comandante, como visitador de la
Caballería que era, le facilitaría uno a un precio justo
- los miembros del escuadrón jurarían
defender la religión católica, la independencia de España y sus leyes, obediencia
a las órdenes de los representantes del rey y defensa del orden público,
- cualquiera que contraviniere
estas normas, sería inexcusablemente expulsado y su conducta dada a conocer a
la sociedad.
En cuanto a su actividad bélica se refiere, este escuadrón se halló en
los combates que hubieron el cinco de febrero de 1810, en la defensa que se
hizo en Teatinos ante la impetuosa y avasalladora entrada de las fuerzas
francesas.
En este combate, el escuadrón fue atacado por tres puntos por fuerzas
superiores, que lo envolvieron y a punto estuvo su comandante Rubión de ser
capturado por los franceses, lo que evitó un teniente del regimiento de la
Unión, Salvador de Ferradas, quien se puso junto a él y a pesar de ser herido,
logró que ambos salieran del lugar.
El escuadrón siguió luchando, manteniéndose firme en la defensa de una
pieza de artillería, hasta que el ímpetu y abrumadora mayoría de las fuerzas
francesas hicieron que abandonaran la posición y se retiraran haca la ciudad,
donde continuaron los combates hasta la capitulación malagueña.
Esta capitulación trajo consigo, como no podía ser de otra manera, la
desaparición del escuadrón como unidad española, pues se convirtió en el
Escuadrón de Milicia Cívica de obediencia francesa.
Esto fue debido al real decreto de seis de febrero de 1810 firmado por
el José Bonaparte por el cual se formaban unidades de este tipo, comenzando por
crearse en Sevilla, Jaén, Córdoba y Granada, siendo los de Málaga formados un
mes más tarde, pues se creó un Regimiento de Milicia Cívica de infantería, que
para el veinte de abril pasaría a ser el 6º de línea, formado por dos
batallones de seis compañías cada uno, y un escuadrón de caballería, que es el
que nos ocupa, manteniendo exactamente la misma forma, es decir, un escuadrón
de tres compañías y con el mismo uniforme. Sobre el estandarte, no sé si se
mantendría el mismo.
El cuadro de mando inicial lo formaban:
- Comandante: Cristóbal María
Rubión;
- Ayudante: Francisco de Milla;
- Portaestandarte: Luis José de
Castro.
Por lo que a los oficiales se refiere, fueron los siguientes:
- Capitanes: Antonio Mantilla,
Antonio Santaella de León y Federico Hoppe;
- Tenientes: José Hurtado, Diego
Felipe Suárez y Jaime Zeta;
- Subtenientes: José Santaella, Manuel Romero, Diego López
- Capitán agregado: José Molina y
Fernández.
En septiembre de 1811, Cristóbal María pasó a ser el coronel del
Regimiento de Milicia Cívica, nombramiento que comunica el subinspector de
Málaga, Carlos Reding al Ayuntamiento:
«El Sr. Inspector General me dice con fecha
de ayer lo que sigue.
Incluyo a V. S. el adjunto nombramiento que
el Excmo. Sr. Duque de Dalmacia se ha servido expedir para Coronel del Cuerpo
Cívico de esta Plaza a favor de D. Cristóbal Mª Rubión que lo era retirado en
la misma, haciendo V. S. preste éste el juramento de fidelidad, se dé a
reconocer por tal coronel, y se le entregue al interesado el referido
nombramiento, participándoselo así mismo a la Municipalidad = Dios etc.»
Pero en enero de 1812 deserta y se fuga hacia Cádiz.
Tras el decreto del once de junio de 1812 por el que quedaban suprimidos
todos los empleos y cargos nombrados por los franceses, el veintiuno de
septiembre estas medidas alcanzaron a la Milicia Cívica, es decir, a nuestro 6º
regimiento, y los individuos de tropa «…solteros y viudos sin hijos, de 16 a
45 años de edad, y con la agilidad y robustez necesarias para la fatiga de
campaña…», ya fueran solteros o viudos fueron obligados a integrarse en los
cuerpos de las armas respectivas -excepto los que de forma notoria hubieran manifestado
una conducta reprobatoria por su cercanía a los franceses-, siendo esta una
manera de depurar la responsabilidad de haber colaborado con el enemigo
«Esta porción de hombres escarreados
efímeramente de la recta senda de sus deberes de buenos Españoles, admitirán
con gratitud el indicado temperamento, y le mirarán como un modo el más
sencillo y decoroso de expiar el grado de culpa más o menos grave que tuvieron
en el hecho de haber sucumbido a los designios del enemigo»
Sobre el comandante Rubión, sé que era hijo de oficial, que debió nacer alrededor de 1750, que ingresó en el servicio militar el año de 1767, que contrajo matrimonio en Cártama con María del Carmen Pizarro Despital y Molina después de diciembre de 1783 y que falleció el cuatro de febrero de 1825, dándosele sepultura dentro de la iglesia parroquial de Cártama.
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NOTA: En la lámina del principio hay un error, que es el sombrero, que como hemos visto era redondo y con el ala izquierda levantada.
Esta imagen está sacada del blog:
https://cronistadelavilladecartama.blogspot.com/2014/09/malaga-bajo-la-amenaza-francesa.html
Málaga - 2025
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