De Cadete desempeñó
la instrucción de Cabos y Sargentos en el Regimiento de Murcia y como Alférez
fue comisionado a la primera quinta de Guadalajara, consiguiendo que muchos de
los que resultaron libres en el sorteo ingresaran en el Ejército voluntariamente.
Así mismo, con este empleo se halló en el primer desembarco en las playas de
Argel, donde fue herido dos veces.
Tras esto pasó a tener a su cargo la quinta
de Granada que se destinó a su regimiento y después pasó a reclutar a Málaga.
Estuvo en el sitio de Mahón, donde se halló
desde su principio, siempre en los puestos más avanzados y de peligro. La noche
del treinta y uno de diciembre de 1781 rechazó a los enemigos que querían
ocupar el glacis, haciendo prisionero a uno de ellos cogiéndole por los pelos a
pesar del recio fuego que recibía. El cinco de febrero de 1782 entró en la
plaza con cuatro Compañías los primeros una vez ocupada la plaza.
Una vez concluida esa campaña, pasó a
desempeñar su empleo en el sitio de Gibraltar. El diez de septiembre de 1782
salió en un bote al amanecer a tender las anclas bajo un violento fuego
enemigo; a las once de la mañana fue a dar parte al General del estado en que
se hallaba el ataque, perdiendo a dos hombres y a las cinco de la tarde volvió
a las baterías flotantes con ciento sesenta hombres de refuerzo bajo una lluvia
de fuego enemigo, quienes le echaron a pique uno de los barcos en que conducía
a la tropa, la que recogió.
Incendiado el tallapierdra a las siete de la
noche no desamparó su bordo hasta las dos de la madrugada, que su tripulación
fue salvada. Pasó al navío Trinidad a dar parte de la venida de la escuadra
inglesa y la noche que la tormenta que desbarató nuestra flota, condujo en un
falucho al navío francés La Bretaña un calabrote, que entregó a las dos de la
madrugada, evitando que varara.
Reconociendo la Superioridad su valía y
capacidad, se decidió que pasara a Nueva España a ejercer su nuevo empleo de
Coronel y Comandante inspector de las Provincias Internas, pasando a dicho virreinato
a bordo de la fragata Santa Lucía, al mando de Pedro Ristori y Justiniani,
zarpando de Cádiz a fin de noviembre de 1783, haciendo escala en La Habana y
llegando a Veracruz el siguiente veintitrés de febrero, comenzando a ejercer su nuevo empleo el doce
de mayo de 1784, pasando revista de su instituto.
Por muerte del que lo obtenía, reunió a su
mando el cargo de Comandante General interino, desempeñando las atenciones de
aquel superior gobierno, el de Capitán General, Superintendente de la Real
Hacienda y el vice regio patronato, hasta doce de junio de 1786, en cuyo tiempo
concluyó la causa de los novecientos reos acusados de infidencia en Chihuahua,
entabló la paz con los indios comanches de Texas y Nuevo México, hizo la guerra
a las naciones indias enemigas, acompañándoles como auxiliares los comanches.
Pasó revista de inspección a las tropas
situadas en las lejanas provincias y salió a campaña y se hizo cargo del mando
militar independiente de las provincias de Nueva Vizcaya y Nuevo México,
realizando la inspección de las tropas de ambos territorios, saliendo a campaña
por territorios incógnitos.
Pasó a visitar la provincia de Sonora,
habiendo caminado en los cinco años de su inspección más de cuatro mil
quinientas leguas por terrenos duros, con falta de alimentos y de agua y
sufriendo los ataques continuos de los indios.
En mayo de 1788 pasó a la ciudad de México
como Coronel suelto a las órdenes del Virrey. El veintitrés de noviembre de
1794 fue destinado al arreglo y formación de los nuevos cuerpos provinciales de
Infantería y Caballería de Guanajuato. El diecinueve de julio de 1795 se le
nombra Coronel de Dragones del Regimiento de España y el cuatro de septiembre
de ese año recibe el grado de Brigadier.
Ante la situación que se vivía en España con
la invasión francesa y los ruidos de sables independentistas, contribuyó, entre 1808 y 1813, con ciento
cincuenta mil reales a la causa real.
El Hoplita Malacitano
Málaga 2016
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