SOLDADO MALAGUEÑO

También narramos las vidas militares de soldados de España y de todo el cosmos hispano en ambos hemisferios, por el Atlántico, por el Lago Español, por el Mediterráneo, por el Índico y allá por donde haya pasado un soldado HISPANO ondeando nuestras banderas.


miércoles, 29 de junio de 2022

MARISCAL JOSÉ DE CASAMAYOR Y CÁRDENAS

    Nació José en la ciudad de Málaga  y fue bautizado en la catedral el veinticinco de agosto de 1747. Era hijo de Pedro Casamayor  y de Tomasa de Cárdenas y Flores. Su abuelo materno, Martín Juan de Cárdenas, fue teniente general.

   No tengo noticia de cuando ingresó en el ejército, pero es probable que lo hiciera en clase de cadete  dados sus orígenes hidalgos y, así, la primera noticia que de él tengo es que estuvo sirviendo en el regimiento de infantería del Rey, donde obtuvo su empleo de teniente el veinticuatro de octubre de 1769.

   Con este empleo participó en la malograda expedición a Argel, hallándose en el desembarco del ocho de julio de 1775, tras lo cual retornó a la Península, encontrándonoslo como ayudante mayor de su regimiento desde el veintiocho de agosto de 1776.

   Continuó realizando sus tareas a satisfacción de sus superiores, obteniendo el grado de capitán el veinticinco de septiembre de 1777, obteniendo el mando efectivo de una compañía el siguiente veinticuatro de octubre le 1780.

   Antes, el trece de abril de ese año, embarca en Cádiz junto con las tropas que al mando del teniente general Victorio de Navia pasaron a Ultramar, donde sirvió como ayudante mayor general. Durante el tiempo que estuvo en Ultramar, dio en 1781, junto con parte de su regimiento, guarnición a cuatro navíos y dos fragatas de la escuadra española, que mandaba Bernardo de Gálvez, hallándose en las expediciones a Roatán, Quiva y Quepriva, donde quedó de manifiesto la superioridad naval española en aquellas aguas.

   Al año siguiente se halló en la escudara que andana Juan Manuel Cajigal, que se dirigió a la isla de Providencia, a la que pusieron sitio y tomaron el siete de abril. Acabada la guerra, retorna a España, recibiendo el siete de enero de 1784 el grado de teniente coronel y en 1786 es recibido por Caballero de Santiago.

   Al restaurase en Sevilla el primero de marzo de 1793 y a instancias del duque de Medinaceli el regimiento de infantería de Jaén, el veintitrés de junio se le nombra teniente coronel del primer batallón y con este empleo pasa en septiembre de 1794 al ejército de los Pirineos orientales, al Rosellón, a combatir a la República Francesa.

   Una vez en el teatro de operaciones, pasa a dar guarnición a la plaza de Coillure, que había sido tomada por las armas españolas el anterior veintiuno de diciembre  anterior, pero el sitio al que se ve sometida por las superiores fuerzas francesas a partir del cuatro de mayo, hacen imposible su defensa y a pasar de la tenaz defensa, los del regimiento de Jaén se ven obligados a capitular el siguiente día veintisiete, abandonando la plaza y marchando a Málaga.

   Una vez allí, en septiembre de ese año es graduado de coronel, con la antigüedad de nueve de febrero anterior, para el siguiente tres de abril de 1795 nombrársele coronel al mando del regimiento de Mallorca, mando que mantuvo hasta su ascenso a mariscal.

   El seis de mayo de 1800 es nombrado brigadier y al mando de su regimiento de Mallorca es enviado el dieciocho de junio pasa a Mérida, pasando el doce de marzo de 1801 al ejército de Castilla, pues se había iniciado la guerra contra Portugal, aunque recibió órdenes de pasar al ejército de Extremadura, entrando en acción, distinguiéndose en el sitio a Campomayor en el mes de mayo y en la acción de Flor de Rosas de cuatro de junio, donde se enfrentan a una fuerza portuguesa de setecientos de infantería, cincuenta de a caballo y cuatro piezas de artillería, logrando ponerlos en fuga, perseguirlos hasta Aldea da Mata y hacerles cien muertos y cuatrocientos prisionero, amén de capturares las piezas de artillería y cincuenta carros.

   Tras el fin de la guerra, el regimiento es destinado a Madrid y al año siguiente entrega el mando del regimiento al coronel Francisco de la Roque, pues por los méritos contraídos, se hizo acreedor al ascenso a mariscal de campo, que se hizo efectivo el cinco de octubre de 1802.

   El veintiséis de mayo de 1803 es nombrado fiscal del Consejo Supremo de Guerra, empleo en el que permaneció hasta su fallecimiento, el cual tuvo lugar en la madrileña calle de Relatores, el quince de septiembre de 1805, soltero y habiendo testado en favor de sus hermanos Juan Isidoro y Antonio María, presbítero. Fue enterrado en la cripta de la capilla de Nuestra Señora de la Blanca, de la parroquia madrileña de San Sebastián.

Soldado Malagueño

Málaga - 2022

sábado, 25 de junio de 2022

BRIGADIER MANUEL RAMÍREZ Y SÁEZ

   Nació en la ciudad de Málaga en torno al año de 1793, hijo de comandante.

   El día uno de junio de 1805, tuvo su ingreso en el ejército en clase de cadete, en el regimiento de Málaga, donde permaneció hasta que invadida España por los franceses, fue destinado con el mismo empleo al regimiento de Vélez-Málaga, hallándose en el ataque que nuestras tropas dieron en Jaén el primero de julio de 1808, pasando luego a hallarse en la retirada a Peñascal de Morales el siguiente día trece, a la acción de Mengíbar del día dieciséis y, por fin, en la gloriosa Batalla de Bailén del día diecinueve, donde las armas españolas batieron a las francesas, infringiéndoles una severa derrota.

   No volvemos a tener noticias suyas hasta el año de 1810, que nos lo encontramos en la acción de Gaucín, provincia de Málaga, del veintiocho de julio, donde los franceses asesinaron a todo aquel que se le puso por delante, quemaron los archivos municipales y parroquiales y cometieron toda clase de tropelías, como el secuestro del acalde, al que tras diversas peripecias logró rescatar la guerrilla.

   Posteriormente, el primero de agosto en el sitio puesto a la plaza de Ronda y el siguiente dos de septiembre en la de Jimena de la Frontera.

   El ocho de febrero de 1811 es promovido al empleo de subteniente y con este nuevo cargo asiste el siguiente cinco de marzo a la Batalla de Chiclana, donde el combinado de fuerzas aliadas españolas, portuguesas y británicas formado por unos once mil soldados, diecisiete cañones y siete unidades de caballería, todo ello frente a los veintitrés mil soldados franceses, enfrentándose ambos ejércitos en la llamada Loma del Puerco, pequeña elevación de la costa. El resultado de este enfrentamiento fue favorable a las fuerzas aliadas, aunque no lo suficiente como para romper el bloqueo a que estaba sometida la ciudad de Cádiz, ni tampoco se pudo restablecer la comunicación terrestre con la Isla de León.

   El siguiente treinta de agosto formó parte de las fuerzas que tomaron parte en la defensa de las líneas de la Isla de León.

   No se tiene noticia de que se hubiera hallado en más lances militares, siendo la siguiente que el veintiocho de marzo de 1813 asciende al empleo de teniente, siendo destinado al regimiento de Extremadura, y el veintinueve de junio de 1814 es promovido al empleo de capitán, con cuyo empleo formó parte de la expedición del general Morillo que pasó a Costa Firme, es decir, al virreinato de Nueva Granada, partiendo de Cádiz el veintisiete de febrero de 1815, fondeando el siguiente dos de abril frente a las costas de Venezuela.

   El objetivo era restaurar la tranquilidad en Caracas y para ello hubo que sofocar el levantamiento en Isla Margarita, la cual, acaudillada por Juan Bautista Arismendi, se había erigido en uno de los principales bastiones independentistas.

   Tras un desembarco algo accidentado y después de reducir una desesperada, aunque poco organizada, resistencia, las tropas españolas tomaron posesión de la isla el once de abril de 1815, hallándose nuestro Manuel Ramírez y Sáez entre los que se batieron el cobre contra los rebeldes. Quizás por sus méritos, fue de los que formó parte de la promoción que el treinta de mayo siguiente fueron graduados de teniente coronel.

   Con este nuevo empleo se le destina a la ciudad de Lima, adonde llega el siguiente catorce de septiembre. Una vez aposentado, recibe en febrero del año siguiente (1816) la orden de formar una columna de Cazadores, que recibiría el nombre de Cazadores de Cuzco, la cual una vez levantada y con setecientos efectivos pasó a ser el segundo batallón del regimiento Imperial Alejandro.

   El diez de mayo es nombrado teniente coronel efectivo a la vez que primer comandante, marcando el siguiente quince de agosto como comandante de cazadores del segundo batallón del regimiento de Extremadura, con el cual parte hacia la provincia de Charcas, donde en sucesivos enfrentamientos derrota a algunos de los caudillos independentistas que operaban por el país.

   El dieciséis de enero de 1817 parte con el batallón de granaderos de la reserva del ejército del Perú dando custodia a un convoy con destino a la laza de Jujuy, partiendo en marzo hacia Potosí ¡, enfrentándose por el camino con fuerzas rebeldes en el río León Huamahaca y en Negra Muerta entre el catorce y el dieciséis de ese mes de marzo.

   El siguiente veinte de mayo y al frente de una fuerza de trescientos hombres partió al auxilio de La Plata, que había sido atacada por las fuerzas al mando de Gregorio Araoz de La Madrid, logrando los realistas rechazarlo en Chuquisaca el siguiente día veintiuno.

   El veintiuno de octubre del mismo año, parte con el batallón de granaderos de la reserva, marchando hacia Tarija y Huamanga, donde se enfrenta a los rebeldes el veintisiete de noviembre, a quienes se vuelve a enfrentar los días doce y veinte de diciembre en Huacalera.

   El cuatro de enero de 1818 entra con las tropas a su mando en Jujuy y en marzo toma parte en las operaciones de pacificación llevadas a cabo en los partidos de Mola y de Cochabamba. Tras estas operaciones, en julio toma el mando del batallón ligero de la Reina, perteneciente al ejército del Alto Perú, ejerciendo el mando hasta el trece de diciembre, fecha en la que recibió su ascenso a coronel, a la vez que recibía el mando como comandante del primer regimiento de línea de Cuzco.

   El cuatro de julio del año de 1821 logra reprimir en la ciudad de La Paz un motín que se había creado en el primer batallón de su regimiento y en el batallón ligero de la Reina.

   En agosto de 1822, tras realizar una expedición al valle de Palca, se enfrenta al caudillo rebelde Lanza, a quien derrota.

   En enero de 1823 persigue y derrota a los dispersos de Mosquegua, tras lo cual, el primero de agosto queda al mando como comandante general de la costa de Arequipa y el la acción habida el catorce de ese mes en Hualca resultó herido, aunque de poca consideración, pues al mes siguiente lo vemos combatiendo a los rebeldes al sur de Perú, siendo ascendido a brigadier el cinco de octubre de ese mismo año de 1823.

   Su aventura americana acabó en diciembre de 1824, al ser derrotados los españoles por los independentistas en la Batalla de Ayacucho, embarcando para España el primero de enero de 1825 y tras llegar a España, pasa a situación de cuartel, situación en la que permanece hasta 1827, fecha en la que recibe el cargo de comandante general de Murcia, que ejerce hasta 1831, volviendo a la situación de cuartel, en la que permaneció hasta enero de 1840, que asumió el cargo de comandante general de Cuenca.

   Debió fallecer el año de 1862, pues es el último año que aparece en los Estados Militares.

Soldado Malagueño

Málaga - 2022

lunes, 20 de junio de 2022

BRIGADIER DIEGO DE ARSSU (O ARZÚ) MARRA

    Nació Diego en la ciudad de Málaga el día treinta de mayo del año de 1808, recién comenzada la Guerra de la Independencia. Era hijo de un jefe de carabineros, llamado también Diego y que falleció en agosto de 1855, durante la epidemia que asoló Málaga de cólera morbo.

   A la tierna edad de diez años, ingresa en clase de cadete en el regimiento de infantería Voluntarios de Valencia, con la cual se incorporó el treinta y uno de enero de 1820 a la tercera división del ejército reunido de Andalucía del mando del general José O´Donnell y que fue mandado a combatir la sublevación de las tropas mandadas por  el general Rafael del Riego y Flórez que tan desastroso fin tuvo su aventura.

   Desconozco cuál fue su carrera militar durante los años de la opresión fernandina, pues no me lo vuelvo a encontrar hasta 1834, que según uno de los documentos usados, parece ser que en ese año estaba destinado en la Isla de Cuba, ejerciendo como teniente de caballería en el regimiento de Lanceros del Rey.

   La siguiente noticia que de él he conseguido, me lo sitúa en Madrid, en las acciones represivas del dieciocho de enero de 1835 que se llevaron a cabo contra la insurrección del segundo batallón del regimiento de Voluntarios de Aragón, el cual, en la mañana de ese día, salió de su cuartel y tras sorprender a la guardia, se apoderaron del edificio de Correos, colocando algunos hombres en la puerta principal, en las ventanas y azotea y centinelas en las calles inmediatas.

   Tras conocer la noticia, el capitán general se presentó en el lugar y tras pedir que depusieran su actitud, le dijo al jefe de los insubordinados, el Ayudante Cardero, que o se rendía o lo juzgaba por insubordinación, respondiendo esta con varios disparos, debiendo retirarse el capitán general para no ser alcanzado por las balas.

   A las once y media de la mañana, acudió al lugar la guardia al mando del general Llauder, a quien acompañaban un par de piezas de artillería, la cual abrió fuego contra los insubordinados, pero tras recibir recias descargas desde las gradas de San Felipe se retiraron, haciendo lo propio los que disparaban, que se refugiaron en el edificio de Correos.

   Ante la gravedad de la situación, la guarnición, entre ellos nuestro Diego de Arssu, y la milicia de la plaza se fueron aproximando a las casas de Correos y al llegar a la zona hizo descargas la infantería, siendo respondida por parte de los amotinados. A la vez, la compañía de granaderos del cuarto batallón, al mando del capitán Berrueta, se aproximaba a Correos por la calle de Carretas, pero al escuchar gritos de ¡Viva Isabel II!, ordenó no hacer fuego, pues estaban profiriendo los mismos gritos que ellos, de modo que sosegó a sus hombres y quedó a la espera de recibir órdenes.

   Se enviaron parlamentarios, quienes tras entrevistarse con el comandante Cardero parecían no llegar a un entendimiento y cuando parecía que la cosa se ponía nuevamente caliente, apareció el general Sola, quien anunció a los sublevados que la reina otorgaba su perdón a todos, que depusieran su actitud y que retornaran a su cuartel.

   Y com esta garantía, a las tres de la tarde, los Voluntarios de Aragón abandonaban el edificio de Correos a tambor batiente y cantando canciones patrióticas mientras desfilaban por las calles de la Montera y de Fuencarral arribaron a Alcobendas, donde estaba su cuartel. Igualmente, las tropas y la milicia retornaron unos a su cuartel y otros a sus casas.

   La principal fuente de información que he usado para redactar esta breve biografía, me informa que en 1837 se halla como capitán de Milicias Disciplinadas en La Habana, pero que ese mismo año retorna a la Península, no dando más información sobre su actividad militar hasta junio de 1843, año en el que se halla de operaciones en la Serranía de Ronda bajo el mando del barón de Carondelet, cuyas tropas, tras sortear varias dificultades puestas por el enemigo, logró llegar hasta San Roque y tras duro combate, logró romper el bloqueo que estos tenían sobre la plaza de Algeciras.

   Ese mismo verano, junto a otros elementos del ejército, se halló nuestro hombre bajo el mando del coronel Fernando Fernández de Córdova en la limpieza de progresistas del ejército, prestándole un gran servicio a ese coronel con la detección y desarticulación de la trama que urdía el general progresista Manuel Lorenzo, a la sazón teniente general y gobernador del Campo de Gibraltar, quien había empezado a tener relaciones y a conspirar con los emigrados y los contrarios al gobierno.

    Sobre esto, decir que Fernando Fernández de Córdova había sido nombrado poco antes por Baldomero Espartero para la misión de limpiar el Ejército regular de unidades progresistas.

   La última acción militar en la que le vemos es en 1854, cuando junto a tropas acuarteladas en Madrid salió para reducir a los individuos que participaron en las jornadas revolucionarias que se vivieron en la Villa y Corte en julio de ese año, donde parece ser que prestó un brillante servicio.

   En julio de 1851 se le promociona al empleo de comandante, siendo graduado de coronel al año siguiente y ya en 1867 asciende a brigadier de caballería.

   Desde el punto de vista de su desempeño en la Administración, la primera noticia que he encontrado, me informa para 1829 se hallaba de escribiente de número en el Ministerio de la Guerra, entre 1834 y 1836 como auxiliar.

   Tras retornar en 1837 de La Habana, pasa al año siguiente al Campo de Gibraltar, donde ocupa plaza de secretario la Comandancia General del Campo de Gibraltar, permaneciendo en ese cargo hasta 1852, año en que pasa al Archivo del Ministerio de la Guerra, primero como secretario y luego como oficial tercero, quedando cesante de este último empleo ese mismo año debido a la llegada de los progresistas al poder, situación en la que permaneció hasta 1859, año en que la Unión Liberal se hizo con el poder, que volvió a ocupar su plaza.

   Se jubiló como oficial tercero primero del Ministerio de la Guerra.

   Contrajo matrimonio en 1837, con Ana Riera, natural de la localidad gaditana de San Roque, de la que para 1867 ya era viudo.

   Se hallaba en posesión de la Gran Cruz de San Hermenegildo y era comendador de las Órdenes de Isabel la Católica y de Carlos III.

   Falleció en la ciudad de Málaga sobre el veinte de enero de 1885.

Soldado Malagueó

Málaga - 2022

BRIGADIER ANTONIO RAMÍREZ ARCAS

   Nació en la ciudad de Málaga el veintitrés de mayo de 1809, cuando todavía no había sido la ciudad invadida por la chusma napoleónica. Era hijo de Carlos y María.

   En junio de 1833 tuvo su ingreso en el Ejército, haciéndolo en el cuerpo de Guardias de la Real Persona, siendo en febrero del año siguiente nombrado adicto a la Plana Mayor del Ejército del Norte y en esta condición, se halló en los meses siguientes en la defensa de la plaza de Vitoria y en las acciones sostenidas contra las tropas del Pretendiente en Treviño, Altube y Dallo, tras lo cual, en junio se incorporó en Navarra a la plana mayor de la primero brigada de la cuarta División, que mandaba el brigadier Félix Carrera de Amorim, con quien se halló en la batalla de Elizondo y en donde demostró ser poseedor de un gran arrojo y por el mérito contraído, por Real Cédula de seis de noviembre se le recompensó con la Cruz de San Fernando de segunda clase, laureada.

   En marzo de 1835, obtuvo gracia de cadete del Real Cuerpo de Guardias, y con esta nuevo destino, se halló combatiendo seguidamente en las acciones de Eulate, Artaza, Mendigorría, Arrigorriaga, Cirauqui, Guevara, Eulate, Arroniz, Belascoain y Venta de Echavarría. Así mismo, intervino en la marcha de Salvatierra a Vitoria, siendo recomendado al Gobierno por su comportamiento en las acciones Cirauqui y Guevara, obteniendo en el mes de noviembre el empleo de capitán de Caballería, con destino en el regimiento Ligero de Castilla, que formaba parte del Ejército del Norte.

   Tras intervenir en 1836 en todas las acciones que se dieron para conseguir el levantamiento del sitio de Bilbao, en el mes de octubre fue trasladado al Regimiento de Caballería del Príncipe.

   El año de 1837 le vemos combatir en Oriamendi, Hernani, Urnieta, Andoaín y Venta de Gulina, al final de lo cual, fue de los que salieron en persecución de la Expedición Real, a la que se enfrentó en Valladolid y en  Retuerta.

   Al año siguiente, se le destina en clase de adicto al cuadro eventual del Cuerpo de Estado Mayor del Ejército y en este nuevo destino interviene en la persecución de la expedición mandada por el conde de Negri, al que combatió en Saelices.

   En mayo de 1839 le vemos batirse contra los carlistas en las acciones de Belascoaín -por lo que fue premiado con el empleo de comandante-, ganó la Cruz de Isabel la Católica por su buen desempeño en Arróniz y se enfrentó a los carlistas en el Valle de Berrueza, Allo y Dicastillo, Cirauqui y Velate, concediéndosele en el mes de octubre reincorporarse a su regimiento de caballería del Príncipe, que se encontraba de operaciones en Aragón.

   En enero de 1840 es destinado al Regimiento de Infante, que se hallaba de operaciones en el Principado de Cataluña, hallándose en las operaciones de Peracamps, pasando posteriormente de guarnición a Barcelona.

   En mayo de 1841 pasa destinado al Regimiento de Caballería del Rey y en agosto es nombrado comandante general de la Serranía de Ronda y por su buena labor en aquel país, recibió el grado de coronel.

   En mayo de 1842, pasa al regimiento de Villaviciosa y poco después pasa a ejercer como director de la Escuela Central de Instrucción del arma de caballería, sita en la ciudad madrileña de Alcalá de Henares.

   En febrero de 1843, como hombre de sólidas convicciones liberales, se postula y es propuesto para la candidatura por Málaga de los progresistas malagueños, incluyéndose en ella como independiente.

   Ese mismo año, hallándose disfrutando de un mes de licencia, se unió a su Regimiento para sumarse al levantamiento contra Baldomero Espartero, siendo nombrado secretario de la Junta Central de la provincia de Valladolid, Junta que le concedió el empleo de teniente coronel, recibiendo del nuevo Gobierno el empleo de coronel dos meses más tarde.

   En las elecciones del quince de septiembre fue elegido diputado por la provincia de Málaga, quedando en situación de reemplazo y  trasladándose a dicha ciudad andaluza a la espera de obtener el retiro, el cual le fue se le concedido en  enero de 1845, pero no duró mucho tiempo en esta situación, pues en mayo volvió al servicio, siendo en agosto hecho preso e incomunicado y sin habérsele formado causa se le expidió la licencia absoluta en contra de su voluntad.

   Tuvo que esperar a noviembre  de 1846 para que le fuera concedida la amnistía, pasando a situación de  retiro con sueldo.

   Esta situación le pareció sumamente injusta y elevó una protesta a la reina quejándose de que se le hubies concedido una amnistía como si hubiese cometido algún delito, solicitando que se le formase una sumaria, consiguiendo que se le diera la razón, pudiendo volver así al servicio activo y siendo en junio de 1847 promovido al empleo de brigadier y nombrado comandante general de la provincia de Jaén, recibiendo dos meses después el nombramiento de gentilhombre de Su Majestad.

   En marzo de 1848 es relevado de su cargo, trasladándose a Madrid, actuando contra el levantamiento que se produjo en el mes de mayo, tras lo cual se hizo cargo en el mes de julio del Gobierno Militar de Pamplona, durante el cual tuvo que hacer frente a los insurrectos republicanos.

   Así, tenemos que, por ejemplo, a primeros de noviembre salió en persecución de una de estas partidas que se habían situado sobre el monte Irati y desde Picatúa hasta los Alduides. Además de rechazarlo, nuestro Antonio reclamó a las autoridades francesas de la frontera que colaboraran en la represión de estos rebeldes, lo que dio lugar a que los franceses apresaran a algunos jefes, oficiales y tropa de los rebeldes, conduciendo a los primeros a Mauleon y a los segundos a Oleron  a la tropa la dispersó en grado de arresto por diferentes localidades retiradas de la frontera.

   Al parecer, dichos rebeldes iban acaudillados por el ex general Iriarte, quien fue acompañado durante algún tiempo por un tal José de Salamanca, quien al enterarse de la movida y de la derrota sufrida por los rebeldes en Siétamo, provincia de Huesca, pasó a Francia, seguido poco después por Iriarte, desplazándose ambos a Pau.

   Para la realización de esta campaña, Antonio Ramírez Arcas contó con la colaboración de los pueblos circunvecinos, destacando de entre ellos el de Aóiz, cuyo comisario prestó un destacado servicio. Fue importante la colaboración de los pueblos dado que el movimiento republicano estaba coordinado con la entrada de Cabrera en el Alto Aragón y con la insurrección de algunos pueblos, pero todo quedó frustrado.

   En 1849 cesó de su cargo en Navarra, pasando a desempeñar el de comandante general de la provincia de Toledo, desde donde entró en operaciones contra los carlistas, como la que llevó a efecto a primeros de abril contra el jefe rebelde Bermúdez, al que después de treinta y cinco leguas a marchas forzadas en la que incluso hubo que pasar el río Tajo a nado con los treinta caballos de Guardia civil y nueve del regimiento del Rey, logró alcanzar a la partida del carlista en las proximidades de San Martín de Montalbán.

   La partida rebelde estaba formada por sesenta hombres montado, tras una dura refriega, fueron derrotados por los hombres que mandaba Antonio Rámirez, destacándose de entre ellos el capitán de la Guardia Civil Matías Rodríguez, del teniente del regimiento del Rey Manuel Soto y los valientes hombres de tropa que con su esfuerzo ayudaron a aquellos a alcanzar la victoria sobre los rebeldes.

   Las pérdidas habidas entre los carlistas fueron varias, entre ellas uno que tenía el grado de coronel, un jefe del estado mayor y varios miembros de la tropa, quedando así mismo en poder de los hombres de Ramírez cuatro caballos, diecinueve escopetas, tres trabucos, cuatro carabinas, siete fusiles, nueve sables, municiones, cananas y otros varios efectos más.

   Por parte constitucional, sufrieron heridas de poca consideración varios de los hombres y dos guardias civiles de gravedad.  

   En enero de 1854 se le concede  el cuartel para Madrid. En julio de 1863 es nombrado gobernador militar de la provincia de Lérida y en 1864 de la de Ciudad Rodrigo, falleciendo en esa plaza durante el desempeño de este cargo en el mes de marzo.

   En las elecciones parciales celebradas el veintitrés de marzo de 1855, vuelve a ser elegido diputado a Cortes por la provincia de Málaga. En esta legislatura tomó parte en una quincena de comisiones y pronunció más de veinte discursos sobre diferentes temas: agrícolas, ferroviarios, presupuesto de la Casa Real, Ley electoral, bases orgánicas de la ley de Milicia Nacional, ...

   Fue un hombre de una enorme cultura, escribiendo artículos de prensa, teatro, poesía, ensayos, tocando temas como la antropología, literatura, estadística, etc. Tenía la cruz y la placa de San Hermengildo.

   Su obra Anuario económico-estadístico de España para uso de todas las clases sociales, publicado en 1859, fue reconocido como libro de texto para la primera enseñanza e incluso por Real Orden se recomendó a los gobernadores de Cuba, Puerto Rico y Filipinas su introducción en las escuelas.

Soldado Malagueño

Málaga - 2022