Nació en la
ciudad de Málaga el veintitrés de mayo de 1809, cuando todavía no había sido la
ciudad invadida por la chusma napoleónica. Era hijo de Carlos y María.
En junio de 1833 tuvo su ingreso en el
Ejército, haciéndolo en el cuerpo de Guardias de la Real Persona, siendo en febrero
del año siguiente nombrado adicto a la Plana Mayor del Ejército del Norte y en
esta condición, se halló en los meses siguientes en la defensa de la plaza de
Vitoria y en las acciones sostenidas contra las tropas del Pretendiente en
Treviño, Altube y Dallo, tras lo cual, en junio se incorporó en Navarra a la
plana mayor de la primero brigada de la cuarta División, que mandaba el brigadier
Félix Carrera de Amorim, con quien se halló en la batalla de Elizondo y en
donde demostró ser poseedor de un gran arrojo y por el mérito contraído, por
Real Cédula de seis de noviembre se le recompensó con la Cruz de San Fernando
de segunda clase, laureada.
En marzo de 1835, obtuvo gracia de cadete
del Real Cuerpo de Guardias, y con esta nuevo destino, se halló combatiendo
seguidamente en las acciones de Eulate, Artaza, Mendigorría, Arrigorriaga,
Cirauqui, Guevara, Eulate, Arroniz, Belascoain y Venta de Echavarría. Así
mismo, intervino en la marcha de Salvatierra a Vitoria, siendo recomendado al
Gobierno por su comportamiento en las acciones Cirauqui y Guevara, obteniendo
en el mes de noviembre el empleo de capitán de Caballería, con destino en el regimiento
Ligero de Castilla, que formaba parte del Ejército del Norte.
Tras intervenir en 1836 en todas las
acciones que se dieron para conseguir el levantamiento del sitio de Bilbao, en
el mes de octubre fue trasladado al Regimiento de Caballería del Príncipe.
El año de 1837 le vemos combatir en
Oriamendi, Hernani, Urnieta, Andoaín y Venta de Gulina, al final de lo cual,
fue de los que salieron en persecución de la Expedición Real, a la que se
enfrentó en Valladolid y en Retuerta.
Al año siguiente, se le destina en clase de
adicto al cuadro eventual del Cuerpo de Estado Mayor del Ejército y en este
nuevo destino interviene en la persecución de la expedición mandada por el
conde de Negri, al que combatió en Saelices.
En mayo de 1839 le vemos batirse contra los
carlistas en las acciones de Belascoaín -por lo que fue premiado con el empleo
de comandante-, ganó la Cruz de Isabel la Católica por su buen desempeño en
Arróniz y se enfrentó a los carlistas en el Valle de Berrueza, Allo y
Dicastillo, Cirauqui y Velate, concediéndosele en el mes de octubre reincorporarse
a su regimiento de caballería del Príncipe, que se encontraba de operaciones en
Aragón.
En enero de 1840 es destinado al Regimiento
de Infante, que se hallaba de operaciones en el Principado de Cataluña, hallándose
en las operaciones de Peracamps, pasando posteriormente de guarnición a
Barcelona.
En
mayo de 1841 pasa destinado al Regimiento de Caballería del Rey y en agosto es nombrado
comandante general de la Serranía de Ronda y por su buena labor en aquel país, recibió
el grado de coronel.
En mayo de 1842, pasa al regimiento de
Villaviciosa y poco después pasa a ejercer como director de la Escuela Central
de Instrucción del arma de caballería, sita en la ciudad madrileña de Alcalá de
Henares.
En febrero de 1843, como hombre de sólidas
convicciones liberales, se postula y es propuesto para la candidatura por
Málaga de los progresistas malagueños, incluyéndose en ella como independiente.
Ese mismo año, hallándose disfrutando de un
mes de licencia, se unió a su Regimiento para sumarse al levantamiento contra Baldomero
Espartero, siendo nombrado secretario de la Junta Central de la provincia de
Valladolid, Junta que le concedió el empleo de teniente coronel, recibiendo del
nuevo Gobierno el empleo de coronel dos meses más tarde.
En las elecciones del quince de septiembre
fue elegido diputado por la provincia de Málaga, quedando en situación de
reemplazo y trasladándose a dicha ciudad
andaluza a la espera de obtener el retiro, el cual le fue se le concedido en enero de 1845, pero no duró mucho tiempo en
esta situación, pues en mayo volvió al servicio, siendo en agosto hecho preso e
incomunicado y sin habérsele formado causa se le expidió la licencia absoluta
en contra de su voluntad.
Tuvo que esperar a noviembre de 1846 para que le fuera concedida la
amnistía, pasando a situación de retiro
con sueldo.
Esta situación le pareció sumamente injusta
y elevó una protesta a la reina quejándose de que se le hubies concedido una
amnistía como si hubiese cometido algún delito, solicitando que se le formase
una sumaria, consiguiendo que se le diera la razón, pudiendo volver así al
servicio activo y siendo en junio de 1847 promovido al empleo de brigadier y
nombrado comandante general de la provincia de Jaén, recibiendo dos meses
después el nombramiento de gentilhombre de Su Majestad.
En marzo de 1848 es relevado de su cargo,
trasladándose a Madrid, actuando contra el levantamiento que se produjo en el
mes de mayo, tras lo cual se hizo cargo en el mes de julio del Gobierno Militar
de Pamplona, durante el cual tuvo que hacer frente a los insurrectos
republicanos.
Así, tenemos que, por ejemplo, a primeros de
noviembre salió en persecución de una de estas partidas que se habían situado
sobre el monte Irati y desde Picatúa hasta los Alduides. Además de rechazarlo,
nuestro Antonio reclamó a las autoridades francesas de la frontera que
colaboraran en la represión de estos rebeldes, lo que dio lugar a que los
franceses apresaran a algunos jefes, oficiales y tropa de los rebeldes,
conduciendo a los primeros a Mauleon y a los segundos a Oleron a la tropa la dispersó en grado de arresto
por diferentes localidades retiradas de la frontera.
Al parecer, dichos rebeldes iban
acaudillados por el ex general Iriarte, quien fue acompañado durante algún
tiempo por un tal José de Salamanca, quien al enterarse de la movida y de la
derrota sufrida por los rebeldes en Siétamo, provincia de Huesca, pasó a
Francia, seguido poco después por Iriarte, desplazándose ambos a Pau.
Para la realización de esta campaña, Antonio
Ramírez Arcas contó con la colaboración de los pueblos circunvecinos,
destacando de entre ellos el de Aóiz, cuyo comisario prestó un destacado
servicio. Fue importante la colaboración de los pueblos dado que el movimiento
republicano estaba coordinado con la entrada de Cabrera en el Alto Aragón y con
la insurrección de algunos pueblos, pero todo quedó frustrado.
En
1849 cesó de su cargo en Navarra, pasando a desempeñar el de comandante general
de la provincia de Toledo, desde donde entró en operaciones contra los
carlistas, como la que llevó a efecto a primeros de abril contra el jefe
rebelde Bermúdez, al que después de treinta y cinco leguas a marchas forzadas
en la que incluso hubo que pasar el río Tajo a nado con los treinta caballos de
Guardia civil y nueve del regimiento del Rey, logró alcanzar a la partida del
carlista en las proximidades de San Martín de Montalbán.
La partida rebelde estaba formada por
sesenta hombres montado, tras una dura refriega, fueron derrotados por los
hombres que mandaba Antonio Rámirez, destacándose de entre ellos el capitán de
la Guardia Civil Matías Rodríguez, del teniente del regimiento del Rey Manuel
Soto y los valientes hombres de tropa que con su esfuerzo ayudaron a aquellos a
alcanzar la victoria sobre los rebeldes.
Las pérdidas habidas entre los carlistas
fueron varias, entre ellas uno que tenía el grado de coronel, un jefe del
estado mayor y varios miembros de la tropa, quedando así mismo en poder de los
hombres de Ramírez cuatro caballos, diecinueve escopetas, tres trabucos, cuatro
carabinas, siete fusiles, nueve sables, municiones, cananas y otros varios
efectos más.
Por parte constitucional, sufrieron heridas
de poca consideración varios de los hombres y dos guardias civiles de gravedad.
En enero de 1854 se le concede el cuartel para Madrid. En julio de 1863 es
nombrado gobernador militar de la provincia de Lérida y en 1864 de la de Ciudad
Rodrigo, falleciendo en esa plaza durante el desempeño de este cargo en el mes
de marzo.
En las elecciones parciales celebradas el
veintitrés de marzo de 1855, vuelve a ser elegido diputado a Cortes por la
provincia de Málaga. En esta legislatura tomó parte en una quincena de
comisiones y pronunció más de veinte discursos sobre diferentes temas:
agrícolas, ferroviarios, presupuesto de la Casa Real, Ley electoral, bases
orgánicas de la ley de Milicia Nacional, ...
Fue un hombre de una enorme cultura,
escribiendo artículos de prensa, teatro, poesía, ensayos, tocando temas como la
antropología, literatura, estadística, etc. Tenía la cruz y la placa de San
Hermengildo.
Su obra Anuario
económico-estadístico de España para uso de todas las clases sociales,
publicado en 1859, fue reconocido como libro de texto para la primera enseñanza
e incluso por Real Orden se recomendó a los gobernadores de Cuba, Puerto Rico y
Filipinas su introducción en las escuelas.
Soldado Malagueño
Málaga - 2022