SOLDADO MALAGUEÑO

También narramos las vidas militares de soldados de España y de todo el cosmos hispano en ambos hemisferios, por el Atlántico, por el Lago Español, por el Mediterráneo, por el Índico y allá por donde haya pasado un soldado HISPANO ondeando nuestras banderas.


viernes, 22 de enero de 2021

CORONEL JOSÉ DE SOTO

   José de Soto nació en la ciudad de Málaga el año de 1751. Hijo de familia hidalga. Según un documento que se puede encontrar en internet y firmado por un tal Jorge A. Iznaga Díez, de Florida, USA, parece ser que el nombre completo de José de Soto era José López Soto Rollán y da la fecha de 1824 para su fallecimiento. Esa misma información la encontramos en alguna página de genealogía bastante conocida en internet, coincidiendo con el anterior en la fecha de su fallecimiento.

   Ingresó en el ejército en clase de cadete el cuatro de junio de 1765, con destino al regimiento de infantería de España, donde permaneció los siguientes veinticuatro años, nueve meses y trece días.


Archivo General de Simancas

   Su primer destino fue a los presidios menores africanos, donde pudo demostrar sus capacidades, valor y arrojo. Efectivamente, se halló en tres encuentros con el enemigo, en la primera de las cuales les consiguió clavar cinco cañones, que se trajo a la plaza en la que estaba destinado (su hoja de servicios no lo especifica);  en la segunda acción en la que se halló, tras duras escaramuzas en las que puso en jaque a los moros, logrando incendiarles  noventa aduares. Por último, el veintitrés de agosto de 1772, que tras violento enfrentamiento con el moro, fue herido de un balazo, tras lo cual pasó de guarnición a Ceuta.

   El 1775 las autoridades españolas deciden hacer un ataque a Argel para intentar eliminar el peligro constante de los piratas, siendo José de Soto incorporado al batallón de su regimiento designado para  participar en la operación, la cual tuvo lugar el ocho de julio y que como ya es de sobra conocido, fue un completo desastre para las armas españolas. De su batallón resultaron ocho heridos y cincuenta y nueve muertos entre los individuos de la tropa y dos heridos entre la oficialidad, el sargento mayor, Blas Martín Romeo, y el capitán de granaderos Juan Uclés.   Tras este desastre, en febrero de 1776 fue destino a continuar sus servicios a La Habana, donde el catorce de febrero del año siguiente ascendió a subteniente.

   Permaneció en La Habana hasta 1779, que formó parte de las tropas que pasaron a la expedición a Nueva Orleans y de ahí pasó al sitio y toma de la Mobila (Mobile) en marzo de 1780, a Panzacola (Pensacola) el diecisiete de octubre y el siguiente veintidós de abril de 1782 asó a la toma de Providencia, a la que acudió en calidad de ingeniero voluntario, quedando en dicha plaza de comandante de la artillería y de las lanchas cañoneras.

   No terminó ahí su actividad en la zona, pues poco después, el quince de agosto, realizó una salida con una de las lanchas cañoneras y atacó una fragata enemiga, llamado  Garlan, de treinta y seis cañones, logrando apresarle un bote en el que iban el práctico, el segundo comandante y doce marineros armados, así como cales, anclas y otros utensilios.  

   El diecisiete de marzo de 1790 asciende a capitán y con ese nuevo empleo pasa destinado a continuar su mérito al regimiento de infantería de La Habana.


Archivo General de Indias. Aquí se puede ver el nombre y ciudad de nacimiento de su mujer

   Después de haber disfrutado de una licencia en España, en abril de 1792, pasó a Cuba a bordo del bergantín Nuestra Señora de los Dolores, alias El Dichoso, y tras permanecer un tiempo en La Habana, pasó a la isla de Santo Domingo, donde desde el primero de agosto de 1793 estuvo realizando labores de defensa del cuartel de San Rafael, que duramente atacado por los enemigos, perdiendo en el combate, entre muertos y heridos, a la mitad de su compañía. Tras esos sucesos, se halló en la evacuación de Hincha, como capitán de cazadores. 

  En marzo de 1794 pasa al regimiento de infantería de Cuba y con este nuevo destino,  pasó a ejercer como comandante del cuartel y frontera de Cahovas, donde el cuatro de agosto de 1795 es atacado por una fuerza de republicanos compuesta tanto por infantería como por caballería, efectivos muy superiores a los que el disponía para hacerles frente.

   Durante el combate, la caballería enemiga logró apoderase de uno de los cañones de nuestro hombre, apostándose con él en la plaza y ante esta circunstancia, se decidió a contraatacar violentamente y poniéndose al frente de treinta granaderos y un subalterno entró como una exhalación en la plaza logrando vencer a los enemigos, a los que puso en fuga y recuperó el cañón. Tras esto se enfrentaron a los enemigos, llegando incluso al cuerpo a cuerpo con arma blanca, perdiendo a muchos de sus hombres en este combate, logrando resistir y permanecer con el control del cuartel.

   El diez de agosto de 1795 asciende a sargento mayor de su regimiento.

   En 1802 ascendió a teniente coronel graduado y como comandante del tercer batallón de su regimiento fue destinado a dar guarnición al presidio de San Agustín de la Florida.

   En 1804 se hace con la tenencia coronela de su regimiento y en 1815 asciende a coronel y se hace con el mando del regimiento, que lo mandaría hasta 1823, último año en que aparece nombrado en el Estado Militar de España.

   Estaba casado con María de Belén de Iznaga y Vargas Sotomayor, natural de la ciudad de Trinidad, Cuba.

Soldado Malagueño

Málaga - 2021

SARGENTO MAYOR TIBURCIO ENRÍQUEZ CABRERA

    Nació en la ciudad de Antequera, en torno al año de 1649. Era hijo de Miguel Enríquez.

   Ingresó en el ejército el once de febrero de 1669, ingresando como soldado en la armada del Mar Oceano, permaneciendo así hasta el veinte de agosto, que con dos escudos de ventaja pasó a la compañía de Luis ¿Palauesín?, al que sucedió el capitán Luis de Esquivel, compañía del tercio del maestre de campo conde de Monclova.

   Al ser reformada esta compañía, pasó a prestar sus servicios a la del capitán Manuel de Silva, aunque por razones del servicio, pasó durante un tiempo a continuarlo en la de Felipe Martínez Hidalgo, tras lo cual retornó a la de Manuel de Silva. Ambas compañías era del tercio del maestre de campo Francisco Pereira Freire.

   En agosto de 1671, pasó a servir, junto con su tercio, en la armada de la guardia de la Carrera de Indias, permaneciendo hasta el dieciocho de septiembre, que volvió a la del Océano, donde el tres de noviembre pasó a ejercer el empleo de alférez, pasando de nuevo a la compañía de Manuel de Silva, aunque aun con plaza de soldado.

   En estos años transcurridos, se halló en diferentes funciones, tales como la defensa de Ceuta y restauración de sus murallaso en la toma del castillo de Alhucemas.

   Por fin, el ocho de abril de 1673, pasa en clase de alférez a la compañía de Juan Flores Setién, tras lo cual se embarcó en el galeón San José, del mando del capitán Luis de Esquivel, que formaba parte de la escuadra llamada Santísima Trinidad, para conducir pertrecho al principado de Cataluña y sitio de Messina, realizando reconocimientos de embarcaciones con la lancha de que era cabo, así como se halló en unas escaramuzas que su escuadra tuvo con los franceses en las costas de Sicilia, hallándose, según certificación del capitán Esquivel, en los puestos más duros de la refriega y quedando patente su valor, arrojo y bizarría.

   El siguiente primero de febrero de 1674 se hallaba prestando sus servicios en la compañía de Juan de la Encina, del tercio del maestre de campo marqués de Jamaica, donde permaneció hasta el siguiente nueve de agosto, que con su compañía y tercio se embarcó en el segundo trozo de la Armada, del mando de Melchor de la Cueva Henríquez, que navegó por las costas italianas.

   El once de febrero de 1675 nos lo encontramos de alférez reformado en el bombardeo de la torre del faro de Mesina y el avance que se realizó en sus playas, quemando todas las casas de los enemigos, continuando con el asalto al llamado puesto de los Capuchinos, en la misma ciudad, ganándolo, y de ahí al ataque al fuerte nuevo de Bivone, donde fue de los primeros en arrimar las escalas y tras hora y media de pelea se tomó dicho fuerte.

   También se halló en la toma de Ybico, en el enfrentamiento que hubo con el enemigo cuando este hizo un avance en San Salvador de los Griegos y colina de San Francisco de Paula; en el ataque que se hizo al Dromo, donde se les quemó al enemigo varios puntos de importancia.

El trece de junio de 1676 recibe patente firmada por el marqués de Villafranca de capitán de infantería española, pasando a mandar esa misma compañía, continuando embarcado hasta que pasó con su compañía y tercio a formar parte del ejército del reino de Sicilia. El trece de mayo de  1677 fue nombrado ayudante de teniente de maestre de campo general, manteniendo el sueldo.

   El cinco de diciembre de 1677 se les entregó a los mesineses el lugar de Savonara y estos, mediante engaños, consiguieron llevarse prisioneros a un capitán y cincuenta soldados españoles que guarnecían el castillo de Savonara.

   Enterado de esta traición Francisco Caro de Montnegro, teniente de maestre de campo general, ordenó dirigirse al auxilio y recuperación de los españoles y de Savonara, aprestando para ello mil infantes y trescientos de a caballo, los cuales entraron en la plaza, la saquearon, incendiaron y rescataron a los españoles, siendo uno de los oficiales al mando Tiburcio Henríquez, quien apresó al lugarteniente alemán al mando de la plaza, el maestre de campo barón de Michique, llevándolo preso a presencia del marqués de Villafranca, en Melazzo.

  Se enfrentó contra los intentos franceses de invadir Sicilia, enfrentándose a ellos en Melazzo e introduciendo socorro en la plaza de la Mola, donde entró al frente de una manga, a pesar del riesgo que suponía por la gran presencia de enemigos que lo estorbaban.  Tras  ganar la plaza se vio la necesidad de crear una plaza de sargento mayor para su correcta administración y defensa militar, siendo propuesto para este empleo nuestro Tiburcio Enróquez.

   Tras haber sido propuesto, el cuatro de enero de 1678 fue ascendido a sargento mayor de la plaza de la Mola, por patente firmada por el cardenal Portocarrero, donde permaneció hasta el siguiente tres  de junio, pero al haber finalizado la guerra, embarcó en uno de los navíos del mando del duque de Bournunville retornó a Cataluña para continuar sus servicios, donde quedó con sueldo de reformado y sirviendo en el tercio de infantería española del maestre de campo Antonio Serrano.

   La documentación usada no especifica el emplazamiento de la Mola, pero dice que

   "...en diecisiete del uso de lizencia que se le conçedio para pasar a Cathaluña a continuar sus servicios respecto de averse acavado en este reino la guerra...",

por lo cual y por hallarse operando en el ejército de Sicilia, deduzco que debe tratarse de la localidad siciliana de Castelmola, a unos cinco kilómetros de Taormina, que se llamó Mola hasta 1862.

      En este destino estuvo casi once años, en el transcurso de los cuales se dieron una serie de disturbios y ataques a los funcionarios de justicia, matando al corregidor y al alguacil mayor en el partido de Berga, siendo cómplices de los crímenes los jurados, consejeros y algunos caballeros de la villa, que soliviantaron al pueblo, que acudió armado a amedrentar a los funcionarios reales.

   Ante esto, y por orden del duque de Bournunville, el diecisiete de noviembre de 1681 fue nombrado gobernador del castillo y villa de Berga, siendo su primera acción atajar los desórdenes, y habiéndose enterado que los rebeldes se reunían por la noche en casa de algunos caballeros, los estuvo sitiando y hostigando hasta que los sediciosos acabaron por ser ahuyentados, acogiéndose al monte como refugio, saliendo Tiburcio Henríquez  con algunas tropas a perseguirlos y capturarlos, persiguiéndoles hasta la villa de ¿Vorrada?, donde tras luchar con ellos -lograron reunirse hasta quinientos insurgentes-, los venció, mató a alguno de sus cabecillas y a los prisioneros los envió a las cárceles de Barcelona.

   Una vez pacificada la zona, trabajó nuestro hombre en reparar las relaciones con los vecinos y que retornara la paz y el sosiego a la comarca, así como trató y consiguió solucionar problemas de jurisdicción con términos municipales vecinos.

   Una vez concluido su mandato en Berga, se reintegró en su tercio, con el que asistió a la recuperación de Camprodón, que había sido ocupada por las tropas francesas del duque de Noailles, en 1689. El siguiente veinticinco de noviembre de 1690 hizo uso de licencia y aquí ya le perdemos la pista a nuestro Tiburcio Enríquez, aunque sabemos que se retiró a Antequera, donde falleció el año de 1698.

Soldado Malagueño

Málaga - 2021

lunes, 18 de enero de 2021

TENIENTE ILDEFONSO MARZO SÁNCHEZ. 1794-1856.

    Nació en la localidad malagueña de Alhaurín de la Torre el catorce de noviembre de 1794, hijo del escribano Alfonso Marzo y Torres y de María Sánchez Fernández de Medina.

   Desconocemos su trayectoria vital entre su nacimiento y el primero de enero de 1818, fecha en la que ingresó en el ejército, con destino en las  Guardias de Corps, lo que nos pone de manifiesto el que era hijo de una ilustre familia, adicta ideológicamente a la monarquía imperante, lo que se manifestará al poco tiempo con la llegada del liberalismo personificado en el Trienio Liberal, al que se opuso frontalmente.

   Antes de que esto ocurriera, su carrera militar comenzó con problemas, en concreto problemas de salud que le obligaron a solicitar permisos para reponerse, bien en su pueblo bien en otros sitios, aunque tras su restablecimiento se incorporaba puntualmente en su unidad. Pero ocurre que tras su último periodo de enfermedad, al ir a reincorporarse a su puesto, se encuentra con que las Guardias de Corps han sido disueltas, quedando de licencia indefinida y hablando con quienes hizo falta para que su sueldo no se viese perjudicado: a escribanos, al alcalde de su pueblo, a militares que han sido sus mandos superiores, ..., para poder justificar su baja y que no le dejaran en una delicada situación, permaneciendo mientras se resolvía su situación en Alhaurín el Grande.


Ildefonso Marzo según la revista Vida Gráfica

   No obstante su inactividad militar, no perdió el tiempo y cuando supo de la entrada del duque de Angulema con las tropas que habrían de reponer a Fernando VII en el trono absolutista, levantó y financió una partida en apoyo del absolutismo, lo que lo convirtió en un fuera de la ley, debiendo refugiarse en Málaga, situación que terminó con el triunfo del absolutismo y el inicio de la Década Ominosa.

   Por fin, tras pasar cuatro años y cuatro meses en clase de indefinido, por fin se resuelve su situación y, primero, el ocho de agosto de a825 asciende a alférez de caballería y, segundo, una semana más tarde, el día catorce, se le da destino en el regimiento de caballería 3º de línea, algo provisional, pues solo permaneció en él durante dieciséis días, al cabo de los cuales, el treinta de agosto pasa al 2º de línea, pasando a Castilla la Nueva.

   El primero de septiembre de 1826 cambia nuevamente de destino, esta vez al regimiento de Navarra, 7º de ligeros, donde permanecería ya hasta final de agosto de 1830. En el interín, hallándose prestando sus servicios en la Inspección General de Caballería, el veintiocho de octubre de 1828 asciende a teniente de caballería.

   Continuó prestando sus servicios hasta mayo de 1830, que solicitó el retiro del ejército alegando motivos de administración de su casa y hacienda, aunque una vez retirado ya en su pueblo, acepta hacerse cargo del empleo de contador de propios de Málaga, una carrera administrativa que complementaría la militar y que le proporcionaría buenos dividendos, ejerciendo la actividad hasta el año de 1840, que se hace cargo de la escribanía de su padre, que estuvo ejerciendo hasta el día de su muerte.

   A la vez que ejerció su labor militar primero, administrativa a continuación y como escribano después, desarrolló una extensa y prolífica obra poética, literaria y de investigación histórica, donde cabe destacar sobre manera su obra Historia de Málaga y su provincia.

   Fue colaborador de periódicos y revistas y miembro del Liceo Artístico y Literario malacitano, así como de la Real Academia de la Historia, miembro de la Comisión Provincial de Monumentos, socio correspondiente de las secciones de arqueología y numismática de la Biblioteca Nacional y de otros organismos e instituciones más.

   Por su ingente producción literaria, su aportación indispensable a la historiografía y su pertenencia a tantas instituciones, fue agraciado con la cruz de Carlos III y con el diploma de comendador de la Real Orden Americana de Isabel la Católica

   Falleció en su pueblo natal el catorce de julio de 1856, a los sesenta y un años de edad.

   Estuvo casado con María Amelia Gutante de Tóvar, con quien contrajo matrimonio entre 1840 y 1841, aunque enviudó muy pronto, así como perdió al único hijo habido en ese matrimonio.

Soldado Malagueño

Málaga - 2021

domingo, 17 de enero de 2021

CORONEL FRANCISCO MARZO SÁNCHEZ. 1792-1880.

   Nació el diecinueve de septiembre de 1792 en la localidad malagueña de Alhaurín de la Torre y era hijo de Alfonso Marzo y Torres y de María Sánchez Fernández de Medina.


Escudo de 1878

   En 1808, cuando la canalla francesa invade España, no dudó ni un segundo a lanzarse a defender la patria, de modo que el cinco de octubre de ese año,  ingresa de manera inmediata en el ejército en clase de cadete con destino al recientemente formado regimiento de Voluntarios Tiradores de Cádiz, hallándose el dieciocho de marzo de 1809 en la batalla que se libró en Medellín, donde fue hecho prisionero, aunque logró escapar a los pocos días, regresando a ponerse a las órdenes de sus superiores y continuar luchando contra el invasor.

   Los días veintisiete y veintiocho de junio los pasa combatiendo en la batalla de Talavera de la Reina, donde las armas españolas resultaron vencedoras, tras lo cual, ante la próxima llegada de las tropas del mariscal Soult, acompañó a estas en su retirada hacia Puente del Arzobispo, pasando a la desaparecida localidad de Talaverilla la Vieja, donde por espacio de tres meses estuvo de guarnición, manteniendo frecuentemente vivo fuego con los franceses defendiendo los pasos del río Tajo en la zona. El veintiséis de octubre asciende a subteniente.

   Tras prestar sus servicios en este punto, fue trasladado de destino y entre el diecinueve y veinte de enero de 1810 se halló en la defensa de Barranco Hondo, provincia de Jaén, donde una vez más el rodillo imparable de la máquina de guerra francesa pasó por encima de los nuestros, los cuales se replegaron a Montánchez, donde nuestro Francisco fue nuevamente hecho prisionero, decidiendo los franceses que fuera internado en un campo en Francia, pero pasando por Segovia logró, ¡otra vez! zafarse de las garras de los franceses y huir, ajunto a otros dos oficiales, retornando ¡otra vez! a su regimiento, con el cual se haya el siguiente tres de noviembre en una escaramuza contra el enemigo en las cercanías de Baza, Granada.

   El anterior veintisiete de octubre había sido ascendido al empleo de teniente del arma de infantería.

   El año de 1811 lo pasa por tierras de la provincia de Jaén, combatiendo cuantas veces fue posible al francés, hallándose en la función del siete de mayo en Zújar, el quince en Úbeda, el doce de agosto en La Carolina y el doce de octubre en Pozo Alcón. Tras estas acciones es destinado a la provincia de Cuenca, donde en noviembre se enfrenta al enemigo, permaneciendo el resto del año sobre las armas.

   Como no podía ser de otra manera, mientras el enemigo permaneciera pisando suelo patrio, Francisco continuó prestando con ardor su servicio militar y así, tras desplazarse a la provincia de Alicante, encuadrado ahora en el regimiento de la Corona, se halló en la función que hubo el ocho de febrero de 1812 en Relleu y el veintiuno de julio en la que hubo en Castalla, donde los diez mil soldados mandados por el general José O´Donnell atacaron las posiciones francesas que se hallaban situadas junto a esa localidad, pero los franceses, mandados por el barón Delort ofrecieron férrea resistencia, la cual se vio favorecida por una oportuna y estratégica carga de caballería enemiga sobre los nuestros, quienes a pesar de ser superiores numericamente, se vieron superados, vencidos y puestos en fuga, debiendo replegarse a su base en Orihuela, cosa que no pudo hacer nuestro Francisco Marzo, pues había sido hecho ¡otra vez! prisionero Francisco Marzo, quien fue trasladado prisionero a Francia e internado en el depósito de Autun, soportando las penalidades propias de los prisioneros de guerra, sin que su condición de oficial le aliviase le pena.

   Pero como ya solía ser costumbre en él, después de diez meses y medio, el doce de mayo de 1813 se volvió  fugar y burlando la vigilancia francesa traspasó las líneas francesas y se reincorporó a su regimiento en Alicante. Evidentemente, eso ya no llamó la atención de sus compañeros: era ya una marca personal: siempre se escapaba y siempre se reincorporaba. De aquí fue destinado al regimiento de Lorena.   

   En 1814 es nombrado secretario del Consejo de Guerra permanente del Segundo Ejército, en el que permanece hasta el quince de julio del año siguiente, que es nombrado ayudante de campo del jefe del estado mayor del Ejército de la Izquierda, destino que ocupó hasta el quince de mayo de 1816. Decir que el treinta de mayo del año anterior ascendió a capitán de infantería.

   Por sus méritos recibió la Cruz de Talavera de la Reina, así como la medalla por haberse fugado de los campos de prisioneros de Francia, con la leyenda de "Sufrimientos por la Patria". Poseía asi mismo, el escudo de Medellín, concedida por el Estado por "el arrojo y bizarría"

   El treinta y uno de marzo de 1816 pasa al arma de caballería, con destino al regimiento de Dragones del Rey y con el empleo de teniente, con el que permaneció hasta el siguiente veintidós de octubre, que promocionó a capitán de dicha arma, pasando en 1818 a ejercer de ayudante de campo en Valencia, permaneciendo en el desempeño de esa función hasta el siguiente trece de febrero de 1819, en el transcurso de los cuales disfrutó de seis meses de licencia.

   Hallándose destinado en el valle de Albaida, Valencia, tras las denuncias y llamadas de auxilio hechas por la población, sale en persecución de un peligroso bandolero, al que consigue encontrar y dar caza el trece de noviembre de 1821, cesando así la preocupación de los vecinos del lugar, tras lo cual es destinado a continuar su mérito en Villanueva de los Infantes y Almagro, como capitán en el regimiento de caballería de España.

   En mayo de 1825 le encontramos como capitán en el 2º de Línea y atendiendo las órdenes del coronel Juan Manuel Chacón, localiza y desmantela en Jabugo, Huelva, una importante red de contrabando de tabaco, cacao y enseres domésticos, lo cual le vale que el veinticinco de septiembre se le gradúe de teniente coronel y el ocho de diciembre ocupa plaza de primer ayudante.

   El hecho vino reflejado en la prensa de la siguiente manera:

   "A 16 de junio de 1825. = Real orden concediendo premios al Comandante del Resguardo de Sevilla y otros individuos por la aprehensión de varios géneros---Circulada por la Dirección general de Rentas el 23.

   El Excmo. Sr. secretarlo de Estado y del despacho de Hacienda ha comunicado con fecha 16 del actual á esta Dirección general la real orden siguiente:

   He dado cuenta al REY nuestro señor de los oficios de VV . SS. del 24 y 27 del mes próximo, en que manifiestan la aprehensión de quinientas treinta y media cargas de tabaco havano, Virginia, negro, en breva y de polvo; cacao, sombreros y alguna ropa hecha, por el comandante del Resguardo de Rentas de Sevilla D. Juan Manuel Chacón en el pueblo del Jabugo, del condado de Niebla, la mayor parte en los subterráneos de que se sirven aquellos vecinos con cubiertas simuladas, que descubrió el conocimiento y acierto del capitán de Ingenieros D. Juan Arrambide; y enterado S. M., conformándose con el dictamen de VV . SS., se ha servido mandar que propongan el distintivo que estimen conveniente á favor del comandante Chacón; que se dé una mesada de sus haberes respectivos á D. Francisco Marzo, capitán del regimiento caballería segundo de línea ; al alférez del mismo D. Pedro Periañez, y al capitán del de infantería de la Lealtad D. Antonio Armero, que acompañaron á Arrambide; y lo propio á los individuos del Resguardo que concurrieron á este servicio; y doble prest á los sargentos, cabos y soldados; todo del fondo del Resguardo: que se manifieste á todos la satisfacción de S. M., y que se anuncie en la gaceta para publicidad del mérito de los interesados, no obstante de que respecto de dichos oficiales militares y del comandante Chacón recavo por el ministerio de la Guerra real orden en 21 de dicho mes, mandando S. M. les sirviera de mérito en sus carreras, y que se publicase para estimulo de los que tienen á su cargo destruir el contrabando.

   De Real orden lo digo á VV . SS. para que dispongan lo necesario á su cumplimiento en la parte que les toca...."

   El siguiente veintitrés de febrero de 1826, es admitido como caballero de la Real y Militar Orden de San Hermengildo y en marzo de 1829 es nombrado Contador de Propios de Granada, empezando así su carrera en la Administración, permaneciendo en la ciudad del Genil durante unos cuantos años, haciéndose un nombre y un hueco en la sociedad granadina. Ejemplo de esto es su ingreso el cinco de diciembre de 1834 en la Real Sociedad Económica de Amigos del País de esa ciudad, donde realmente parece que lo único que pretendía, al menos según se puede deducir de los datos obtenidos en la documentación existentes de dicha institución, era figurar en los medios sociales de la ciudad.


La siguiente noticia que de él tenemos es la que nos lo sitúa como coronel retirado en Alhaurín el Grande en 1840, donde estuvo ejerciendo el cargo de alcalde primero y en 1844 como alcalde constitucional, al menos hasta 1847, pues ya en 1848 le vemos nuevamente ejerciendo labores militares y administrativas como jefe civil del distrito de Antequera, tras lo cual regresa a su pueblo y retoma el cargo de alcalde, al parecer con gran acierto, destacando la mejora en el reparto del correo y la reparación y acondicionamiento de caminos y del cementerio. Según otros documentos, el veintiuno de enero de 1848 se hace cargo de la alcaldía de Alhaurín en virtud de una Real orden, permaneciendo en el cargo hasta el tres de julio de 1849. Durante su mandato, en febrero de 1848, editó un bando llamado Bando de buen gobierno de Antequera, en el cual se detallan en treinta y tres artículos una serie de disposiciones cuyo fin era remediar y evitar en lo sucesivo las deficiencias en la conducta de los ciudadanos y eliminar en lo posible los abusos de unos sobre otros, para la buena convivencia de la localidad, tanto en la vida personal como en la pública.

   El veintiuno de septiembre de 1856 es nombrado gobernador civil de Albacete, aunque no llegó a tomar posesión de él, terminando de esta manera su carrera política.

   Como recompensa por sus dilatados servicios militares, administrativos y políticos -y el conocer a personas determinantes de la política como Antonio Cánovas del Castillo-, el siguiente veintidós de marzo de 1859 fue agraciado con su nombramiento como comendador de la Real Orden Americana de Isabel la Católica.

   A partir de aquí, su vida ya discurriría plácidamente hasta el seis de noviembre de 1880, día en el que falleció a los ochenta y ocho años. Falleció soltero.

   Fue hermano del ilustre historiador Ildefonso Marzo Sánchez, quien durante doce años se dedicó a la milicia, empezando en 1818 como Guardia de Corps y alcanzando el empleo de teniente de caballería, y de la que se licenció en 1830 para dedicarse a la profesión de escribano y desarrollar sus dotes literarias y de investigación histórica. También fue Francisco Marzo patrono de la ermita de San Gaudencio, en la que se veneraban reliquias de este santo.


Soldado Malagueño

Málaga - 2021

lunes, 11 de enero de 2021

CORONEL JOSÉ MARÍA CASASOLA CUÉLLAR. III MARQUÉS DE FUENTE DE PIEDRA.

   Introducción

   José María Casasola Cuéllar no fue un militar famoso. Ni siquiera fue conocido más allá del ámbito del círculo donde desempeñaba sus funciones y negocios y de la sociedad de su ciudad natal, Antequera, y alrededores.


   Sin embargo podemos usarlo como ejemplo del individuo de la clase social alta de su época que criado en los valores del Antiguo Régimen y de la monarquía absoluta, sufrió una transformación política a raíz de la muerte del tirano Fernando VII y la designación de su hija Isabel como sucesora al trono de España, pasando a defender la causa liberal que el partido isabelino representaba, con los beneficios económicos y políticos que los nuevos tiempos iban a reportar.

   Nació en la ciudad de Antequera, provincia de Málaga, el veintitrés de septiembre de 1793, siendo bautizado el mismo día en la iglesia parroquial de San Sebastián. Era hijo de Diego Vicente Casasola Benjumea, mariscal del ejército, regidor perpetuo de Antequera, maestrante de la Real Maestranza de Caballería de Ronda y Gentilhombre de Cámara de S. M. con ejercicio y de Dionisia de Cuéllar Veladiez, primeros marqueses de Fuente de Piedra.

   Se trata de una familia que tiene sus raíces en la comarca de Antequera desde que esta fue ganada a los moros allá por 1410, cuando el primer Casasola -proviniente de Ávila- acompañó al infante Don Fernando en la empresa conquistadora, siendo agraciado en los repartos que se hicieron de las tierras recién ganadas al moro, asentándose primero en la cercana localidad de Archidona y posteriormente en Antequera, con posesiones en lugares cercanos, como en Fuente de Piedra, donde eran propietarios de unas extensas salinas.

   Gracias a los sucesivos matrimonios con familias pudientes y aristocráticas, tanto de la provincia de Málaga, como de la de Sevilla y otras, fueron ampliando su patrimonio y red clientelar, adquiriendo una gran fortuna y posición social, lo que les permitió acceder a cargos importantes, tanto en la política municipal como en el ejército.

Ingreso en el ejército y Guerra de la Independencia

   Fue inscrito en clase de cadete súpernumerario en las Reales Guardias Españolas el año de 1793, permaneciendo así hasta el veintitrés de septiembre de 1809, manteniéndose en dicho situación hasta el veinte de marzo de 1810, que salió como alférez, pasando a alférez de cazadores el siguiente cinco de abril.

   Cumplida la edad reglamentaria, pasó al campo de batalla para enfrentarse a los invasores franceses y expulsarlos de España junto al rey intruso, José, de modo que acompañando a su batallón tuvo su bautismo de fuego el veinte de enero de 1810, en la acción habida en Sierra Morena y la posterior retirada, ocurrida el mismo día.

   Efectivamente, situadas las tropas francesas en Santa Cruz de Mudela, Almadén y Villanueva de los Infantes preparados para entrar en Andalucía y proceder a su invasión, se situaron los escasos veinticinco mil españoles en una línea que iba desde Venta de Cárdenas a Santa Elena y en Venta Nueva.

   El veinte de enero, los franceses, con unos cincuenta mil efectivos y dotados de potente armamento, de forma sincronizada, avanzan por los puertos del Rey, del Muradal y por Despeñaperros, y ante el temor de ser encerrados, los españoles optan por retirarse, dispersándose en los campos de Navas de Tolosa, aunque las tropas al mando del general Vigodet hacen frente al francés en Venta Quemada y Venta Nueva, donde solo logran resistir poco más de dos horas, no logrando impedir que los enemigos llegaran a La Carolina.

   Tras estos hechos, se halló presente en la expedición de Moguer del veinticuatro de agosto siguiente, cuando acompañado al general Luis de Lacy Gautier, desembarcó junto a otros tres mil hombres en la playa que se extiende entre la Torre del Oro y la Torre Arenilla, para desde allí dirigirse a Niebla y expulsar de la plaza a las tropas allí situadas al mando de duque de Aremberg.

   Para hacer frente a los españoles, Arembreg le presentó batalla en las inmediaciones de Moguer, donde fueron batidos por nuestros hombres, entre ellos José María de Casasola, emprendiendo la huída los casi quinientos hombres de infantería y cien de caballería, no parando hasta Sevilla, pudiendo los españoles hacerse con la plaza de Niebla.

   Después de estas acciones, fue a parar al cuarto Ejército, del mando del capitán general de Andalucía Manuel de Lapeña Ruiz, bajo cuyas órdenes se halló el cinco de marzo de 1811 en la acción del pinar de Chiclana, donde fueron atacados por los franceses, logrando las tropas españolas abrirse paso y llegar a Cádiz.

   El veintinueve de ese mes de marzo obtiene su ascenso a alférez y el cinco de abril a alférez de cazadores de las Reales Guardias Españolas, con destino en la tercera compañía.

   No tengo información sobre sus destinos y acciones desde entonces hasta el diez de enero de 1812, fecha en la que es ascendido a segundo teniente de la tercera compañía de aumento, con cuyo empleo se halló en julio de ese año en la defensa de las líneas que iban desde la Isla de León hasta Algeciras, pasando el siguiente veintisiete de agosto a las operaciones de la ocupación de Sevilla, en la llamada Batalla del Puente de Triana, donde tras el ataque arrollador español quedó dicho puente desalojado y expedito el camino a Sevilla, ante lo cual los franceses emprendieron la huida, quedan la ciudad para los españoles.

   En septiembre de 1813 hallamos a nuestro hombre en el bloqueo de la plaza de Pamplona, que llevaba asediada por el general Enrique José O´Donnell desde junio y tras los enfrentamientos habidos entre las tropas españolas y las franceses del mando del mariscal Nicolás Soult, quienes se enfrentaron en una batalla decisiva para la suerte de los ocupantes franceses de Pamplona: la Batalla de Sourarén, que se saldó con derrota de los franceses, que emprendieron la huida dejando a la guarnición francesa de Pamplona -unos tres mil hombres y ochenta piezas de artillería- abandonados a sus suerte.

   No por estar sitiados, dejaron los franceses de resistir, haciendo salidas a atacar a los españoles, en cuyas respuestas se halló José María Casasola, durando la situación hasta la rendición de la plaza el treinta y uno de octubre.

   Con el ejército francés huyendo de España, Pasó José María con las tropas españolas desde febrero de 1814 en las acciones que hubo desde el paso del río Adour para poner cerco a la ciudad de Bayona, situándose nuestro hombre en las posiciones de Ascaín, de Anglet y en el campamento de Beauxmuguerre. Una vez pactada la paz, volvió a España. La guerra había terminado.
El siguiente quince de marzo de 1815, recibió las siguientes premios:

- diploma de la cruz por la Acción de Chiclana,
- idem por la conquista de Sevilla,
- idem por la pertenencia al tercer ejército,
- idem por la batalla de Souraren,
- idem por las acciones de Pamplona y Bayona.

además, el treinta de mayo de ese año y por sus méritos, es graduado de teniente coronel de infantería.

Desde el fin de la Guerra de la Independencia hasta la muerte de Fernando VII

   En abril de 1819, es recibido por caballero en la Orden de Alcántara, el diez de septiembre de 1821 asciende a segundo teniente de cazadores y el dieciséis de mayo de 1823 contrae matrimonio en Madrid con Lorenza Stoppani Mir, natural de la Nueva población de San Carlos, diócesis de Tortosa.

   Durante la etapa constitucional (1821-1823), prestó servicios distinguidos, haciéndolos también a favor del Real Cuerpo de Carabineros y del Regimiento Provincial de Córdoba, evitando que en el pronunciamiento que estos hicieron a favor de Fernando VII deviniese en algo sangriento, contribuyendo a salvar vidas y por sus acciones posteriores fue acreedor a la purificación que hubo tras la vuelta del absolutismo y a no haberse hallado entre los que se opusieron a la actuación de las Reales Guardias en defensa de Fernando VII y su familia en los primeros días de julio de 1822, tras lo cual fue extinguido dicho cuerpo.

   Por sus méritos, por no haberse opuesto a la defensa de la familia real y por la extinción de su regimiento, le nombró el rey capitán de una de las compañías de las Reales Guardias de Alabarderos en marzo de 1823 y con este empleo, salió el día veinte de ese mes con la gente a su mando desde Madrid dando guardia a la familia real hasta Sevilla, donde llegaron el diez de abril, permaneciendo constantemente al lado de la real familia en su estancia sevillana, donde permanecieron dos meses, hasta que partieron para Cádiz, plaza a la que llegaron el siguiente día quince de junio, participando de los riesgos y continuos peligros que padeció el rey y su familia, sobre todo en Utrera y en Lebrija.

   Una vez en Cádiz, permaneció prestando su servicio a Fernando VII mientras estaba preso, hasta que al final, los franceses tomaron la ciudad y libertaron al rey y su familia, pudiendo regresa esta a Madrid, donde hicieron una entrada triunfal: comenzaba la Década Ominosa.

   Tras todos estos sucesos, pasó José María Casasola con su familia a Madrid con licencia ilimitada.

 

   El once de julio de 1831, se le revalida su empleo de primer teniente de la Guardia Real, pero con la antigüedad de primero de octubre de 1823. Es probable, aunque no tengo documentación que me lo confirme, que tras esto pasara ese mismo año o el siguiente a Antequera.

   Desde la muerte de Fernando VII hasta su fallecimiento

La siguiente noticia que tengo, es que en septiembre de 1835 fue nombrado primer comandante del batallón de la Milicia Urbana de Antequera, y viéndose envuelto en la situación política de la nación, tomó partido por la causa de Isabel II, pasando a tomar parte en los asuntos político antequeranos, alineándose con los sectores liberales de Antequera, tanto de la nobleza local como de la burguesía agraria, comercial e industrial como de los profesionales liberales seducidos tanto por las ideas liberales como por la posibilidad de prosperar al calor de los nuevos tiempos.

   Así, se presentó, de la mano de Luis Pareja, conde de la Camorra, a las elecciones de concejales celebradas en noviembre de 1835 conforme al llamado Arreglo Provisional de los Ayuntamientos, obteniendo 331 votos y saliendo, por tanto, elegido, celebrándose la ceremonia de toma de posesión del cargo de primer teniente de alcalde en el ayuntamiento constituido en el veinte de diciembre, siendo alcalde el conde de la Camorra.

   De todas maneras, este nuevo estado de cosas no solucionó los problemas políticos y sociales de la ciudad y ante el avance de las ideas absolutistas representadas por los sectores más conservadores antequeranos, estos consiguieron que primero el conde de la Camorra renunciara al cargo de alcalde y después José María Casasola, que había ocupar el puesto de alcalde tras la salida del conde, abandonaran la ciudad.

   Haciéndose insostenible la situación en la ciudad ante y la amenaza de la intervención en Antequera de tropas carlistas, José María, de acuerdo con el conde de la Camorra, dio un golpe de efecto, logrando, contando con la colaboración de personas afines a ambos y miembros del ayuntamiento, que se convocara una sesión extraordinaria del cabildo antequerano el veintisiete de septiembre de 1836, en la cual desarmó los argumentos de los reaccionarios y los de los que consideraban que no estaba dispuesto a defender los derechos de la reina.

   Durante la reunión, en la que en un primer momento no estuvo presente, hizo llegar al secretario de la corporación, Agustín de Rojas, un papel para que lo leyera en la sala, papel que decía:

   "Amigo Rojas, a nadie veo ni nadie me ve, así no sé nada; pero Muriel acaba de decirme que hay facciosos en Úbeda y qué sé yo que más dígame usted lo que sepa y halla de oficio, pues si amenaza algún peligro probable, estoy bueno, y pronto a todo, aunque al segundo día muera.

De usted afectísimo,

José María Casasola"

   Con esto, desarmaba a todos sus oponentes en ambos bandos, haciendo entonces acto de presencia en al reunión, pasando a jurar la Constitución de 1812 y defender los derechos de Isabel II, recuperando así el bastón de mando de la alcaldía, ocupando el sillón como alcalde constitucional de Antequera.

   Tras esto, el conde de la Camorra llegó a un acuerdo con el ayuntamiento para poner en estado de alarma la ciudad y movilizar a la población, pues el peligro carlista se hallaba a las puertas de Antequera, acaudilladas por el general Miguel Gómez Damas y que se hallaba en ciernes de atacar la ciudad.

   Se dieron órdenes de vigilar de cerca al párroco de San Juan, afecto al carlismo. Así mismo, se proveyeron fondos para dotar de pertrechas a la milicia nacional y se mandaron agentes a espiar a los facciosos, pues la situación era de tal gravedad que incluso el capitán general de Granada dio orden el veintinueve de ese mismo mes de septiembre de que Antequera fuera declarada en estado de sitio.

   A mediados del mes de octubre los carlistas se retiraron, dando eso ánimos a la ciudad y sus habitantes, quienes vieron como el peligro desaparecía aprovechando José María Casasola para enviar el siguiente día veintiséis una compañía de la milicia nacional al mando del capitán Manuel Quiroz a inspeccionar la zona donde habían estado acampados los carlistas, en las cercanías de Rute, encontrando estos enterradas dos piezas de artillería de a cuatro y un arca de municiones, todo completo y en buen estado, que tuvieron que desenterrar, aunque durante todo el tiempo que duró la operación, fueron observados por elementos carlistas, a los que se tuvieron que enfrentar, poniendo en fuga, pudiendo continuar su camino a Antequera, donde llegaron ya por la tarde noche.

   Mas la alegría por la marcha del general Gómez y sus hombres fue efímera, ya que a primeros de noviembre Gómez y sus tropas volvieron a amenazar a la ciudad, aunque esta vez acompañados del general Ramón Cabrera, estableciendo su cuartel general en la próxima localidad de Fuente de Piedra, lo que puso nuevamente a la ciudad en estado de máxima alarma, comenzando los preparativos ante un más que probable ataque, aunque hubo quien temeroso de ser capturado por los absolutistas, huyó de la ciudad.

   Ante la gravedad de la situación y a pesar de las disposiciones para la defensa que se habían tomado, el Gobierno envió tropas al mando del general ceutí Isidro Alaix Fábregues, quienes llegaron a Antequera el veinte de noviembre, aunque se marcharon al día siguiente, enfrentándose a los carlistas en El Burgo y otros puntos, derrotándoles y obligándoles a abandonar Andalucía, conjurándose así el peligro.

   En ambas ocasiones, su presencia en diferentes puntos de la ciudad inspeccionando las defensas y animando a los defensores fue constante, no cejando en ello en ningún momento, como así viene recogido en las actas municipales.

   A la par que su actuación política y militar, aun tuvo tiempo de ejercer como diputado por la provincia de Málaga a las Cortes, en la legislatura de 1836-1837, en sustitución de Juan María Pérez, obteniendo el acta, aunque el diecinueve de febrero de este último año hizo renuncia de su cargo de diputado por motivos de salud.

   En diciembre de ese 1836, el ayuntamiento sufrió un nuevo cambio y tras la sesión celebrada el día veintitrés, entregó el bastón de mando al nuevo alcalde de Antequera, José Moreno Burgos, quien al año siguiente organizó los actos para la celebración de la promulgación de la nueva Constitución.

   Así, en julio de 1837, tras haber sido procesionada por la ciudad de Antequera, acompañada de maceros y la guardia del ejército y la milicia nacional, y leída al pueblo por dos veces en lugares distintos de la ciudad, leyó Moreno Burgos por tercera y última vez desde el balcón de las casas capitulares de Antequera en la plaza de la Constitución -actual plaza de San Francisco- y ante la ciudadanía congregada en la plaza, el texto de la nueva Constitución de 1837. Todas las campanas de la ciudad repicaron celebrándolo.

   Al siguiente día, la juraron todos, pueblo y gobernantes, habiendo fiestas los siguientes días ocho, nueve y diez de ese mes de julio, finalizando los festejos con un Te Deum y una misa de acción de gracias.

   Volviendo a José María Casasola, este se presentó de nuevo a diputado por Málaga en las elecciones para la legislatura de 1844-1845,saliendo elegido y jurando su cargo el cuatro de noviembre de 1844, volviendo a repetir en la legislatura de 1845-1846.

   Durante esas dos legislaturas, no consta en el Diario de Sesiones que interviniera ni que formara parte de comisión parlamentaria alguna, dándose de baja el treinta y uno de octubre de este último año.

   El doce de septiembre de 1849, sucede de forma oficial en el título de marqués de Fuente de Piedra, número tres de este título, aunque ya había estado ejerciendo como tal durante los últimos diez años, desde la muerte de su hermano Francisco de Paula, anterior marqués, aunque solo al cabo de ese tiempo fue cuando pagó los derechos del título, falleciendo en su ciudad natal el veintisiete de julio de 1849, trece días después del pago.

   Era individuo de la Real Sociedad Económica de Castro del Río, Córdoba, y estaba en posesión de la cruz de la Orden de San Hermenegildo.

   Le sucedió en el título su hijo Diego Vicente Casasola Stoppani. Otro de sus hijos, Lorenzo, hizo la carrera militar y alcanzó el empleo de coronel de artillería.

   El coronel José María Casasola Cuéllar es de los protagonistas principales de la novela El crimen de la Cruz Blanca, de Antonio Jesús Pinto Tortosa, una novela de crimen y misterio ambientada en la Antequera de los años que van de 1834 a 1837, estando basada en la realidad política y social de una ciudad que se debate entre los partidarios del Antiguo Régimen y los de los nuevas ideas liberales, apoyadas fundamentalmente por la burguesía y parte de la aristocracia, aportando mucha documentación de la época para respaldar el argumento, siendo, a mi juicio, una novela que merece la pena ser leída por su trama, por su interés histórico y porque consigue mantener durante toda su lectura la atención del lector.

   Antonio Jesús Pinto Tortosa, natural de Antequera, es licenciado en Historia por la Universidad de Málaga y es Doctor en Historia Contemporánea por la Universidad Complutense de Madrid y por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

Soldado Malagueño

Málaga - 2021

 

domingo, 10 de enero de 2021

MAESTRE DE CAMPO FRANCISCO OSSORIO DE ASTORGA Y NÚÑEZ

   Era natural de  la ciudad de Vélez Málaga, siendo hijo de Lorenzo Gutiérrez Osorio de Astorga y de Magdalena Núñez de Aguilera. No tengo noticia de cuando nació, aunque considero plausible la fecha de 1618, más o menos, pues  ingresó en el ejército el doce de junio de 1638, ocupando plaza de jinete en la compañía de Guardias Viejas de Castilla del marqués de Mondéjar, en la costa del reino de Granada.

   Permaneció en dicho destino hasta el veintidós de junio de 1642, que pasó al Ejército de Cataluña, para servir al rey en la Guerra de Secesión.

   El veintidós de enero de 1647, ya con u patente de capitán, recibe licencia para levantar una compañía de infantería, que tendría como destino servir en la Real Armada. Tuvo lista dicha compañía a primeros de marzo, embarcándola el siguiente día veinte y poniendo proa a la plaza de Tarragona.

   Entre 1647  y 1664, sirvió su empleo de capitán tanto vivo como reformado, ocupando por dos veces la plaza de sargento mayor, vivo y reformado, haciendo uso de licencia una sola vez, en marzo de 1658.

   En ese intervalo de tiempo se halló en diferentes funciones que se dieron en el principado catalán.

   Se halló en el sitio de Monzón, en el combate contra la caballería enemiga durante el sitio que se puso a Lérida el trece de julio de 1643 y en la refriega de Monfiur de la Mota del doce de mayo siguiente, de donde salió con dos heridas y una vez sanado, volvió al servicio, no tardando en volver a tener oportunidad de enfrentarse al enemigo, aunque esta vez cayó en una emboscada en la que fue hecho prisionero, aunque por poco tiempo, pues logró escaparse y volver a su puesto de combate, a tiempo para hallarse en el choque que nuestra caballería sostuvo con la enemiga en el lugar llamado Las Avellanedas.

   Fue de los primeros en cruzar el Ebro cuando la toma de Flix, haciéndolo con doce de a caballo, encontrando a los enemigos, que se hallaban embarcados, enfrentándose a ellos a pesar del intenso fuego de mosquetería con que estos los recibieron, pero Francisco de Osorio y sus doce compañeros aguantaron firmemente, dando tiempo a que cruzara el Ebro el resto de nuestra caballería, que se hizo dueña del lugar, quemando las barcas e impidiendo así que el enemigo pudiera socorrer a sus compañeros del castillo de Flix.


Pueblo y castillo de Flix

   A la vista del resultado positivo de este hecho, el comisario general le puso al frente de treinta caballos para que entrara en Flix, lo que llevó a cabo, aun a pesar de hallar fuerte resistencia, hizo que se replegaran, dando tiempo a que nuestra caballería pudiera avanzar y hacerse con el sitio.

   Pasó después nuestro malagueño al sitio de Lérida y asalto a las trincheras enemigas, donde cargando con la caballería a su mando arrolló al enemigo y se hizo con el control de los fuertes y trincheras, ganándolo para  nuestras armas.

   Se halló en las dos salidas que hizo el duque de San Germán, Francisco Tuttavila, desde la plaza de Tarragona contra la de Constantín, donde brilló con luz propia el día que logró abrir una brecha en la muralla, entrando con una manga de mosqueteros y peleando sin denuedo hasta que recibió la orden de retirarse, lo que obedeció no sin antes resistirse.

   Participó activamente en los sitios y tomas de Flex, Miraver, Tortosa y Barcelona, en el socorro y sitio de Gerona y hallándose en la vanguardia del tercio, tomó el puente de Orgaña, recibiendo durante el combate un balazo, lo que no le arredró, continuando arengando a sus hombres hasta la obtención de la victoria.

   Acto continuo, pasó al sitio de Solsona y a la introducción de socorro al castillo de Bwrga, siendo herido de nuevo en ambas ocasiones. Tras estas acciones, pasó de guarnición a Vigue.

   El veintiocho de abril de 1664 y por sus constantes méritos, nuestro malagueño fue agraciado con el empleo de maestre de campo, yendo a servirlo desde quince de junio en el tercio de la ciudad de Granada, que se hallaba en esos momentos encuadrado en el Ejército de Extremadura y en ese puesto y con la infantería a su mando, se halló en la sorpresa dada a Rosmarinhan en octubre de ese mismo año, ocupando y quemándolo, tras lo cual regresó a su base.

   El once de junio de 1669, se le concede la alcaldía de la fuerza de Melilla y en este nuevo destino, demostró nuestro malagueño su buen hacer, resolviendo satisfactoriamente los encuentros que sostuvo contra los moros, como el que sostuvo el once de marzo de 1670 en el llamado Puesto de la Cantera, saliendo a hacerles frente con poca tropa, pues no quería dejar mal guarnecida la plaza en previsión de un posible ataque mientras él y sus hombres se hallaban peleando en la Cantera.

   Posterior a este hecho, tuvo que hacer frente a otros tres intentos de los moros por hacerse con el dominio del castillo de San Felipe, inflingiéndoles en las tres veces gran daño y ocasionándoles grandes pérdidas humanas. Por estos hechos, recibió el agradecimiento real el siguiente dieciséis de abril de 1670, lo cual no distrajo su atención, pues los moros no cejaban en su empeño de asediar la posición española y así, reuniendo gran cantidad de caballería e infantería, intentó incomunicar los fuertes que se hallaban extramuros de la plaza con las canteras de donde los nuestros estaban sacando piedra para la reconstrucción de los fuertes de San Pedro y Santo Tomás.

   Ante esto, Francisco Osorio se puso al frente del tercio del conde de Frigiliana y con alguna caballería, dispuesto a castigar duramente al enemigo, atacándoles con gran violencia, haciéndoles muchos muerto  y obligando a retirarse a los vivos, en un combate que duró más de cuatro horas y parte del día siguiente y llegando a oídos del rey esta victoria, le envió sus felicitaciones por medio de un despacho fechado el once de julio.

   Tras esto, pasó a continuar con la reparación de los fuertes, teniendo que hacer, de nuevo frente al intento moro de demoler lo restaurado, pero como ya había previsto nuestro malagueño esta acción enemiga, puso en acción la fuerza prevista para hacerles frente, que incluía artillería, con lo que logró detenerlos y hacerles huir con gran pérdida de gente, tras lo cual pudo, ahora si, terminar las obras del fuerte de San Pedro y comenzar la reparación del de San Francisco, el cual compuso con cuatro puntas de diamante en forma de ángulo. Ni que decir tiene que también en esta ocasión intentaron los moros estorbar las obras en cuatro ocasiones, aunque de manera infructuosa, pues tras la contundente respuesta española, se marcharon con el rabo entre las piernas.


Fortificación y contornos de Melilla

   Siendo ayudante del Tercio de la Armada de halló el veintiocho agosto de 1673 en la conquista definitiva para la corona de España del castillo y plaza del Peñón de Alhucemas y por sus acciones meritorias, el príncipe de Monte Sacro, en nombre del rey, tuvo a bien por conveniente nombrar a nuestro hombre capitán de la plaza.

   Tras el fin de su mando en Melilla, fue sustituido por Le sucedió en el cargo de gobernador de Melilla el capitán de caballos Diego de Arce.

   Para el veintiocho de noviembre de 1674 nos lo encontramos como alcalde mayor de Suchitepec y el catorce de enero de 1675 es nombrado alcalde mayor de la provincia de Zapoitlán (c0nocida también como San Antonio de Suchitepeques), en Guatemala. Durante su mandato, que duró cinco años, se mantuvo tranquila y en paz la provincia.

  Hallándose sirviendo el gobierno de la ciudad de Tlaxcala, el veintiuno de mayo de 1683, hayándose atacada la ciudad y puerto de Veracruz, fue teniente de capitán general por el virrey de Nueva España, el conde de Paredes, para hacerse cargo de la defensa veracruzana, acudiendo desde su ciudad con todos los soldados, milicianos y armamento que pudo reunir, apostándose en las localidades de Tustla y Cotastla, a unos cincuenta kilómetros de Veracruz, esperando la orden del virrey para que pasara de inmediato a atacar a los enemigos, cumpliendo a satisfacción de todos las órdenes recibidas.

   El dieciocho de junio de 1684, obtuvo el corregimiento interino de la ciudad y puerto de Veracruz, aunque no tomó posesión de su cargo hasta el treinta de abril de 1685.

   Escarmentada la ciudad por el saqueo sufrido el anterior 1683, una de las acciones que llevó a cabo fue la reorganización del recinto defensivo de la ciudad, para lo cual encargó una tasación de un sistema defensivo en tanto no se ordenaba el amurallamiento de la ciudad, consistiendo dicho sistema defensivo en cerrar todas las bocacalles aprovechando todas las casas de piedra, abarcándose este circuito tres de los siete baluartes existentes, a los cuales se les suprimiría las subidas y se les acondicionaría un alojamiento para la infantería, disponiédose a la vez en la plaza de Armas un alojamiento para trescientos infantes y que se cerraran las diez bocacalles que en ellas desembocaban.


Firma de Francisco Ossorio de Astorga (Documento propiedad del Archivo General de Indias)

   Pero el proyecto no prosperó, llevándose a cabo otro, en el que se proponía dar una planta rectangular a la fortificación y tras muchos tiras y aflojas entre las autoridades, se llevó a cabo lo que a continuación escribe Francisco Osorio en su informe del quince de abril de 1685, donde pone de manifiesto el estado de las fortificaciones que se habían realizado en la ciudad y puerto de Veracruz:

   "La circunbalacion de fortificaciones que se he echo para las defensas de esta ciudadesta fenecida, por la parte de la campaña de mar a mar, es de mill setezientas y setenta y nuebe baras  que hazen cinco mill trecientos y treinta y siete pies en que estan ocho baluartes , tres Rebellines y siete cortinas, la que se ha de continuar en las Playas (segun las medidas), sera de mill duzientas y Veinte y siete baras, que hacen tres mill seiscients y ochenta y un pies y sera preziso lleben sus cortinas de quatro a cinco medias lunas que sirban de trabeses y francos.

   Y para guarnezerlas todas: es corto a numero de trecientos el numero de infantes que tiene de dotacion en tres compañias. El numero de vezinos que pueda tomar y armar no llega a seteczentos, con que tengo pro preziso para guarnezerla se aumente a la Dotazion duzientos Ynfantes mas en otras dos y para que sea con menos gastos a la Real hazienda de V M se criar sin capitanes dando la una a Sargent Mayor y otra al Governador, que pongan las demas Ofiziales, que asi se haze en Campeche y La Habana, Y por de mi primera obligacion, no escuso hazer esta Representación Y en atenzion a que en la seguridad de esta ciudad consiste la de todos estos ricos y dilatados Reynos para que se mande lo que mas sea del Rl servicio de V M cuya Catholica y Real Persona y ¿? como la Christiandad ha menester Veracruz y Abril 15 de 1685.

   Falleció Francisco Ossorio de Astorga en agosto de 1686, en la ciudad de Veracruz.

Soldado Malagueño

Málaga - 2021