SOLDADO MALAGUEÑO

También narramos las vidas militares de soldados de España y de todo el cosmos hispano en ambos hemisferios, por el Atlántico, por el Lago Español, por el Mediterráneo, por el Índico y allá por donde haya pasado un soldado HISPANO ondeando nuestras banderas.


domingo, 14 de junio de 2020

TENIENTE GENERAL FRANCISCO CABRERA Y RAMÍREZ. 1766 -1842.

   Nació Francisco Cabrera y Ramírez el quince de octubre de 1766, en la ciudad de Vélez Málaga, capital de la Axarquía, provincia de Málaga, hijo de Clemente de Cabrera y de Ana Ramírez, naturales de Macharaviaya, aunque resientes en Vélez Málaga. Era primo de Bernardo de Gálvez.

   Al ser hijo de familia hidalga ingresó en el Real Colegio Militar de Caballería de Ocaña  -Toledo-, en clase de cadete, el veintinueve de abril de 1779, donde estuvo estudiando y formándose en las disciplinas propias de su formación como futuro oficial, saliendo en 1780 con destino a América, al ejército que se hallaba en la guerra contra Inglaterra y apoyando a los independentistas estadounidenses al mando de su primo Bernardo de Gálvez y con este ejército se halló en la toma de Pensacola, el diez de mayo de 1781. Por sus méritos y por haberse comportado con honor durante la campaña, fue ascendido a alférez en agosto de ese año, con destino en el regimiento de dragones de España, en el virreinato de Nueva España, donde también obtuvo su ascenso a teniente de granaderos de dicho regimiento y con dicho empleo, el veinticuatro de de abril de 1784, retornó a España, pasando al regimiento de infantería de Navarra, incorporándose el veinticuatro de mayo de 1785.

   Continuó realizando las labores propias de su empleo hasta el diez de noviembre de 1788, que fue ascendido a capitán de fusileros y con dicho empleo es destinado a la guarnición de Orán, defendiendo la ciudad durante los tres ataques del ejército del bey de Mascara que sufrió la plaza tras el terremoto de octubre de 1790.

   En la Guerra de la Convención, actúa en el Ejército de Cataluña, tomando parte en el bloqueo y posterior rendición de la fortaleza de Baños, en el de Bellegarde del veinticinco de junio de 1793, en la acción de Millás del dos de julio, en la de Yllas del diez de agosto y de Montalbán del siguiente día dieciséis, en la de Banyuls del veintiuno de diciembre.

   Graduado de teniente coronel el veinticuatro de diciembre,  continuó participando en las acciones militares, destacándose en la defensa de Rosas cuando fue sitiada entre el veintiocho de noviembre de 1794 y su evacuación entre el dos y el tres de febrero de 1795 y se distinguió en la batalla de Pontós del veintiséis de mayo -donde acudió con el empleo de capitán de granaderos, que obtuvo el anterior primero de mayo-, siendo su última acción en esta guerra en la batalla del Fluviá del catorce de junio.

Puerta del Mar de la ciudadela de Rosas
   El año de 1799 es nombrado sargento mayor de su regimiento de Navarra y con este empleo pasó a Portugal en 1801, cuando la guerra de las naranjas, hallándose en el sitio  de la plaza de Elvas, en acciones habidas en aguas del Guadiana y en el sitio y toma de Juromenha el veinte de mayo.

   Dos años más tarde, el dieciséis de febrero de 1803, pasa como comandante al tercer batallón del regimiento de la Corona, para el siguiente nueve de octubre hacerse cargo de la tenencia coronela del regimiento de Voluntarios del Estado.

   Permaneció en este empleo hasta el siguiente quince de enero de 1808, que fue promovido a coronel, pasando a hacerse cargo del regimiento de Soria, que se hallaba de guarnición en Mallorca, donde pretendió aplicar las nuevas tácticas francesas de infantería, pero encontró una fuerte oposición entre los oficiales de su regimiento, quienes lo denunciaron por afrancesado, siendo encausado judicialmente, proceso que se alrgó hasta abril de 1810, que fue exonerado y libre de culpa.

   Como compensación, el siguiente diez de mayo se le asciende a brigadier y el veinticinco se le confía el mando del regimiento de Valencia, aunque no llegó a hacer efectivo el mando.

   Fue destinado al sexto ejército, el de Galicia en marzo de 1811, encargándole el general José María de Santocildes el mando de la tercera división, la que mandó hasta 1813. Durante este mandato, quedó claro que fue uno de los mejores comandante de división que tuvo España durante la Guerra de la Independencia, distinguiéndose el dos de julio de 1811, cuando viéndose su división rodeada peligrosamente en un llano en la Ribera del Órbigo por una fuerza francesa netamente superior a las que el disponía, obró magistralmente al abrirse paso entre los enemigos y llegar hasta sus líneas sin ninguna baja. Por esta acción y por las habidas en San Justo, la Superioridad le premió con su ascenso a mariscal de campo el siguiente cuatro de noviembre.

   Tras estos sucesos, ayudó en el sitio dado a Astorga entre el once de junio y el doce de julio de 1812 y tras su resolución, pasó a tomar parte en las acciones llevadas a cabo contra Zamora, Toro, Tordesillas y Burgos, hallándose en el sitio a su castillo  entre el dieciocho de septiembre y el veintidós de octubre, pasando luego a combatir al enemigo en Villamuriel, luchando junto a tropas inglesas.

   Admirada la Superioridad de sus capacidades y valía, no dudo en nombrarle por Real decreto de doce de abril de 1813, subinspector general de infantería del cuarto ejército, posibilitando con sus aportaciones y trabajos las acertadas actuaciones de las tropas españolas  que acompañan a Arthur Wellesley -duque de Wellington- en las campañas de 1813 y 1814.

   Una vez acabada la guerra, el trece de octubre de 1814 es ascendido a teniente general, pasando el siguiente seis de mayo de 1815 a ocupar la plaza de subinspector general del ejército de observación de los Pirineos Occidentales, tomando el dieciocho de junio el mando de la primera división, mando que ostentó hasta la disolución de este ejército el dieciséis de enero del año siguiente, año en el que, además, recibió la Gran Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo.

   Una vez disuelto el ejército de los Pirineos Occidentales, fue nombrado comandante de la segunda división territorial de infantería de Cataluña, empleo que mantuvo hasta el diez de febrero de 1818, que fue destiando de cuartel primero en Barcelona y después en Vitoria.

   Durante el Trienio Liberal no tomó partido por ningún bando, lo cual no evitó -o quizás por causa de no haber tomado partido- que en diciembre del 1823 fuera retirado del servicio, pasando a fijar su residencia en la localidad Navarra de Lerín.

   En 1837, hallándose de cuartel en Pamplona, debió tomar el mando de la guarnición durante unos días con motivo de la promulgación de la Constitución de 1812.

   No se tiene constancia de donde falleció, aunque parece ser que fue en Lerín y que el óbito ocurrió el treinta y uno de marzo de 1842.

Soldado Malagueño
Málaga - 2020

viernes, 12 de junio de 2020

TENIENTE GENERAL LUIS DE UNZAGA Y AMEZAGA Y PANIZA. 1717 - 1793.

     Vino Luis de Unzaga y Amezaga y Paniza a nacer en Málaga el seis de abril de 1717. Era hijo de  y de Francisco Antonio de Unzaga Aperribay, Caballero de Santiago, y de su esposa Juana Paniza Ladrón de Guevara. 

   El primero de enero de 1734, ingresa como cadete en el regimiento dragones de Lusitania, con destino en el presidio de Orán, ascendiendo a alférez el veintisiete de marzo de 1735.


   Permaneció de guarnición en dicha plaza, hasta que el ocho de julio de 1740 asciende a teniente, pasando el siguiente quince de octubre con igual empleo al regimiento de dragones de Almansa, hallándose desde el principio en cuantas funciones de guerra se dieron en ese presidio.   

   De aquí, en 1741 pasó con su regimiento a Italia, hallándose en las funciones a las que concurrió su regimiento.

   Tras esto, se embarcó en una de las tres fragatas de la Compañía Guipuzcoana que iban con destino a América y durante la travesía tuvo que combatir contra dos navíos de guerra ingleses, logrando zafarse de ellos y arribar a su destino.

   Al llegar a Cuba, el primero de septiembre de 1744 fue nombrado teniente a guerra de la ciudad de Baracoa, encargándose de la disciplina de las milicias y de controlar el tráfico de contrabando, hasta que el veintitrés de agosto de 1747, fue nombrado teniente de gobernador y capitán a guerra de la villa del Puerto del Príncipe, ejerciendo las mismas funciones que hasta ese momento había estado ejerciendo en Baracoa.

   El primero de octubre de 1748, pasó agregado a la ciudad de La Habana, obteniendo el empleo de capitán de dragones el siguiente veintidós de septiembre de 1753.

   Habiéndose decidido que se formase en La Habana un regimiento de infantería de cuatro batallones, llamado Fijo de La Habana, por sus méritos se le nombró comandante del cuarto batallón, recibiendo su patente de comandante el treinta y uno de diciembre de 1754.

   

      Hallándose en el desempeño de sus funciones, el once de diciembre de 1761 ascendió a teniente coronel y con este empleo, se halló en la defensa de la ciudad el año de 1762, cuando fue atacada por los ingleses.

   El veinticinco de marzo de 1767 obtiene el empleo de coronel y el mando del regimiento Fijo de La Habana.

   Con este empleo, acompañó en 1769 a Alejandro O´Reilly a Nueva Orleans, a restaurar el orden y la autoridad española tras la rebelión de los colonos franceses. Tras desembarcar, las operaciones de guerra llevaron a que en agosto de ese año derrotara a los sublevadas, reponiendo el orden y la autoridad. Por sus dotes y buen hacer, Luis de Unzaga fue nombrado por O´Reilly gobernador de la plaza, y en marzo de 1770, capitán general de la Luisiana.

   Una vez en posesión del mando, nuestro malagueño trabajó de manera intensa en restablecer la armonía y concordia entre franceses y españoles, en mantener a raya a los contrabandistas y a los ingleses.

   Así mismo, mejoró la administración de justicia, introduciendo el sistema español, realizó estudios para dejar claro la extensión y propiedad de las tierras de su gobernación, trabajó para aumentar la producción agrícola, dejando una situación económica más que satisfactoria a Bernardo de Gálvez, así como mantener la paz con las naciones indias de su zona de influencia, continuando la práctica de los regalos. En 1772, crea la primera escuela española de La Luisiana.

   Por estas acciones y el éxito de su cometido, fue ascendido al empleo de brigadier el año de 1772.

   Al estallar la conocida como Revolución Americana, es decir, la guerra de independencia de los Estados Unidos, mantuvo una cierta neutralidad, motivada por las defectuosas defensas de la ciudad y el escaso número de tropas disponibles, aunque en contrapartida, creó una excelente red de espías, así como aprovisionó a los independentistas con armas, mantas, medicina, dinero, ...

   A finales de diciembre de 1776, y por motivos de salud, cesó en sus funciones, aunque no obtuvo el deseado retiro, pues la Superioridad, en vista de sus excelentes cualidades, fue nombrado el año siguiente capitán general de Venezuela, llegando a Caracas el diecisiete de junio de ese año.

   No lo tuvo fácil, pues tuvo enfrentamientos con el intendente de las provincias de esa capitanía general y hubo de hacer frente, debido a la política abusiva de aquel, a algunas sublevaciones.

   En septiembre de 1777, tres meses después de su llegada, fueron segregados del virreynato de Nueva Granada Cumaná, Guayana, Maracaibo y las islas de la Margarita y Trinidad.

   El diez de junio de 1779 asciende a mariscal y con este empleo, el veintinueve de diciembre de 1782 se le destina a Cuba, a hacerse cargo, como interino, de la capitanía general de la isla, permaneciendo en el cargo hasta el cuatro de febrero de 1785, que cesó, pasando a España.

   Una vez en la península, lo encontramos en julio de 1787 es nombrado primero comandante general en Málaga y comandante general de Tuy y segundo cabo de Galicia después, pero su constante mala salud impidió que ocupara su plaza, dejando el ejercicio activo de la profesión, retornando a Málaga, donde el veintiséis de febrero de 1791 recibe el ascenso a teniente general, falleciendo el veintiuno de junio de 1793.


     Contrajo matrimonio el año de 1775 con Isabel de Saint-Maxen, hermana de la mujer de Bernardo de Gálvez. Estas mujeres eran hijas de Gilbert Antoine de St. Maxent, acaudalado comerciante y oficial militar francés en Luisiana.

   Esta Isabel, creó en 1796 y en Málaga la primera Asociación Malagueña de Damas, para el cuidado de niños expósitos.

   El diecisiete de diciembre de 2019, fue presentado en el Salón de los Espejos el Ayuntamiento de Málaga, una biografía de Luis de Unzaga y Amezaga, escrita por Francisco José Cazorla Granados, coordinador, Rosa María García Baena y José David Polo Rubio, editada por Fundación Málaga y presentada por el alcalde de la ciudad, Francisco de la Torre Prados y Juan Cobalea, presidente de dicha fundación.

   El libro está prologado por Marion Reder Gadow, catedrática de Historia Moderna y doctora en Historia de la Universidad de Málaga.


Soldado Malagueño
Málaga - 2020

jueves, 11 de junio de 2020

BRIGADIER MIGUEL GONZÁLEZ DÁVILA. ¿1726? - 1792.

   El brigadier Miguel González Dávila, nació en la ciudad de Málaga entre 1725 y 1730.

   Ingresó en el Ejército en enero del año de 1744, en clase de Cadete, de lo que se deduce que era de familia hidalga o, al menos, pudiente, pasando al regimiento de infantería de la Reina, que se hallaba desde 1740 en Italia, hallándose en las funciones a las que concurrió en Italia este regimiento los años de 1745 y 1746: operaciones para forzar el paso de los ríos Po y Tánaro, tomas de las plazas de Tortona y Plasencia -está última por asalto-, Valencia, Casal, Asti, Milan y Alejandría, sorpresa de Codogno,  batalla de Plasencia, ...

   Tras estos acontecimientos, pasó a estudiar ingeniería en la Real Academia de la ciudad de Barcelona, donde en agosto de 1750 obtiene el empleo de subteniente y el de ayudante de ingeniero y tras la obtención de estos empleos, marcha destinado primero a su ciudad natal, Málaga, y a Alhucemas. Precisamente realizando travesías por esta parte de la costa africana, fue apresado por piratas argelinos, permaneciendo cautivo de estos por un periodo de tiempo de dos años.

   Una vez liberado, ya en marzo de 1753, obtiene el empleo de ingeniero extraordinario y en el desempeño de sus funciones, en julio de 1755 se le gradúa de teniente y en julio de 1760 asciende a capitán.

   Posteriormente, pasó a prestar sus servicios en las ciudades de Cartagena y Valencia y en la plaza de Orán, en su academia, obteniendo en abril de 1769 el ascenso a teniente coronel y el empleo de segundo ingeniero. En febrero de 1771, levanta el 

   El año de 1773, se le destina a Caracas, arribando a La Guaira el 28 de julio del mismo año a bordo del navío 

   Su plan obtuvo el visto bueno de las autoridades, comenzando las obras de manera inmediata, consiguiendo que para julio de 1776 se hallaran terminadas siete de las bóvedas necesarias. Dichas obras sufrieron un parón en su realización por problemas burocráticos, pero en 1777 se reactivaron debido a los tambores de guerra que ya sonaban contra Inglaterra. Debido a esto y como continuación de las obras, ordena que se realice un exhaustivo reconocimiento de los puentes construidos sobre el rio Catuche y manda que se de nuevos cimientos a las rampas más débiles y ruinosas con cal y piedra.

   En abril de 1783, obtuvo el empleo de segundo Ingeniero Jefe del Ejército y el grado de coronel.


Plano de las obras ejecutadas en el muelle de la plaza de La Guaira (25-11-1783). 
Archivo General de Indias, MP-VENEZUELA, 193

   A fines de 1786 o primeros de 1787 y por motivos de su gobierno en Isla Margarita, había dejado de hacerse cargo de los planes de fortificación de la isla de Trinidad de Barlovento -actual Trinidad y Tobago-, tomando el relevo en dichas obras el Ingeniero Jefe Esteban de Aymerich, quien era el Comandante de Puerto Cabello.

   En enero de 1789, es nombrado Ingeniero Director de los Reales Ejércitos , Plazas y Fronteras, obteniendo el ascenso al empleo de brigadier en marzo de 1791. Debía estar bastante enfermo, porque solicitó que se le relevara del gobierno y subdelegación de rentas de la Isla Margarita, resolviendo la autoridad a su favor, solo que para cuando se recibió la orden de su relevo había fallecido el once de junio del año siguiente en la Isla Margarita, siendo aun gobernador de dicha isla.

   En marzo de 1760, se casó con Dª. Juana Domínguez y Álvarez, matrimonio celebrado sin el preceptivo permiso, aunque al final fue eximido de las consecuencias y perdonado, recibiendo cuando falleció su marido una pensión de quinientos pesos anuales. Tenían, al menos, dos hijos: Ana María y Andrés.

Soldado Malagueño
Málaga - 2020

BRIGADIER FRANCISCO JAVIER DE LLAMAS MOLINA. 1770 - 1830

   Nació en la ciudad de Antequera alrededor del año de 1770.

   El nueve de febrero de 1786 ingresa en clase de cadete en el regimiento de infantería del Príncipe, promocionando a subteniente el veinticinco de octubre de 1790.

Escudo del regimiento del Príncipe
  
   En diciembre de 1792, pasa con su regimiento a formar parte del ejército de Navarra, marchando en abril de 1793 con destino a los puestos avanzados de la frontera, obteniendo el día veintidós de ese mes su ascenso a primer teniente.

   Con sus compañeros, se halló el primero de mayo en el ataque al campamento de Sara, pero a fines de ese mes de mayo y encuadrado en el segundo batallón,  se le destina al ejército del Rosellón, y en ese destino concurre a la defensa de Millas, a las tomas de las baterías de Cornellá -30 de agosto- y Ribes Altes, a los ataques dados a Perpiñán -3 de septiembre-, Peyrestrotes -8 de septiembre-,  Vernet -8 de sepitiembre-en el socorro a Argeles y defensa de las alturas de Villelongue y a la batalla de Truillas -22 de septiembre. Asiste también al sitio de Bellegarde, ocupando el Coll de Portell,

   En mayo del año siguiente -1794-, el batallón de nuestro hombre, dirigido por José Llegat, cubre la retirada de nuestras tropas defendiendo el puente de Cerat, tras lo cual, los día 7 y 19 de julio tuvo enfrentamientos con el enemigo en Pons de Molins y por su valor y constancia en la acción, el primero de agosto obtiene el ascenso a teniente.

   El diecinueve de noviembre pasa con su batallón a defender las baterías de Serramitxana y Pedrera y debido a la presión de los enemigos se encierra junto a otras fuerzas españolas en el castillo de Figueras, para al finar capitular dicha fortaleza el siguiente día veintinueve de ese mes, quedando nuestro hombre prisionero de los franceses.

   Una vez acabada la guerra y firmada la paz, regresa a su batallón, el que junto con los otros dos marcha a dar guarnición a la plaza de Ciudad Rodrigo, de donde pasó en 1797 a dar guarnición a la plaza de Badajoz, deambulando entre 1797 y 1800 entre Andalucía-Valencia-Andalucía. En el interín, promociona en juio de 1799 a segundo teniente de granaderos y en julio siguiente a primer teniente graduado de capitán.

Escudo del regimiento de Zamora
   
   Hallándose en la ciudad de Sevilla, forma su regimiento un cordón sanitario, debido a la epidemia de fiebre amarilla que se había desatado en la ciudad.

   En 1801 y debido la guerra con Portugal, su regimiento pasa a formar parte de la vanguardia de la cuarta división, del mando de Francisco Javier Negrete, situándose en la plaza de Badajoz y rotas las hostilidades, avanza la división a Évora, desde donde se dirigen a la plaza de Campomayor, que tras las acciones habidas entre el veinte de mayo y el seis de junio, se rinde, tomando parte activa nuestro hombre en esta acciones.

   En 1805, se acantona el regimiento, y nuestro hombre con él, en Galicia y desde la plaza de El Ferrol parten al año siguiente de nuevo a Portugal, entrando por Valença do Miño y llegando hasta las cercanías de Oporto, donde quedó de guarnición y donde obtuvo su patente de capitán de fusileros el siguiente ocho de abril de 1808.

   Al estallar la Guerra de la Independencia, su regimiento retrocedió a Valença do Miño, junto a la frontera con Galicia y desde ahí declaró la guerra al invasor francés, pasando a la acción, teniendo el primer encuentro con ellos en Medina de Ríoseco el catorce de julio, donde nuestro hombre recibió una herida de consideración e una pierna, debiendo abandonar la acción y el regimiento, marchando, probablemente a Antequera, a iniciar su recuperación.

   Estando recuperándose, recibe la documentación por la cual se le comunica que es graduado de teniente coronel, con fecha de cuatro de julio de 1809.

   Una vez repuesto, retorna al ejército, pero esta vez destinado a la compañía de granaderos del regimiento de Zamora, con el cual pasa a tomar parte a mediados de mayo de 1811 en el sitio de Badajoz y en la batalla de la Albuera, pasando a embarcar el veintiséis de junio para Cádiz, donde pasaron a dar guarnición al arsenal de La Carraca, desde donde embarcados, pasan a Niebla, donde combaten a los franceses.

   El veinticinco de abril de 1812, es nombrado segundo sargento mayor, pasando de nuevo al regimiento del Órdenes Militares, formando parte del ejército de Andalucía, con el cual parten el veinticuatro de abril de 1813 hacia Navarra, a través de Extremadura y Castilla, participa en el bloqueo y sitio de Pamplona del siete de julio, para pasar después a las operaciones militares de la batalla de Sorauren de los siguiente veintinueve y treinta, en Sara el trece de octubre y, por último, se halló en el bloqueo de Bayona, de donde el ejército pasó a acantonarse en la navarra plaza de Tafalla.

   En marzo de 1815 recibe su nombramiento como coronel del regimiento de Órdenes Militares y con él, el quince de abril embarca en Cádiz rumbo a Nueva España, formando parte de la brigada que mandaba Fernando Miyares.

Escudo del regimiento de Órdenes Militares
   Arribaron al puerto de Veracruz el siguiente trece de junio y sin apenas descansar marcha a Jalapa, sosteniendo el primer encuentro armado con los rebeldes en el paso de la Antigua, manteniendo el diecinueve otro combate en Plan del Río, el veinticuatro en Puente del Rey, el veintiséis en San Juan, hasta alcanzar Jalapa. Su regimiento se distribuye por el país, manteniendo encuentros bélicos con los rebeldes, con saldo positivo a nuestro favor y hallándose nuestro hombre en los habidos de nuevo el cuatro de julio en Puente del Rey, el siete y el ocho en el Paso de la Oveja, el dieciocho de septiembre en las alturas de Alcucingo, el veintinueve de ese mes en Santa María de Tlacocula, teniendo que retornar al Paso del Rey, pues los rebeldes lo habían recuperado y fortificado, lugar que tras intenso combate se logra recuperar a finales de noviembre.

   Tras estos sucesos, continuó el regimiento con nuestro hombre al frente operando por el país, prestando apoyo a cuantos operaciones llevaron a cabo las tropas reales, participando el regimiento en numerosas acciones, unas con resultado positivo y otras adverso, hasta que llegó y se introdujo en la ciudad de México, donde tomó parte en la defensa que se hizo de ella, pero al final, el imparable y arrollador empuje de las tropas rebeldes da como resultado la rendición de las tropas españolas en septiembre de 1821.

   Antes de que esto ocurriera, sabiendo la tarde del cinco de julio de 1821, que había malestar entre las topas en el cuartel, fue a informarse de ese malestar  y a tranquilizarlas, pero comprobando atónito que se le faltaba el respeto por parte de la tropa y algunos oficiales, les llamó al orden, pero en vez de lograrlo, obtuvo que los soldados se insubordinaran e incluso intentaran agredirle, logrando zafarse  de ellos, pero no evitó que lo hicieran preso y conducido a una cuadra, donde permaneció preso un tiempo.

   Esto le ocasión un enorme enojo, tal que una vez libre, no quiso saber nada del regimiento ni recibir a los oficiales hasta que las aguas volvieran a sus cauces y los insubordinados fueran amonestados, acttud que redundó en su buen nombre y reputación.

   A partir de ese momento, México proclama su independencia y los nuestros parten para España, no sin antes tener un último encontronazo con los rebeldes el tres de abril de 1822, encuentro en que tras una feroz y encarnizada defensa por parte de los nuestros, acaban siendo hechos prisioneros.

Escudo del regimiento de Saboya
    Una vez acabada definitivamente la guerra para nuestro regimiento, embarca en Veracruz el veinte de junio, poniendo rumbo a La Habana, de donde parte para la Península el siguiente veintiséis de junio de 1822, arribando al puerto de Cádiz el siguiente siete de agosto.

   A su llegada a la Península recibe la orden de agregarse al regimiento de la Reina, pasando luego coronel al quinto de línea o regimiento de Saboya, obteniendo el ascenso a brigadier el dieciocho de marzo de 1825.

   En julio de 1829, es nombrado coronel del regimiento de Borbón, aunque cesó poco tiempo después, pues en 1830 es relevado por el coronel Antonio Madera y Guzmán.

   El catorce de agosto de 1830, hallándose en su ciudad natal de Antequera, otorga testamento, falleciendo tres días después.

Soldado Malagueño
Málaga - 2020

BRIGADIER SALVADOR DE TORO. 1740 - 1803.

    Nació Salvador de Toro en la ciudad de Málaga en torno al año de 1740. 

   Suponemos que no debía ser de familia hidalga, pues ingresó en el ejército en calidad de artillero el primero de noviembre de 1752, ascendiendo a cabo segundo el siguiente dieciocho de octubre de 1754.

   

   En febrero de 1757 asciende a cabo primero y el siguiente veintiocho de octubre de 1760 promociona a sargento y con este empleo se halló en la campaña de Portugal, teniendo parte en la rendición de Miranda del nueve de mayo de 1762, en la toma de Almeida del siguiente veintisiete de agosto y en la sorpresa de Mirabella.

   El veintisiete de diciembre de 1775 asciendo al empleo de subteniente y tras varios años de buen y continuado servicio, asciendo el tres de septiembre de 1774 teniente de artillería, tras veintidós años de servicios.

   El veintisiete de diciembre de 1775 asciendo al empleo de subteniente y tras varios años de buen y continuado servicio, asciendo el tres de septiembre de 1774 teniente de artillería, tras veintidós años de servicios.

   En el desempeño de este empleo, en febrero de 1775 se halló en la defensa del Peñón de Vélez de la Gomera, que estaba siendo sitiado por fuerzas marroquíes. Puesto a las órdenes del gobernador del Peñón, Florencio Moreno Sabala, cumplió a la perfección con su cometido, acompañado de una numerosa tropa de infantería, alguna de marinería y más de cien confinados agregados a las armas, además de la compañía fija del Peñón y los individuos de la artillería allí desplazados, como nuestro Salvador del Toro, quien permaneció en la plaza hasta 1776, probablemente hasta julio.

Peñón de Vélez de la Gomera (Archivo General de Indias)
   Tras estos acontecimientos, en 1778 se le confiere la tenencia de una compañía de artillería en La Habana, recibiendo permiso de embarque para aquella plaza el seis de mayo de 1778, lo cual hace en junio del año siguiente en la fragata comercial San Rafael, acompañado de un criado.

   Una vez en La Habana, es de los que son destinados a ponerse a las órdenes del ejército de Bernardo de Gálvez para las operaciones que se iban a desarrollar en el sureste de los actuales Estados Unidos, y a pesar de sufrir el incidente de un naufragio, se halló en las trincheras y baterías que ayudaron a poner sitio y tomar la ciudad de Mobile, que cayó entre el seis y el nueve de marzo de 1780.

   Después de esto, pasó a la ciudad de La Habana, desde donde el dieciséis de octubre zarpó rumbo a Pensacola en una armada compuesta por siete navíos de línea, cinco fragatas y varios barcos más, pero con la mala suerte de que se desató un tremendo temporal, hundiendo la nave en la que nuestro hombre se hallaba, aunque consiguió salvarse nadando hasta la costa.

   Formada una segunda expedición, a finales del mes de febrero de 1781 y hallándose encuadrado en la división de artillería del mando del Teniente Coronel Vicente Risel, se procedió a la conquista de Pensacola, lo que felizmente se consiguió, y por sus excelentes servicios y profesionalidad, el veintinueve de agosto de ese mismo año obtuvo su ascenso a capitán de artillería.

   En agosto de ese mismo año, recibe su patente de capitán.

   No acabó ahí su acción militar en América, pues poco después formó parte de la expedición destinada a asediar y tomar las plazas de Natchez, cuya población se había rebelado contra la guarnición española, Batón Rouge y Apalache y tras estos acontecimientos, en febrero de 1782 pasó a La Habana y de ahí al Guarico, donde Bernardo de Gálvez estaba organizando un ejército con la idea de recuperar para España la isla de Jamaica, lo que no pudo ser por falta de los hombres necesarios para esa empresa, a lo que sumar que los franceses que iban a acompañar en la expedición se retrasaron y la escuadra que debía participar en la empresa se topó con otra escuadra inglesa y fue derrotada. Si a esto le sumamos la firma de la paz con Inglaterra, pues se acabó la aventura de recuperar Jamaica, regresando a La Habana a mediados de mayo y de ahí a España.


   
   Una vez en España, continúa desempeñando su trabajo con actividad y buen hacer, lo cual le vale para que primero en abril de 1791 sea graduado de teniente coronel y que exactamente dos años después, en abril de 1793, se le ascienda a teniente coronel vivo de artillería.

   No terminó la actividad guerrera de nuestro malagueño, pues tras esos diez años de tranquilidad en la Península, al iniciarse en marzo de 1793 la Guerra del Rosellón, fue destinado al ejército de aquella región y con él y al mando de la artillería de vanguardia, asistió a la batalla de Masdeu, librada el diecinueve de mayo, a la toma de Argeles tres días después, así como en el ataque dado sobre las baterías situadas en Puig de Oriol el siguiente treinta de junio y en la contención del ataque general que realizaron los franceses a finales de julio y que culminó en el ataque a Perpiñán del ocho de agosto, donde nuestro hombre, Salvador de Toro, se distinguió de forma sobresaliente, pues junto al Capitán Vicente Ortuza, y los Tenientes Manuel Quitos, Manuel Sánchez y Joaquín Acosta sirvieron el fuego de cañón y obuses con un enorme acierto, demostrando su celo, profesionalidad y pericia.

   Lo malo es que hallándose defendiendo la plaza de Figueras, tuvo la mala suerte de ser hecho prisionero por los gabachos al capitular dicha plaza a final de noviembre de 1794, recobrando la libertad al año siguiente, para encontrarse con que sería sometido a un consejo de guerra en Barcelona, ordenado por Real orden de Fernando VII, con fecha de ocho de septiembre de 1795, para depurar responsabilidades entre los oficiales -entre ellos Salvador- que participaron en la junta que el anterior veintiséis de noviembre decidieron la capitulación y entrega de la fortaleza de San Fernando.

Castillo de San Fernando, Figueras.

   Tras el consejo de guerra, fue arrestado y encarcelado, permaneciendo en prisión hasta el cuatro de enero de 1799, que fue puesto en libertad y reintegrado al ejército con su empleo de teniente coronel. Tenía entonces nuestro Salvador del Toro alrededor de cincuenta y nueve años.

   Pasado el mal trago de su acusación y arresto, tiene la felicidad de ver que no solo sale de prisión, sino que en ese mismo mes de enero recibe la patente de coronel de artillería y con ella, pasa a Málaga en calidad de comandante de la artillería de esa provincia, donde ya en octubre de 1802 recibe el ascenso a brigadier, asumiendo el mando del tercer regimiento de artillería, con destino en Sevilla, donde le sorprendió la muerte al año siguiente, el cuatro de julio de 1803.

   Estaba casado con Teresa García y Toro, probablemente su prima.

Soldado Malagueño
Málaga - 2020