Vino al mundo
José María en la ciudad de Málaga el once de agosto de 1798 y era hijo del
napolitano y regidor perpetuo de la localidad de San Roque, Luis Bassallo y de
María del Rosario Moriano y Prieto.
Sobre sus apellidos, en algunos textos nos
aparece Vassallo, en otros Basallo y en otros Vasallo. Respecto al segundo
apellido, en unos textos nos aparece Moriano y en otros Monam. Para este
trabajo hemos decidido usar Vassallo Moriano, puesto que es lo que más se
repite en los documentos usados.
Tuvo su ingreso como cadete de menor edad en
el regimiento de caballería Voluntarios de España el doce de febrero de 1806,
donde obtuvo antigüedad el veintinueve de abril de 1810, en plena contra los
franceses, pasando a prestar sus servicios al regimiento de la Reina, en el
colegio militar de San Fernando, donde continuó su preparación y formación
militar, haciendo el servicio avanzado que le correspondió y hallándose en la
batalla de Chiclana del cinco de marzo de 1812 y por comportamiento recibió la
cruz de Chiclana.
Encuadrado su regimiento en el 4º ejército,
participó en cuantas operaciones se llevaron a cabo contra el enemigo y así
hasta que finalizó la guerra y se echaron a los franceses de España.
El
treinta de mayo de 1815 es graduado de alférez y el siguiente veintiocho de
febrero de 1816 se hace efectivo el empleo, con el cual, el siguiente
diecinueve de junio es nombrado portaestandarte y con este empleo le vemos
desfilar con su regimiento por las guarniciones de Ocaña, Murcia, Cabra,
Salamanca y Zamora.
La siguiente noticia que de él tenemos, nos
lo sitúa en Madrid, formando parte del regimiento del Príncipe, hallándose
presente durante los sucesos que tuvieron lugar el siete de julio de 1822,
enfrentándose con su escuadrón a la Guardia Real, que por orden del tirano y
felón Fernando VII había recibido órdenes de
tomar el Ayuntamiento madrileño, con la idea de restaurar al
absolutismo. Por esto, fue recompensado con la Medalla Distinción del 7 de
julio de 1822.
El siguiente día dieciocho, sale junto a sus
compañeros camino de Cataluña, donde se halló en la toma de Cervera y de
Castellfollit, en la acción de la Torá de la Puebla de segur y en la acción de
Saldaña del veintinueve de noviembre.
Tras estas acciones, continuó el ejército, y
con el Vassallo y su batallón, operando por Cataluña, teniendo encuentros con
los absolutistas en diferentes puntos del principado, hallándose nuestro hombre
en las operaciones que tuvieron por resultado la rendición de Seo de Urgel el
tres de febrero de 1823, tras lo cual se halló en la acción de Maestrera y en
la sorpresa de Calaf, continuando operando el ejército hasta su disolución tras
haber triunfado el absolutismo con la ayuda de los llamados Cien Mil Hijos de
San Luis.
Su participación en esas operaciones no
tuvieron malas consecuencias para nuestro hombre, pues continuó prestando sus
servicios en su regimiento del Príncipe, hallándose de guarnición en las plazas
de Valladolid, Logroño y Burgos, obteniendo su patente de teniente el ocho de
diciembre de 1825. Al mismo tiempo era nombrado ayudante.
El tres de enero de 1827 pasa destinado al
regimiento de coraceros de la Guardia Real, con el empleo de teniente, con
destino en Madrid, siendo nombrado ayudante del regimiento el siguiente catorce
de mayo y con este nuevo empleo pasa a la plaza de Ocaña de guarnición, plaza
en la que estuvo los siguientes dos años, al cabo de los cuales pasó de nuevo a
Madrid, donde prestó el servicio de la plaza, donde por Real orden de
diecisiete de abril de 1831 es nombrado caballero de de la Real y Militar Orden
de San Hermenegildo.
El dos de enero de 1832, recibe la orden de
pasar de cuartel a Vicálvaro, punto desde el que el siguiente veintisiete de
marzo acompañó al ejército de operaciones a la frontera de Portugal, donde
permaneció hasta el veintiséis de septiembre, que regresó a Vicálvaro. El
treinta de junio de 1833 obtiene el ascenso a teniente coronel.
En marzo y con motivo del viaje del infante
Carlos a Portugal e marzo del 1834, formó parte de la escolta que lo acompañó
hasta la frontera.
Por Real orden de veintisiete de marzo de
1834 es nombrado caballerizo de campo del rey, siendo ascendido en la misma
fecha al empleo de coronel, aunque permaneció en el cargo de caballerizo de
campo durante un año más, al cabo de los cuales y tras haber solicitado un
destino en el ejército, se le destinó como comandante de escuadrón en el
regimiento de Castilla, primero de ligeros y una vez incorporado a su nuevo
destino el veinticuatro de abril, fue nombrado comandante militar de Miranda de
Ebro.
El diecinueve de junio de ese mismo año pasó
a Reinosa al mando de un escuadrón, con la orden de perseguir y dar caza al
carlista Villalobos y su cuadrilla, lo que consiguió operando por Aguilar de
Campóo y Valderredible, tras lo cual se unió con el escuadrón de su mando a la
primera división del ejército de reserva el primero de julio, con el que
continuó de operaciones, hallándose el cuatro de septiembre al frente de la
caballería en Medina de Pomar cuando el pretendiente al trono, Carlos María
Isidro, intentó con sus tropas tomar dicha plaza, lo que no consiguió.
Nuevamente al frente de la caballería, logró
José María Vassallo el tres de octubre derrotar a cuatro batallones carlistas en
las proximidades de los pueblos de La Cerca y Salinas, pasando el siguiente
veintiuno con su escuadrón a Miranda de Ebro donde se hallaba el cuartel
general isabelino, pasando dos días después a formar parte del ejército del
norte, con el cual se halló en los siguientes puntos:
- 27 y 28 de
octubre en Guevara y cercanías de Vitoria,
- 15 y 16 de
noviembre en Estella, Morentín y Dicastillo,
- 20 de abril de
1836 en la toma del puente de Vidaurreta,
- el 4 de mayo
en la acción de los Berrios,
- el 4 de
septiembre en la acción de Salinas e Ircio.
En enero de 1837 estuvo de guarnición entre
Vitoria y Miranda de Ebro, saliendo el nueve de mayo con la fuerza disponible
que pudo reunir de su regimiento para unirse a la tercera división, que se puso
en marcha para perseguir a las tropas del pretendiente D. Carlos, a las cuales
se enfrentaron entre el cuatro de junio de 1837 y el veintiuno de marzo de 1838
en los siguientes puntos: acción de Barbastro, paso del Cinca, batalla de Gra,
batalla de Villar de los navarros, persecución de los carlistas hasta Madrid,
acciones de Aranzueque y Retuerta.
Transporte de heridos y prisioneros a
Burgos, transporte de un importante convoy a Barbadillo del Mercado para
avituallar al ejército. Acción de Huerta del Rey y persecución de los carlistas
hasta las provincia del norte. En la acción de Huerta del Rey se distinguió
especialmente cuando con su escuadrón, que cubría la retaguardia del ejército
cristino, tomó parte en la carga que se les hizo a las tropas carlistas, las
cuales fueron desbaratadas.
Incorporado al ejército de la izquierda, se
halló en la persecución y aniquilación de la fuerza expedicionaria del conde de
Negri. En el socorro de Valmaseda, acción de Guijarro, en las acciones de las
líneas atrincheradas de Medianas y Bortero, por las que fue agraciado con la
cruz de primera clase de San Fernando. En la sorpresa de Villaserlo y acciones
de Ribera, Vendejo y Saelices, por cuyo excelente comportamiento fue
recomendado al Gobierno y se le concedió el empleo de teniente coronel mayor de
caballería, siendo destinado a continuar su servicio haciéndose cargo del mando
del depósito de Carabanchel.
El veintiocho de mayo de 1839, tras haber
organizado una fuerza de quinientos caballos, partió con ellos al ejército del
norte, quedando en Burgos, de donde partió ya al año siguiente para la sierra
en persecución del cabecilla carlista Balmaseda, a quien persiguió y acosó
hasta que pasó la frontera francesa y dejó de ser un problema.
El primero de marzo de 1841, pasa con su
mismo empleo al regimiento de caballería de la Albuera, realizando el servicio
propio de su empleo hasta el siguiente doce de octubre, que partió para
Castilla la Vieja al frente de dos escuadrones y con destino el ejército del
norte y tras entregarlos, el siguiente siete de noviembre regresó a Badajoz,
quedando de guarnición en la plaza.
Permaneció en esa plaza hasta el primero de
julio de 1843, que con motivo del alzamiento que se había producido contra
Baldomero Espartero, la junta de gobierno le confió el mando de una columna que
saldría en misión de observación y tras realizar varios movimientos llegó hasta
la plaza de Trujillo, donde se hallaba la división del general Mariano
Ricafort, a la que se unió, con la cual se halló el siguiente día doce en la
acción de las Cumbres, donde nuestro hombre fue herido, debiendo ser retirado y
trasladado a Badajoz.
Por los servicios prestados, fue Vassallo
ascendido al empleo de coronel de caballería el dieciséis de agosto de ese año
de 1843, permaneciendo de supernumerario en su regimiento y mandándolo, hasta
que por Real orden de ocho de octubre se le confirió el mando en propiedad y
con el partió hacia el primer distrito, en Ocaña, donde permaneció hasta que
por Real orden de diecisiete de marzo de 1844 pasó a mandar el regimiento de
caballería del Rey, primero de coraceros.
El once de mayo de 1844 asciende al empleo
de brigadier, confiriéndosele ese mismo día el mando del regimiento de la
Albuera, que en ese momento disfrutaba del nombre de Sagunto, noveno de
lanceros, con el cual estuvo dando en Madrid y en el palacio real el servicio
de guarnición, hasta el diecisiete de septiembre , que por otra Real orden
partió para Navarra con la fuerza disponible.
El trece de enero de 1845 es nombrado
caballero con cruz y placa de la Orden de San Hermenegildo, permaneciendo de
guarnición en la plaza de Pamplona, donde cumplió a entera satisfacción con las
órdenes recibidas, manteniendo a la perfección la disciplina, subordinación y
el orden en todos los aspectos, siendo por ello felicitado por el general Pavía
primero, por los franceses duques Aumale y de Montpensier a continuación y por
el inspector general del arma Juan de la Pezuela después cuando pasaron por la
ciudad y pasaron revista a las tropas allí presentes.
El catorce de septiembre de ese año de 1845
pasa de guarnición a Zaragoza, donde permaneció hasta final de marzo de 1847,
que pasa a Cataluña y se acantona en Tárrega primero y en Gerona
posteriormente, donde permaneció hasta el dieciocho de noviembre de 1848, que
es nombrado por el capitán general de Cataluña comandante general de La Bisbal
y de La Selva, donde permaneció operando contra los rebeldes hasta la
conclusión de la primera parte de las operaciones y por sus acciones fue
recompensado con la Cruz de San Fernando de tercera clase.
Pasa nuevamente a Gerona y de ahí a
Barcelona, donde es comisionado en diciembre por el capitán general para la
compra de doscientos caballos para los cuerpos del arma. El 25 de diciembre de
1848 es nombrado Gentilhombre de Cámara.
El primero de febrero de 1849 se le confía
el mando de la brigada de vanguardia afecta al cuartel general de la tercera
división y de la montaña, con la que estuvo operando por el país hasta que
terminaron las hostilidades y se dio por concluida la guerra en Cataluña, tras lo
cual pasó a Barcelona, pasando en dicha plaza los siguientes dos años al mando
de su regimiento.
Por Real decreto de veintisiete de enero de
1852 es promovido a mariscal de campo, recibiendo la Gran Cruz de San
Hermenegildo y se dio pase de cuartel para Madrid, donde permaneció en esa
situación hasta el treinta y uno de enero de 1854, fecha en que es nombrado
gobernador militar y civil de la provincia de Segovia (otras fuentes hablan que
de Soria), cargo que ocupó hasta el doce de octubre, que pasó a la capitanía
general de Extremadura como segundo cabo.
De su etapa en Segovia tenemos constancia de
dos alocuciones políticas fechadas el diecinueve de julio, titulados Segovianos
y Al pueblo segoviano y a toda la
provincia, pronunciadas a raíz de la Vicalvarada que dio paso al Bienio
Progresista. He aquí ambas alocuciones:
Segovianos:
La opinión no reconoce diques, y su alguna
vez genios estraviados la ponen impedimentos en su camino de razon y de
progreso, se detiene por un momento para revasar precipitada sobre los estorvos
materiales que vienen á quedar confundidos en el fondo del abismo. No de otra
manera puedo pintaros lo que acaba de suceder á vuestra vista.
Había hombres obcecados, que no querían
consultar los deseos de esta Nacion digna de mayor suerte; pero Segovia con esa
sensatez y cordura que ha dado pruebas en todas ocasiones, ha sido una de las
primeras poblaciones que, soltando las ligaduras de la opresion, contribuye con
su ejemplo y cooperacion á que la libertad civil sea una verdad y las
instituciones representativas funcionen con regularidad.
Aprovechaos, pues, de vuestra decision, para
que, llevando por norma el orden, asegureis vuestras garantias constitucionales
y la estabilidad del Trono en bien del pais.
Consolidadas tan legitimas conquistas,
conseguireis despues por su curso natural el fomento de vuestros intereses, á
que estará siempre propicio vuestro Gobernador militar civil y económico, que
no ansía otras glorias que vuestra felicidad y bienestar.
Segovia 19 de Julio de 1854.
José María Vassallo. - Por acuerdo de S. E.
Juan Lopez Bustamante, Secretario.
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Al pueblo segoviano y a toda la provincia
Ciudadanos: llego ya por fortuna el momento
de poner termino á la terrible arbitrariedad que por tanto tiempo ha pesado
sobre toda la nación.
Durante esta aciaga época no ha habido
calamidad que no se os haya hecho sentir con la rudeza que caracteriza las
tiranias. Desarmada la Milicia Nacional, única garantía eficaz contra las
demasías de gobiernos corrompidos, habeis visto sucesivamente destruida la
Constitucion fundamental del Estado: violado el hogar domestico: menospreciada
la seguridad individual: deprimida la libertad de Imprenta: aumuentados hasta
el escandalo los impuestos: restringido el derecho electoral: llevada la
falsedad á ls listas: la coaccion y las mentiras á las urnas:elevados por las
malas artes del poder y sus agentes al cargo de representantes del pueblo sus
mas encarnecidos enemigos: exigidas sin contemplacion contribuciones ruinosas,
no votadas por las Cortes: abiertas y cerradas estas al capricho de mandarines
sin vergüenza: legislar de Real orden estableciendo innovaciones
perjudiciales y gravámenes insoportables:
cercenadas las atribuciones de los Ayuntamientos: casi redicidas á la nulidad
las de las Diputaciones provinciales: matado el espíritu público liberal: la
reaccion triunfante: menospreciados y escarnecidos beneméritos Ciudadanos, cuyo
único delito consistia en hacer legal oposicion á las arbitrariedades de los
ministros y sus agentes: enaltecidas por doquier camarillas inmorales desde las
altas regiones del poder hasta la última de sus dependencias: y por resultado
de todo, establecida una concentracion tal de mando y una tan completa
represion de los buenos instintos liberales, que con el nombre engañoso de
Gobierno Constitucional pesaba sobre vosotros la mas inmoral y la mas odiosa
tambien de todas las tiranias que conocieron las Naciones civilizadas.
Las valientes Tropas constitucionales,
conducidas al campo de la libertad por Generales beneméritos, han dado el
primer grito de alarma y de esterminio contra tan monstruosa tiranía: los
pueblos, con su enérgica y legal resistencia á satisfacer el irritante
anticipo, con el que se trataba de esquilmar á los agoviados contribuyentes, le
han secundado; y de esto el alzamiento glorioso de todos los hombres honrado y
de corazón liberal no habia ya mas que un paso.
Las capitales de provincia de primero orden
le han dado ya, como Valladolid, Granada, Barcelona y tantas otras. Los
segovianos, que sienten circular todavia con orgullo en sus venas, la sangre
patriota de los Comuneros de Castilla, no podian ser los últimos en esta
gloriosa lucha de la libertad contra la tiranía.
Llenos de fervoroso entusiasmo acaban de
secundar el heroico alzamiento que iniciaron las tropas libertadoras. Sus
corazones laten con violencia á las magicas palabras de Constitucion y
Libertad, de Milicia Nacional, y de Reforma Liberal.
Para afianzarlas estan resueltos á
sacrificarse gustosos en las aras de la patria. Y ¡ay! del temerario que ose
atentar en lo sucesivo contra las mas necesarias y santas de las instituciones
humanas.
Ciudadanos: la Junta á quien con plena
libertad habeis dado el honroso cargo de de dirigir este patriótico alzamiento,
no defraudará buestras bien fundadas esperanzas.
Descansad tranquilos en sus liberales
sentimientos, que son los vuestros. Su primer ocupacion será la de restablecer
la Milicia Nacional Ciudadana, tomando ademas aquellas otras disposiciones que
exige lo extraordinario de las circunstancias. Pero que ni por un momento
siquiera se turbe la buena armonía que debe existir siempre entre los
ciudadanos de todas clases.
Union y Libertad: Confianza y Valor! ¡Viva
el Trono Constitucional! ¡Vivan los Generales libertadores! ¡Vivan las Tropas
Constitucionales! ¡Viva la Milicia Nacional! ¡Viva la Reforma liberal!
Segovia 19 de Julio de 1854. - José María
Vassallo, Comandante general, Presidente. - Ramon Salas, Vice-Presidente. -
Nicolas Leonor. - Ceferino Avecilla. - Victor Marina. - Federico Verdugo. -
Diego Montalvo. - Valentin Gil Virseda, Vocal Secretario.
El diecinueve de diciembre de 1855, pasa a
la capitanía general de Galicia con igual empleo y en el desempeño de sus
funciones, el veintidós de julio decreta el estado de sitio en la ciudad de
Vigo, publicó el siguiente manifiesto dirigido a los gallegos en general:
Gallegos: La paz de los pueblos, el respeto a la
propiedad, al hombre honrado que cumple con sus deberes en la Sociedad es el
primer elemento que estamos obligados a sostener fuertemente al lado del Trono
constitucional de nuestra idolatrada Reina.
Gallegos: la anarquía feroz amenazaba de
muerte vuestros hogares, y el vandalismo con todos sus horrores se presentaba
en primer término. Una voluntad inmensa, indestructible, ha sostenido el
desbordamiento durante dos años, y esta voluntad heroica nos ha salvado del
caos, del abismo abierto a nuestros pies.
Nuestra gran Reina ha vencido apoyada en ese
robusto brazo que acaba de libertar a la Sociedad amenazada de muerte. Nuestra
magnánima Soberana quiere la unión de este pobre pueblo despedazado en partidos:
abracémonos como hermanos, gallegos, y no haya más que un nombre, el nombre de
Españoles. Orden y sosiego: tranquilidad, perdón de las ofensas recíprocas y
combátase esa hidra de enconos y venganzas personales. Yo0 os juro en ser el
primero en mantener esa firme unión y combatir y destruir a los enemigos de
nuestro reposo.
Unión, gallegos, unión fraternal y nos hemos
salvado: nuestra amada Reina nos enseña el camino. Esperancemos todos en su
fuerte gobierno, que hoy más que nunca, asociado a los hombres honrados, nos
devolverá los bienes perdidos, haciendo renacer la confianza y el crédito, que
íbamos perdiendo. El horizonte político está libre de las preñadas nubes que
amenazaban con la muerte.
Gallegos: unión fraternal y amistad sincera.
¡Viva nuestra Reina! ¡Viva la Constitución del Estado! ¡Viva el invicto Conde
de Lucena!
Coruña, 20 de julio de 1856
José María Vassallo
Ante la declaración en rebeldía del teniente
general Francisco de Paula Ruiz en la plaza de La Coruña con el apoyo de la
Milicia Nacional, José María Vassallo y la guarnición se mantuvieron fiel al
orden constitucional e hizo frente a la sublevación, poniéndose en acción
levantando barricadas disponiéndose para el combate logrando capturar al
rebelde, tras lo cual dio una hora para que el resto de sublevados depusiesen
las armas y se aviniesen a la rendición,
lo que obedecieron. Así mismo, el regimiento de Cantabria, que había recibido
órdenes del sublevado teniente general de alzarse en armas contra la autoridad
real, desoyó la orden y se mantuvo fiel al segundo cabo José María Vassallo.
Tras estos sucesos, el veintitrés de julio
de 1856 es nombrado Capitán General de Galicia, para dos años después, julio de
1858, pasar a serlo de Granada.
En 1860 es nombrado Ministro del Tribunal
Supremo de Guerra y Marina, pero ocupa durante poco tiempo en el cargo, pues el
diecinueve de agosto de ese mismo año el rey acepta su dimisión. Ese mismo año,
el dos de junio, es nombrado interinamente comandante general del ejército y
distrito de Córdoba, por desplazamiento a Madrid de su titular, el marqués de
Novaliches.
Estuvo casado con Dª: Catalina Santola
Taranco en primeras nupcias y en segundas con Dª. Joaquina Macín Martínez.
Falleció en Madrid, el veinte de julio de
1867, a las cinco de la tarde. Su cadáver fue conducido al cementerio de la
sacramental de San Isidro desde la iglesia parroquial de Santiago. Le
acompañaron un batallón de infantería del regimiento de Burgos y un escuadrón
de caballería del segundo de coraceros al mando del brigadier Camilo Díaz de
Prado. La infantería hizo las salvas de ordenanza junto al cementerio mientras
se daba sepultura al cadáver.
Tuvo tres hermanos militares, Juan,
Sebastián y Francisco de Paula, de los cuales Juan y Francisco de Paula
alcanzaron el generalato, mientras que Sebastián falleció siendo coronel..
Estaba en posesión de varias cruces y
condecoraciones, entre ellas:
- la medalla de
Chiclana
- Medalla de
Distinción del 7 de julio de 1822,
- Cruz, Placa y Gran
Cruz de San Hermenegildo,
- Cruz de San
Fernando de 1ª y de 3ª clase,
- Cruz de la
Orden de Carlos III
Existe un
documento que habla sobre los hechos militares de este José María Vassallo en
el año de 1843, en la llamada Batalla de la Cumbre:
https://chdetrujillo.com/la-batalla-de-la-cumbre-el-ultimo-mazazo-de-espartero/?pdf=11506
Soldado Malagueño
Málaga - 2021
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