A primeros de julio de 1914, recibió el alcalde de la ciudad de Antequera una comunicación remitida por el coronel del regimiento de Borbón, en la que se describe el valiente comportamiento del soldado antequerano José Ruiz Rubio en el encuentro habido con los kabileños la noche del veintiocho de Junio último.
Dicha comunicación
decía que en la noche del veintiocho de Junio de 1914, fue avisado el sargento
Adolfo Méndez Gómez, comandante del reducto A. de la orilla izquierda del río
Martín por el centinela de que por las inmediaciones del reducto había visto
merodeando un bulto sospechoso, señalándoselo y visto por el sargento, este,
cumpliendo escrupulosamente con las órdenes recibidas, salió a reconocerlo
acompañado por el soldado antequerano José Ruiz Rubio, a la vez que se ponía
sobre las armas el cabo Juan Belcho Gómez, que se hallaba de segundo cuarto con
el resto del destacamento, ojo avizor en prevención de un ataque moro y actuar
en defensa del sargento y del soldado.
Al poco de ponerse
en movimiento nuestros hombres, los enemigos apostados al amparo de la
oscuridad, realizaron sobre ellos una descarga de fusilería, con la mala suerte
de que uno de los disparos alcanzó al sargento en una pierna, hiriéndolo,
aprovechando el momento los moros para abalanzarse sobre él para hacerlo
prisionero.
Lo malo es que los
moros no contaron con la bravura, disciplina y determinación del antequerano,
quien haciendo uso despiadado de su fusil, mantuvo a raya a los enemigos, a la
vez que tiraba de su sargento aproximándolo al reducto dando voces a los
compañeros para que descargaran sus fusiles sobre los atacantes, los cuales,
ante las circunstancias, debieron abandonar la escena del combate y su
intención de hacer prisionero al sargento, quien ese día pudo decir que había
vuelto a nacer gracias a la valerosa y arriesgada acción del soldado, soldado
que por cierto, también se libró de ser hecho prisionero.
Dicha acción fue,
desde luego, incluida en la orden del cuerpo del día siguiente con el doble
objetivo de servir de estímulo a quienes componían el regimiento de Borbón y de
dar satisfacción al soldado José Ruiz Rubio y sus compañeros.
Leída la
notificación, decidió la corporación municipal antequerana felicitar de forma
oficial al valiente soldado antequerano trasladando el oficio a sus familia,
así como agradecer el coronel el haber puesto en conocimiento del Ayuntamiento
el suceso.
Decir que el
coronel del regimiento era Felipe Navascués Garayoa y que era conocido en
Antequera, pues entre diciembre de 1904 y agosto de 1905 al mando de la Caja de
Recluta de esa ciudad y comandante militar de la misma.
Así mismo, es justo
hacer notar el hecho de que el soldado era hijo de una familia humilde, que se
tuvo que buscar desde niño la vida y que vio en la milicia un medio seguro de
sustento y mejora en sus condiciones de vida.
En palabras del
documento del que he sacado esta noticia,
"...el caso
del soldado José Ruiz Rubio, como otros muchos ha venido a demostrar, que
dentro de cada pecho español late el corazón de un héroe dispuesto siempre a
sacrificar la vida en cumplimiento del deber..."
"...se da
lectura a una comunicación del Coronel del Regimiento de Infantería de Borbón
núm. 17 dando cuenta del bizarro comportamiento del soldado antequerano José
Ruiz Rubio. En otro lugar insertamos lo esencial de dicha comunicación.
El Sr. León Motta
propone que declare el Ayuntamiento haber oído con sumo gusto la lectura de ese
escrito. Que se dirija oficio al soldado de que se trata, felicitándole por su
valeroso proceder; que se dén expresivas gracias al Coronel del Regimiento Sr.
Navascués por la deferencia que ha tenido para con esta corporación; y que se
traslade el oficio de dicho Jefe, a los padres del soldado.
Así se acordó por unanimidad"
Soldado Malagueño
Málaga - 2022
No hay comentarios:
Publicar un comentario