En una entrada anterior, hablamos de un militar malagueño llamado Cristóbal Anés, quien con la información de que hemos dispuesto, sabemos que alcanzó el empleo de Teniente Coronel, en Venezuela.
En este artículo vamos a hablar acerca de su hermano Ramón, pero solo desde 1818, pues no tenemos noticias anteriores. Antes de este año solo podemos decir que nació en Málaga, era de familia modesta, que nació alrededor del mediados del siglo XVIII y que lo más probable es que, al igual que su hermano, comenzara la carrera de las armas desde el empleo de soldado.
La primera información cierta que tenemos es cuando nos lo encontramos sobre el catorce de octubre de 1818 en la localidad de Río Caribes, Venezuela, donde se hallaba como Comandante de la la plaza nuestro Ramón Anés, que en ese momento era Capitán de Infantería.
Bien, hacia dicha plaza se habían dirigido los insurgentes, al mando del Coronel José Francisco Bermúdez, a bordo de cinco flecheras o caladoras durante la madrugada de ese día con la intención de atacarla y ocuparla, pero nuestro Ramón, apercibido de ello, se les adelantó, y tomando posiciones hizo frente a los rebeldes, manteniéndolos a raya hasta las doce de la mañana, a pesar de que desde las flecheras recibían intenso fuego.
Resistieron bravamente los realistas hasta que, por fin, recibieron auxilio de sesenta hombres de los Batallones de Clarines y Carupano, mandados por el Ayudante Mayor del Batallón de Infantería Ligera de Clarines, Manuel Lorenzo ¿Ferino?.
Con esta nueva ayuda, pasaron los realistas a la carga a la bayoneta y tras varias horas de combate, fueron los enemigos batidos, abandonando estos el campo de batalla, dejando en el armas y bagajes, arrojándose al río para huir, dejando, además, sobre el campo más de cincuenta muertos y bastantes heridos. Entre los muertos se encontraban dos Coroneles y acerca de los heridos habidos entre los enemigos, no se pudo saber con seguridad cuantos fueron al haberse embarcado en las flecheras y huido.
Lo obtenido por los realistas, aparte de abortar el intento de invasión, fue una bandera, una corneta, doce sables, entre ellos el de Bermúdez, veintinueve cartucheras, seis espadas y cincuenta y cuatro fusiles. Además, en el informe enviado por el Ayudante Mayor Manuel Lorenzo, se hacía especial hincapié en que el excelente resultado de la acción se debía principalmente a nuestro malagueño, a Ramón Anés.
En dicho informe, también se menciona a su hermano Cristóbal, de quien ya hablamos en otra ocasión, quien cargó contra los rebeldes por la retaguardia, auxiliado por José Díaz, Teniente de Guayana.
Los muertos por parte realista fueron el Sargento segundo Nazario Calzadilla y un soldado de Río Caribes. Los heridos fueron el Subteniente de Clarines, José María Méndez, dos soldados de las Milicias de Carupano, el Subteniente de las Milicias de Río Carives, Juan Antonio Fernández y dos soldados de esta misma Milicia.
Tras finalizar la guerra en Venezuela y marchado los realistas, nuestro hombre pasó a Puerto Rico, lugar donde nos lo encontramos en 1824 como Alcalde de la localidad de Manatí, así como con el empleo de Comandante de las Milicias Disciplinadas de esa localidad, formada por 120 soldados, las tropas mejor preparadas de la ciudad, procedentes de vecinos de todos los barrios de la ciudad.
Volvió a ser alcalde el siguiente año de 1825.
En 1827, lo encontramos como Teniente a Guerra de Guayama, en el mismo Puerto Rico y ya, después de eso, lo único que sabemos es que obtuvo el retiro a Dispersos, siendo ya Teniente Coronel Graduado, pero desconocemos la fecha de este retiro.
La primera información cierta que tenemos es cuando nos lo encontramos sobre el catorce de octubre de 1818 en la localidad de Río Caribes, Venezuela, donde se hallaba como Comandante de la la plaza nuestro Ramón Anés, que en ese momento era Capitán de Infantería.
Bien, hacia dicha plaza se habían dirigido los insurgentes, al mando del Coronel José Francisco Bermúdez, a bordo de cinco flecheras o caladoras durante la madrugada de ese día con la intención de atacarla y ocuparla, pero nuestro Ramón, apercibido de ello, se les adelantó, y tomando posiciones hizo frente a los rebeldes, manteniéndolos a raya hasta las doce de la mañana, a pesar de que desde las flecheras recibían intenso fuego.
Resistieron bravamente los realistas hasta que, por fin, recibieron auxilio de sesenta hombres de los Batallones de Clarines y Carupano, mandados por el Ayudante Mayor del Batallón de Infantería Ligera de Clarines, Manuel Lorenzo ¿Ferino?.
Con esta nueva ayuda, pasaron los realistas a la carga a la bayoneta y tras varias horas de combate, fueron los enemigos batidos, abandonando estos el campo de batalla, dejando en el armas y bagajes, arrojándose al río para huir, dejando, además, sobre el campo más de cincuenta muertos y bastantes heridos. Entre los muertos se encontraban dos Coroneles y acerca de los heridos habidos entre los enemigos, no se pudo saber con seguridad cuantos fueron al haberse embarcado en las flecheras y huido.
Lo obtenido por los realistas, aparte de abortar el intento de invasión, fue una bandera, una corneta, doce sables, entre ellos el de Bermúdez, veintinueve cartucheras, seis espadas y cincuenta y cuatro fusiles. Además, en el informe enviado por el Ayudante Mayor Manuel Lorenzo, se hacía especial hincapié en que el excelente resultado de la acción se debía principalmente a nuestro malagueño, a Ramón Anés.
En dicho informe, también se menciona a su hermano Cristóbal, de quien ya hablamos en otra ocasión, quien cargó contra los rebeldes por la retaguardia, auxiliado por José Díaz, Teniente de Guayana.
Los muertos por parte realista fueron el Sargento segundo Nazario Calzadilla y un soldado de Río Caribes. Los heridos fueron el Subteniente de Clarines, José María Méndez, dos soldados de las Milicias de Carupano, el Subteniente de las Milicias de Río Carives, Juan Antonio Fernández y dos soldados de esta misma Milicia.
Tras finalizar la guerra en Venezuela y marchado los realistas, nuestro hombre pasó a Puerto Rico, lugar donde nos lo encontramos en 1824 como Alcalde de la localidad de Manatí, así como con el empleo de Comandante de las Milicias Disciplinadas de esa localidad, formada por 120 soldados, las tropas mejor preparadas de la ciudad, procedentes de vecinos de todos los barrios de la ciudad.
Volvió a ser alcalde el siguiente año de 1825.
En 1827, lo encontramos como Teniente a Guerra de Guayama, en el mismo Puerto Rico y ya, después de eso, lo único que sabemos es que obtuvo el retiro a Dispersos, siendo ya Teniente Coronel Graduado, pero desconocemos la fecha de este retiro.
El Hoplita Malacitano
Málaga - 2018
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