Nació el diecinueve de septiembre de 1792 en la localidad malagueña de Alhaurín de la Torre y era hijo de Alfonso Marzo y Torres y de María Sánchez Fernández de Medina.
En 1808, cuando la canalla francesa
invade España, no dudó ni un segundo a lanzarse a defender la patria, de modo
que el cinco de octubre de ese año,
ingresa de manera inmediata en el ejército en clase de cadete con
destino al recientemente formado regimiento de Voluntarios Tiradores de Cádiz,
hallándose el dieciocho de marzo de 1809 en la batalla que se libró en
Medellín, donde fue hecho prisionero, aunque logró escapar a los pocos días,
regresando a ponerse a las órdenes de sus superiores y continuar luchando contra
el invasor.
Los días veintisiete y veintiocho
de junio los pasa combatiendo en la batalla de Talavera de la Reina, donde las armas españolas resultaron vencedoras, tras
lo cual, ante la próxima llegada de las tropas del mariscal Soult, acompañó a estas en su retirada
hacia Puente del Arzobispo, pasando a la desaparecida localidad de Talaverilla
la Vieja, donde por espacio de tres meses estuvo de guarnición, manteniendo
frecuentemente vivo fuego con los franceses defendiendo los pasos del río Tajo
en la zona. El veintiséis de octubre asciende a subteniente.
Tras prestar sus servicios en este
punto, fue trasladado de destino y entre el diecinueve y veinte de enero de 1810
se halló en la defensa de Barranco Hondo, provincia de Jaén, donde una vez más
el rodillo imparable de la máquina de guerra francesa pasó por encima de los
nuestros, los cuales se replegaron a Montánchez, donde nuestro Francisco fue
nuevamente hecho prisionero, decidiendo los franceses que fuera internado en un
campo en Francia, pero pasando por Segovia logró, ¡otra vez! zafarse de las
garras de los franceses y huir, ajunto a otros dos oficiales, retornando ¡otra
vez! a su regimiento, con el cual se haya el siguiente tres de noviembre en una
escaramuza contra el enemigo en las cercanías de Baza, Granada.
El anterior veintisiete de octubre
había sido ascendido al empleo de teniente del arma de infantería.
El año de 1811 lo pasa por tierras
de la provincia de Jaén, combatiendo cuantas veces fue posible al francés,
hallándose en la función del siete de mayo en Zújar, el quince en Úbeda, el
doce de agosto en La Carolina y el doce de octubre en Pozo Alcón. Tras estas
acciones es destinado a la provincia de Cuenca, donde en noviembre se enfrenta
al enemigo, permaneciendo el resto del año sobre las armas.
Como no podía ser de otra manera,
mientras el enemigo permaneciera pisando suelo patrio, Francisco continuó
prestando con ardor su servicio militar y así, tras desplazarse a la provincia
de Alicante, encuadrado ahora en el regimiento de la Corona, se halló en la
función que hubo el ocho de febrero de 1812 en Relleu y el veintiuno de julio
en la que hubo en Castalla, donde los diez mil soldados mandados por el general
José O´Donnell atacaron las posiciones francesas que se hallaban situadas junto
a esa localidad, pero los franceses, mandados por el barón Delort ofrecieron
férrea resistencia, la cual se vio favorecida por una oportuna y estratégica
carga de caballería enemiga sobre los nuestros, quienes a pesar de ser
superiores numericamente, se vieron superados, vencidos y puestos en fuga, debiendo
replegarse a su base en Orihuela, cosa que no pudo hacer nuestro Francisco
Marzo, pues había sido hecho ¡otra vez! prisionero Francisco Marzo, quien fue
trasladado prisionero a Francia e internado en el depósito de Autun, soportando
las penalidades propias de los prisioneros de guerra, sin que su condición de
oficial le aliviase le pena.
Pero como ya solía ser costumbre en él, después de diez meses y medio, el doce de mayo de 1813 se volvió fugar y burlando la vigilancia francesa traspasó las líneas francesas y se reincorporó a su regimiento en Alicante. Evidentemente, eso ya no llamó la atención de sus compañeros: era ya una marca personal: siempre se escapaba y siempre se reincorporaba. De aquí fue destinado al regimiento de Lorena.
En 1814 es nombrado secretario del Consejo de Guerra permanente del Segundo
Ejército, en el que permanece hasta el quince de julio del año siguiente, que
es nombrado ayudante de campo del jefe del estado mayor del Ejército de la
Izquierda, destino que ocupó hasta el quince de mayo de 1816. Decir que el
treinta de mayo del año anterior ascendió a capitán de infantería.
Por sus méritos recibió la Cruz de
Talavera de la Reina, así como la medalla por haberse fugado de los campos de
prisioneros de Francia, con la leyenda de "Sufrimientos por la
Patria". Poseía asi mismo, el escudo de Medellín, concedida por el Estado
por "el arrojo y bizarría"
El treinta y uno de marzo de 1816
pasa al arma de caballería, con destino al regimiento de Dragones del Rey y con
el empleo de teniente, con el que permaneció hasta el siguiente veintidós de
octubre, que promocionó a capitán de dicha arma, pasando en 1818 a ejercer de
ayudante de campo en Valencia, permaneciendo en el desempeño de esa función
hasta el siguiente trece de febrero de 1819, en el transcurso de los cuales
disfrutó de seis meses de licencia.
Hallándose destinado en el valle
de Albaida, Valencia, tras las denuncias y llamadas de auxilio hechas por la
población, sale en persecución de un peligroso bandolero, al que consigue
encontrar y dar caza el trece de noviembre de 1821, cesando así la preocupación
de los vecinos del lugar, tras lo cual es destinado a continuar su mérito en
Villanueva de los Infantes y Almagro, como capitán en el regimiento de
caballería de España.
En mayo de 1825 le encontramos
como capitán en el 2º de Línea y atendiendo las órdenes del coronel Juan Manuel
Chacón, localiza y desmantela en Jabugo, Huelva, una importante red de
contrabando de tabaco, cacao y enseres domésticos, lo cual le vale que el
veinticinco de septiembre se le gradúe de teniente coronel y el ocho de
diciembre ocupa plaza de primer ayudante.
El hecho vino reflejado en la
prensa de la siguiente manera:
"A 16 de junio de 1825. = Real orden
concediendo premios al Comandante del Resguardo de Sevilla y otros individuos
por la aprehensión de varios géneros---Circulada por la Dirección general de Rentas el 23.
El Excmo. Sr. secretarlo de Estado y del
despacho de Hacienda ha comunicado con fecha 16 del actual á esta Dirección
general la real orden siguiente:
He dado cuenta al REY nuestro señor de los
oficios de VV . SS. del 24 y 27 del mes próximo, en que manifiestan la
aprehensión de quinientas treinta y media cargas de tabaco havano, Virginia,
negro, en breva y de polvo; cacao, sombreros y alguna ropa hecha, por el
comandante del Resguardo de Rentas de Sevilla D. Juan Manuel Chacón en el
pueblo del Jabugo, del condado de Niebla, la mayor parte en los subterráneos de
que se sirven aquellos vecinos con cubiertas simuladas, que descubrió el
conocimiento y acierto del capitán de Ingenieros D. Juan Arrambide; y enterado
S. M., conformándose con el dictamen de VV . SS., se ha servido mandar que
propongan el distintivo que estimen conveniente á favor del comandante Chacón;
que se dé una mesada de sus haberes respectivos á D. Francisco Marzo, capitán del regimiento caballería segundo de línea
; al alférez del mismo D. Pedro Periañez, y al capitán del de infantería de la
Lealtad D. Antonio Armero, que acompañaron á Arrambide; y lo propio á los
individuos del Resguardo que concurrieron á este servicio; y doble prest á los
sargentos, cabos y soldados; todo del fondo del Resguardo: que se manifieste á
todos la satisfacción de S. M., y que se anuncie en la gaceta para publicidad
del mérito de los interesados, no obstante de que respecto de dichos oficiales
militares y del comandante Chacón recavo por el ministerio de la Guerra real
orden en 21 de dicho mes, mandando S. M.
les sirviera de mérito en sus carreras, y que se publicase para estimulo de
los que tienen á su cargo destruir el contrabando.
De Real orden lo digo á VV . SS. para que dispongan lo necesario á su cumplimiento en la parte que les toca...."
El siguiente veintitrés de febrero de 1826, es admitido como caballero de
la Real y Militar Orden de San Hermengildo y en marzo de 1829 es nombrado Contador
de Propios de Granada, empezando así su carrera en la Administración,
permaneciendo en la ciudad del Genil durante unos cuantos años, haciéndose un
nombre y un hueco en la sociedad granadina. Ejemplo de esto es su ingreso el
cinco de diciembre de 1834 en la Real Sociedad Económica de Amigos del País de
esa ciudad, donde realmente parece que lo único que pretendía, al menos según
se puede deducir de los datos obtenidos en la documentación existentes de dicha
institución, era figurar en los medios sociales de la ciudad.
La siguiente noticia que de él tenemos es la que nos lo sitúa como coronel
retirado en Alhaurín el Grande en 1840, donde estuvo ejerciendo el cargo de
alcalde primero y en 1844 como alcalde constitucional, al menos hasta 1847,
pues ya en 1848 le vemos nuevamente ejerciendo labores militares y
administrativas como jefe civil del distrito de Antequera, tras lo cual regresa
a su pueblo y retoma el cargo de alcalde, al parecer con gran acierto, destacando
la mejora en el reparto del correo y la reparación y acondicionamiento de
caminos y del cementerio. Según otros documentos, el veintiuno de enero de 1848
se hace cargo de la alcaldía de Alhaurín en virtud de una Real orden,
permaneciendo en el cargo hasta el tres de julio de 1849. Durante su mandato,
en febrero de 1848, editó un bando llamado Bando de buen gobierno de Antequera, en el
cual se detallan en treinta y tres artículos una serie de disposiciones cuyo
fin era remediar y evitar en lo sucesivo las deficiencias en la conducta de los
ciudadanos y eliminar en lo posible los abusos de unos sobre otros, para la buena
convivencia de la localidad, tanto en la vida personal como en la pública.
El veintiuno de septiembre de 1856
es nombrado gobernador civil de Albacete, aunque no llegó a tomar posesión de él,
terminando de esta manera su carrera política.
Como recompensa por sus dilatados
servicios militares, administrativos y políticos -y el conocer a personas
determinantes de la política como Antonio Cánovas del Castillo-, el siguiente
veintidós de marzo de 1859 fue agraciado con su nombramiento como comendador de
la Real Orden Americana de Isabel la Católica.
A partir de aquí, su vida ya
discurriría plácidamente hasta el seis de noviembre de 1880, día en el que
falleció a los ochenta y ocho años. Falleció soltero.
Fue hermano del ilustre historiador Ildefonso Marzo Sánchez, quien durante doce años se dedicó a la milicia, empezando en 1818 como Guardia de Corps y alcanzando el empleo de teniente de caballería, y de la que se licenció en 1830 para dedicarse a la profesión de escribano y desarrollar sus dotes literarias y de investigación histórica. También fue Francisco Marzo patrono de la ermita de San Gaudencio, en la que se veneraban reliquias de este santo.
Soldado Malagueño
Málaga - 2021
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