Juan Espejo Sierra había nacido en la ciudad de Vélez Málaga, pero no sé cuándo, así como tampoco sé cuándo fue llamado a filas o si se presentó voluntario, pero lo que sí sé es que fue enviado a la provincia de Cuba a luchar contra los independentistas.
Sé también que en
los combates de que tenemos noticias en que se halló, lo hizo formando parte
del regimiento de infantería San Fernando Nº 11, el cual estaba integrado en la
primera brigada de la primera división del primer cuerpo de ejército,
departamento oriental, mandado por el general Moreno. Este primer cuerpo de
ejército se hallaba situado en la parte occidental del anteriormente mencionado
departamento oriental. ¡Uf, un lío!
La primera noticia
que tenemos es que se halló en el combate contra los insurrectos en el lugar de
Porvenir, que no he conseguido localizar, por lo cual fue recompensado con una
cruz de plata con distintivo rojo. No obstante, como no he hallado referencias
de este combate, desconozco la ubicación exacta y en qué fecha se libró.
Hallándose el
general Julián Suárez Inclán en Bahía Honda, recibió órdenes de partir para
atacar el punto de Cacarajícara, donde se hallaban Maceo y sus hombres. Tras
partir con una fuerza de dos mil hombres, se le presentó un guajiro -campesino
cubano- diciéndole que sabía donde se hallaba el campamento de Maceo,
ofreciéndose como guía para llevarlos allí. Era a finales de abril de 1896.
Tras realizar durante
el día treinta de ese mes un camino bastante difícil, este llegó a una zona
estrecha y complicada, donde empezaron a recibir los primeros disparos de los
insurgentes, pero nuestros hombres continuaron avanzando hasta llegar a un punto
de la montaña desde que se veía el fuerte de los rebeldes, empezando entonces
un fuego fuerte y continuado entre ambos bandos, el cual continuó todo el resto
del día y de la noche, durante la cual Suárez Inclán distribuyó sus tropas y al
poco de amanecer del primero de mayo, colocó sus dos piezas de artillería en
posición.
Una vez
establecidas en sus posiciones las dos piezas, ordenó abrir fuego contra las
trincheras, lo que motivó que los rebeldes hubieran de salir, lo cual hicieron
para atacar con los machetes a los artilleros, pero hubieron de frenar su
carrera y dar media vuelta al ser detenidos por las descargas certeras de los
soldados de infantería, ante lo cual, los insurrectos, a pesar de las conminaciones
de un mando a que se enfrentaran al enemigo, no obedecieron y dejaron el campo
en manos de los españoles.
Aprovecharon los
españoles ese momento y tras recibir la orden, cargaron nuestros soldados a la
bayoneta contra los insurrectos y tras hacerlos huir y desalojar sus posiciones,
iniciando la vuelta a Bahía Honda, la cual fue dificilísima por los constantes
ataques recibidos por parte de los insurrectos, pero se les hizo frente desmontando
todas su posiciones, quebrando las defensas puestas por Maceo, hicieron
flaquear a las de Socarrás y se frenaron los ataques de Quintín Banderas y
poniendo en fuga a todos, consiguiendo llegar a su destino.
En estos
enfrentamientos, los mandos rebeldes Antonio Socarrás y Pilar Rojas quedaron
gravemente heridos, así como numerosa tropa, habiendo también bastantes heridos
entre los nuestros.
Por su buen
comportamiento y actuación en estas operaciones, el doce de septiembre
siguiente nuestro Juan Espejo Sierra es agraciado con la Cruz de plata del
Mérito Militar con distintivo rojo, cruz que también recibieron muchos otros
soldados que se batieron el cobre en esa jornada.
Continuó nuestro
veleño con su servicio, siempre sobre las armas en prevención de los ataques de
los rebeldes y en esas estaba cuando su batalló recibe orden de ponerse en
movimiento, lo cual hace a primeros de octubre de 1896, dirigiéndose la columna
española mandada por el general Francisco Fernández Bernal y formada por
setecientos hombres al punto llamado Ceja de Negro, en la provincia del Pinar
del Río, donde fueron el domingo día cuatro acometidos muy violentamente por
los hombres de Antonio Maceo y Julián Rius Rivera.
Durante el
enfrentamiento, que dio comienzo sobre las nueves de la mañana y duró todo el
día, fueron dejados fuera de combate los sirvientes de los cañones de la
columna y ante el peligro de quedarse sin ellos y no poder realizar una buena
defensa-ataque, el capitán de infantería Julio Rodríguez Compagni se hizo cargo
de ellos.
La lucha fue
realmente tenaz por parte de ambos bandos y aunque los rebeldes ofrecieron una
dura resistencia, no lograron mantener las excelentes posiciones que
disfrutaban, siendo desalojados de ellas, dejando sobre el campo cien muertos y
siendo hechos prisioneros por los nuestros alrededor de doscientos individuos (otras
fuentes hablan de doscientos muertos y quinientos heridos)
Por parte española
hubo que lamentar veinte muertos, setenta y cuatro heridos, un desaparecido y
varios contusos (en otras fuentes se habla de treinta muertos y ochenta y
cuatro heridos)
Durante el combate
se distinguieron especialmente los individuos del regimiento de San Marcial Nº
44, aunque el resto de los hombres también se batieron valientemente ayudando a
salvar la situación.
Añadir un par de notas
respecto de esta acción:
1ª- que la artillería
se quedó en Pinar del Río, debido a que se hallaban heridos todos los oficiales
de la sección,
2ª- que durante la
acción hubo muchos heridos a los que atender, destacándose por su comportamiento
heroico el médico Osvaldo Codina Zapico, pues a pesar del terrible fuego, tanto
de fusilería como de cañones, no dejó de atender, con riesgo constante de su
vida, a los soldados que precisaron de sus servicios, por lo cual se le formó juicio
contradictorio para concederle la cruz laureada de San Fernando, la cual le fue
concedida el trece de julio de 1898, con una pensión anual de trescientas
cincuenta pesetas.
Por su buen
comportamiento y por el valor demostrado durante el enfrentamiento, nuestro
Juan Espejo Sierra fue el veinticinco de febrero de 1897 agraciado con otra
cruz de plata del Mérito Militar con distintivo rojo, al igual que la anterior,
pero esta vez pensionada mensualmente y de forma vitalicia, con siete pesetas y
cincuenta céntimos.
No tengo
información al respecto, pero a lo largo de 1897 debió participar en algunos
combates más y en el transcurso de alguno de ellos debió haber sido herido de
consideración, por lo que fue hospitalizado y tras eso y debido a que quedó
conceptuado como inútil para el servicio de las armas hasta una próxima
revisión médica, pasó al batallón provisional de La Habana, desde donde solicitó
su retiro.
En febrero de 1898 fue cursada al Consejo
supremo de Guerra y Marina su propuesta de retiro por inútil, pero resulta que
tras una revisión médica que se le realizó, el veinticinco de agosto siguiente se
determinó que la causa de su inutilidad había desaparecido y, por tanto, volvía
a ser útil para el servicio militar, por lo tanto el Consejo Supremo desestimó
dicho propuesta, disponiendo que cesasen los pagos a Juan por esa circunstancia
y expedirle la licencia absoluta, aunque, eso sí, se le declaraba preferencia
en el derecho a ocupar los destinos que determinaba el artículo noveno de la
ley de ocho de julio de 1860.
A finales de abril
o primeros de mayo de 1902, solicita se le conceda relief y abono de la pensión
mensual de siete pesetas y cincuenta céntimos que iban anexas a la Cruz del
Mérito Militar con distintivo rojo que le fue concedida, lo cual le fue
concedido y con una retroactividad de cinco años el siguiente veinte de mayo,
disponiéndose que lo percibiría a través de la Delegación de Haciendo de
Málaga. Cobraría dicho importe contando desde el anterior veinte de abril de
1897.
En ese momento
vivía en la calle Marquesa de Moya, 1, en la ciudad de Málaga.
Soldado Malagueño
Málaga - 2022
No hay comentarios:
Publicar un comentario