El treinta y uno de agosto de 1794, gracias al limeño José Antonio Lavalle, que aporta los caudales para levantarlo, queda reorganizado un regimiento con la denominación de regimiento de granaderos Voluntarios del Estado, Nº 36 en la escala, pasando a Cádiz, donde en 1795 se le forma el segundo batallón y en 1796 el tercero, permaneciendo con este nombre hasta 1803, que por Real decreto de veintiocho de noviembre queda denominado como Regimiento de Voluntarios del Estado Nº 36, cuyo cuartel era el de Mejorada y estaba en Madrid.
Bien pues nuestro
Julián Ruiz, de veintitrés años y natural de la ciudad de Ronda, provincia de
Málaga, acabó siendo destinado a este regimiento, no sé cuando, pero si sé que
quedó encuadrado en la 3ª compañía del 2º batallón, siendo el capitán de dicha
compañía Rafael Goicoechea, y hallándose prestando su servicio le sorprendió la
invasión napoleónica y fue de los que el dos de mayo de 1808 se enfrentó a los
franceses defendiendo el parque de Artillería de Monteleón.
No voy a entrar en
detalles de cómo fue la cosa el famoso Dos de Mayo en Madrid, de modo que haré
un resumen para situar a nuestro Julián en el lugar exacto.
Ante la negativa
del coronel del regimiento, Esteban Giráldez Sanz y Merino, marqués de Casa
Palacio, amigo de Manuel Godoy y afrancesado, el sargento mayor Julián Romero
consigue que, bajo su responsabilidad, una compañía acuda a Monteleón para
intentar desalojar a los sesenta artilleros franceses que ocupaban dicho punto.
Esa compañía fue precisamente
la tercera del segundo batallón, en la que se encontraba nuestro soldado
rondeño, Julián Ruiz. Controlar el Parque era fundamental para el regimiento
Voluntarios del Estado, pues controlándolo se garantizaba la seguridad de su
cuartel.
Una vez llegados al
Parque de Monteleón -lo hacen antes de las once de la mañana y antes de que
llegara el capitán Pedro Velarde y Santillán-, entran por un postigo que al
parecer, no conocían los franceses ocupantes y aprovechando la circunstancia
sorprenden a los franceses, que no son capaces de responder ante la llegada de
los españoles y aprovechando su confusión, el teniente de la compañía Jacinto
Ruiz Mendoza les conmina a la rendición y entrega de las armas, comunicándoles
que ellos son una avanzadilla y que el resto del batallón está al llegar.
Engañaos los franceses, se rinden y entregan las armas, siendo encerrados en unas caballerizas, llegando al poco el capitán Velarde, el cual deja entrar a paisanos en el Parque y les entrega armas, a la vez que organiza a las tropas disponibles -los soldados de Voluntarios del Estado y un puñado de artilleros-, mandando que los soldados de Voluntarios se dividan en dos secciones y defendiesen las tapias que daban a la calle de San Bernardo, por donde pretendían acercarse los franceses, dando cobertura defensiva a los artilleros, que habían sacado tres cañones a la calle.
Nuestros hombres
resistieron el primer ataque francés y durante el segundo intento de asalto,
los soldados de Voluntarios fueron fundamentales para la defensa gracias a su
acertada capacidad de fuego y puntería, pero la superioridad numérica y
armamentística francesa hizo que al final los españoles hubieran de retirarse,
haciéndolo los soldados de Voluntarios por la puerta principal después de haber
rendido el recinto, llevándose con ellos a ocho heridos y dejando a nueve
muertos.
Entre los heridos
se encontraba nuestro Julián Ruiz, que, además, lo está de gravedad y que a
pesar de los intentos realizados por salvarlo, muere al siguiente día tres,
pasando a ser uno de los muchos héroes que murieron por defender la
independencia y la libertad de la patria, siendo fiel a su honor de español, a
su juramento militar y a su miserable rey, Fernando VII.
Su muerte está
recogida en el Hospital General, en el registro parroquial castrense, al folio
32 vuelto.
Entre los oficiales
que mandaban en este regimiento, como ya he dicho, se hallaba el teniente
Jacinto Ruiz Mendoza, quien debido a su heroica actuación el Dos de Mayo,
posteriormente a los hechos se le erigió una estatua en Madrid, situada en la
Plaza del Rey y obra de Mariano Beinllure, costeada por suscripción voluntaria
entre todas las clases militares.
Un nuevo ejemplo de
que la gloria se la llevan los oficiales y no los soldados, que suelen ser los
que ponen los muertos. Los nombres de los muertos y heridos del Voluntarios del
Estado que he encontrado son:
Muertos: Antonio
Luque Rodríguez, Manuel Velarte Badinas, Manuel García y Julián Ruiz, todos
solados, mas el cadete Juan Vázquez Afán de Ribera.
Heridos: Antonio
López Suárez, Esteban Villamendas y Quílez, Francisco Lavaña Erriera, José Abad
y Leso, José Romero, José Hacha, Manuel Bravo Parra y Lázaro Cansanillo Diego.
También conocemos
el nombre de uno de los tenientes coroneles de este regimiento, Francisco
Cabrera Ramírez, natural de Vélez Málaga, quien asumió el cargo el nueve de
octubre de 1804, permaneciendo en el hasta el quince de enero de 1808, que
ascendió a coronel y se le entregó el mando del regimiento de Soria.
El uniforme de este
regimiento era casaca, chaleco, botón y calzón blanco. Vuelta, solapa, cuello y
vivo carmesí. En tiempo de paz constaba de tres batallones, con una fuerza de
1008 plazas en tiempo de paz y de 2256 en tiempo de guerra
Nota: El regimiento
de Voluntarios del Estado tiene su origen primero en el Tercio de Álava,
levantado en 1703. Su evolución histórica hasta la muerte de nuestro Julián es
la siguiente:
- Tercio de Álava, 1703,
- Regimiento de Álava, 28-9-1704,
- Regimiento de Victoria, 28-2-1707,
- Disuelto por la reforma de 20-4-1715,
- Regimiento de Granaderos Voluntarios del Estado,
31-8-1795,
- Regimiento de Voluntarios del Estado, 28-11-1803.
Tras los sucesos
del Dos de Mayo fue disuelto, aunque no obstante su historia continua, pero con
otros nombres, pero eso es ya otra historia.
Soldado Malagueño
Málaga - 2022
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