Era Antonio natural de la localidad malagueña de Marbella, era un soldado del regimiento de infantería de Melilla Nº 59 desde mayo de 1911.
Nos hallamos en la
Campaña del Kert de 1911-1912. Habiéndose hallado Antonio con sus compañeros de
batallón en la acción contra las harkas rebeldes de la zona del río Kert, tras
las operaciones militares llevadas a cabo se logró retomar los puntos de
Tauriat Zag y Tauriat Buchi el diecinueve de diciembre de 1911, comenzando acto
seguido los trabajos de fortificación y abastecimiento de ambos puntos,
quedando al cargo de sus
correspondientes guarniciones.
Una vez hecho esto, las cinco columnas españolas implicadas
en las operaciones, se pusieron en movimiento para converger en las cercanías
de Izarrora, o Izarroza, con la idea de presionar al harka rebelde allí
establecida y forzarla a abandonar esa posición para que se desplazara a la
desembocadura del río Kert.
Nuestro hombre se hallaba en una de las compañías de los batallones cuarto y quinto del regimiento de Melilla, al cual acompañaban un escuadrón del regimiento de caballería Alcántara, una batería de artillería de montaña, una estación heliográfica y una sección de ambulancias, todo bajo el mando del general de brigada Silverio Ros Souza.
Ocupadas las posiciones, el veintisiete de diciembre se entabló combate cerca de Izarroza y en uno de los muchos lances del mismo, un grupo de ocho soldados y el cantinero se refugiaron en una caseta, donde permanecieron defendiéndose de los continuos ataques de los rifeños hasta que se les acabó la munición, lanzándose al combate cuerpo a cuerpo, pero ante la superioridad numérica y que los moros si tenían municiones para sus armas de fuego, optaron por rendirse, siendo hechos prisioneros -junto con el cantinero, de nombre Andrés San Nicolás- y tras despojarlos de sus uniformes y atarlos por los brazos, fueron llevados caminando toda la noche por la orilla izquierda del Kert al campamento moro de Bu Hermana, a donde llegaron poco después de amanecer, donde, todo hay que decirlo, fueron bien tratados, pues lo primero que hicieron los jefes de la harka fue emitir un pregón por el cual se prohibía terminantemente bajo pena de muerte causar ningún daño a los prisioneros, tras lo cual fueron trasladados a la casa que fue su prisión durante el tiempo que estuvieron cautivos.
A los soldados que se hallaban en buenas condiciones se les proporcionó telas, aceite, huevos y sal, con lo cual pudieron alimentarse ellos y atender a los compañeros que estaban heridos, a los cuales les lavaban las heridas varias veces al día con agua, tras lo cual le untaban aceite y sal y se las vendaban.
Recibieron visita de el M'Talzi, El-Mizzián y otros jefes principales, que se interesaron por su estado y si eran bien atendidos. También les visitó en una ocasión un santón con trazas de fanático, quien les regaló una buena alfombra, que los soldados, tras su liberación, regalaron al moro que ejerció de patrón. Su alimentación durante los días de cautiverio fue invariablemente patatas guisadas, tortas (que sería pan moruno) y fruta y se les permitía pasear por los alrededores e incluso bajar al zoco. Se les permitía incluso recibir prensa española, medicamentos y ropa.
Tras haberse entablado conversaciones entre las autoridades militares españolas y los jefes de la harka para el canje de prisioneros y llegar a un acuerdo, el día uno de febrero a las doce del medio día salieron del campamento de Bu Ermana Antonio y sus compañeros de cautiverio y tras cruzar el río Kert llegaron a Semmar, donde les pilló la noche, pero debido a alguna complicación, volvieron a pasar el río y pernoctaron en la casa de un moro que les atendió muy bien, incluso les proporcionó colchonetas para dormir y por fin, al día siguiente tuvo lugar el canje.
Una vez libres, Antonio y demás compañeros liberados
salieron de Yazanem en un coche Loher rumbo a Melilla, escoltados por un
escuadrón del regimiento de Lusitania, mandado por el capitán Acero, realizando
el viaje bajo una fuerte lluvia, llegando a Malilla alrededor de las ocho de la
noche, acabando así la odisea del marbellí Antonio Rueda Pérez y sus
compañeros.
Decir que durante
la acción de Izarroza, el general Ros fue herido de gravedad en el cuello,
aunque salvó la vida y que tras la ocupación del lugar por parte de los
españoles, el [i]harka[/i] rebelde se desintegró y sus miembros cruzaron el río
Kert.
Como suele ser
habitual, la gloria se la llevaron los oficiales y jefes, quedando para la tropa
y clases breves menciones.
El veinticuatro de
abril de ese año de 1912, nuestro Antonio es destinado al regimiento de
infantería de Córdoba Nº 10 y el cuatro de mayo siguiente se le premia con la
Cruz de plata del Mérito Militar con distintivo rojo y pensión mensual de 7,50
pesetas , no vitalicia.
Aprovecharé para
dar cuenta de los nombres de sus siete compañeros de cautiverio:
Francisco Hurtado
Carcales, Antonio Olmo Pérez, Joaquín Andrés Narro, Eloy Hernández Vicente,
Agapito Castellanos Martinez , Ricardo Ambas Sánchez y Roque Garrido Garrido,
los cuatro últimos heridos.
Soldado Malagueño
Málaga - 2022
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